Economía

El gabinete económico de Biden quedará acorazado por empresarios y veteranos de la era Obama

  • Lael Brainard, gobernadora de la Fed, a la cabeza para dirigir el Departamento del Tesoro
  • Susan Rice, la favorita para liderar el Departamento de Estado
Nueva Yorkicon-related

Con la hazaña por delante de asegurarse de que la economía de Estados Unidos evita cualquier traspié y su recuperación se consolida, el presidente electo, Joe Biden, orquestará un sólido equipo compuesto por caras conocidas de la Administración de Barack Obama, altos funcionarios de la Reserva Federal, empresarios y veteranos allegados al demócrata durante su paso por el Senado y la vicepresidencia del país.

Biden será consciente que durante el proceso de selección y nominación su Administración debe contar con opciones que una Cámara Alta probablemente controlada por los republicanos esté dispuesta a confirmar. Es decir, es poco probable que si este escenario se materializa que figuras del ala más progresista del partido, como la senadora por Massachussetts, Elizabeth Warren, vayan a ser elegidas para capitanear los departamentos clave, como es el Tesoro de EEUU.

No obstante Biden tendrá también que agradar a este bando de su partido quizás con el que podría convertirse como el gabinete más diverso de la historia del país. Al mismo tiempo deberá congeniar con el establishment demócrata más conservador y con los intereses tanto de Wall Street como de Silicon Valley, que han respaldado su campaña a la presidencia.

En estos momentos, la persona con más posibilidades de suceder a Steven Mnuchin es la gobernadora desde 2014 de la Reserva Federal, Lael Brainard. Brainard, quien ya militó el Departamento del Tesoro bajo la era Obama como subsecretaria de asuntos internacionales, no solo se convertiría en la primera mujer en liderar la cartera que equivale al Ministerio de Economía español sino que supondría una opción lo suficientemente reformista para convencer a la bancada progresista del partido demócrata.

Esta economista educada en Harvard señaló en un discurso el mes pasado que el mayor riesgo a la baja para su perspectiva económica sería "que no se materialice el apoyo fiscal adicional", lo que, según ella, corre el riesgo de generar cicatrices a largo plazo para la economía. A bordo del Consejo de Gobierno de la Reserva Federal, Brainard se ha resistido a flexibilizar las regulaciones bancarias pero ha votado a favor de lo propuesto por la mayoría de los integrantes.

Otros postulantes incluyen a Jeff Zients, codirector del equipo de transición de Biden, Sarah Bloom Raskin, antigua funcionaria de la Fed e incluso Ruth Porat, directora financiera de Alphabet. Algunos miembros del Caucus Negro de la Cámara de Representantes quieren una persona de color como el exvicepresidente de la Fed, Roger Ferguson, o la inversora Mellody Hobson ambos con profundos vínculos al corporate de EEUU.

Desde empresarios a antiguos funcionarios de la era Obama

Hobson también suena como parte de las quinielas para liderar el Departamento de Comercio. Sin embargo, en este ámbito, Biden podría tender la mano a los republicanos y nombrar a Meg Whitman, empresaria que ha liderado eBay, Hewlett Packard y más recientemente Quibi. Esta decisión podría hacerle ganar puntos con la oposición en un momento en que éste área enfrenta duros retos, especialmente en relación con las prohibiciones impuestas a la china Huawei por el gobierno de Trump y el actual secretario de Comercio, Wilbur Ross.

Para el Departamento de Energía, el demócrata podría repetir con Ernest Moniz, quien ya lideró el mismo puesto bajo la Administración Obama y jugó un papel clave durante las negociaciones del acuerdo nuclear con Irán, que EEUU abandonó posteriormente con Trump. Este último punto puede generar fricciones con los republicanos. Es por ello que Elizabeth Sherwood-Randall y Arun Majumdar, que también han formado parte de dicho departamento suponen sólidas alternativas.

En la Casa Blanca, el Consejo de Asesores Económicos pinta a Jared Bernstein, uno de los confidentes económicos de la campaña de Biden, como principal candidato. Como economista especializado en el mercado laboral fue el encargado de redactar la regulación que casi duplica el umbral salarial para el pago de horas extra. Se le considera una opción moderada que podría servir de puente con los demócratas más progresistas. Para el Consejo Económico Nacional, el mandatario electo puede decantarse por la economista Heather Boushey, quien fue una de las principales asesoras económicas de Hillary Clinton en 2016.

La exsenadora Heidi Heitkamp suena fuerte como secretaria de Agricultura de Biden, el mismo cargo para el que Trump consideró nominarla en 2016. La demócrata de Dakota del Norte ha tomado posturas moderadas y en el pasado no ha dudado en romper con su partido para apoyar medidas como el oleoducto Keystone XL. Su elección supondría otro guiño a los republicanos. Para los Departamentos de Transporte el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, parece una de las alternativas mientras en el Departamento de Trabajo, nombres como el senador de Vermont, Bernie Sanders, quien abandera la agenda progresista demócrata, podría estar interesado en el puesto.

Susan Rice, favorita para el Departamento de Estado

En lo que a política exterior se refiere está previsto que Biden opte por Susan Rice como secretaria de Estado. Rice ya ejerció como embajadora de EEUU ante la ONU y asesora de seguridad nacional en la Administración Obama.

Dado que también quedó en la corta lista de candidatos a la vicepresidencia, puesto que finalmente fue a manos de Kamala Harris, se espera que el demócrata cuente con ella como arquitecta de las relaciones internacionales de Washington. La única pregunta es si los republicanos en el Senado estarían dispuestos a confirmar su nombramiento, dado su enredo en las consecuencias del ataque terrorista de Bengasi, Libia, en 2012.

Durante su periplo como embajadora de EEUU ante la ONU, Rice fue firme defensora de Israel y ayudó a negociar sanciones internacionales más duras contra Irán. Biden ha indicado que, como presidente, volverá a incluir a EEUU en al acuerdo nuclear de Irán de 2015, pero solo si el propio Teherán cumple con los términos del acuerdo original es por ello que su gobierno no querrá parecer demasiado blando con la república islámica.

También es más probable que Biden use su autoridad bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional para imponer sanciones a Rusia y Turquía al tiempo que las relaciones con Corea del Norte volverán a ser más antagónicas.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky