Moncloa parece tener garantizado el número de votos suficientes para prorrogar el estado de alarma durante un tiempo, aunque finalmente ha tenido que ceder a las presiones de sus aliados de investidura y de moción de censura, transigiendo en que esta situación de excepcionalidad pase de seis meses a cuatro, y de que el control parlamentario -rechazado a priori por el Ejecutivo progresista- sea al menos cada dos meses. Si bien Más País y Compromís presentarán una enmienda para que el control parlamentario sea cada mes, y en este sentido, el Gobierno puede verse obligado a ceder un poco más.
No obstante, el acuerdo de Esquerra con Moncloa asegura, junto al PNV, EH Bildu y el resto de grupos de izquierda y nacionalistas, que se implante de nuevo esta figura constitucional como en la primera oleada de la pandemia. El detalle del control parlamentario cada dos meses no pasa desapercibido ya que va a coincidir con la tramitación de Presupuestos y, con las elecciones en Cataluña. De hecho, ERC exige que se pueda levantar el estado de alarma en el mes de marzo.
El PNV, por su parte, ya ha adelantado que el plazo del estado de alarma es "lo de menos" y "el asunto" es cómo gestionar el mañana. Eso sí, subraya que considera que debería haber "mecanismos para hacer frente a ese tipo de situaciones sin utilizar figuras tan complicadas", aunque admite que acordar modificaciones legislativas es "muy difícil con el clima político" actual. Finalmente, la cesión del Gobierno a eliminar el impuesto del diésel ha podido valer para que los jeltzales no vean mal este estado de alarma.
Ciudadanos también llegará al Congreso este jueves con su propia enmienda para que el Gobierno decrete un estado de alarma de tres meses, el presidente comparezca una vez al mes y, ese estado no impida celebrar los plenos y sesiones de controles semanales.
A expensas de nuevos cambios, Sánchez dejó en manos del Consejo Interterritorial -del que forma parte el Ministerio de Sanidad y los consejeros de Sanidad, la mayoría de ellos socialistas- la decisión de levantar la alarma, bien el 9 de marzo, bien el 9 de mayo.
El rechazo del PP
La respuesta de Pablo Casado fue un no al estado de alarma de Sánchez, planteando uno de dos meses, para no echar a perder la campaña de Navidad, y controles cada 15 días. El líder de la oposición critica al presidente por rehuir del control parlamentario y judicial, aunque al hilo de esta apreciación, Carmen Calvo recordó que Rajoy estuvo siete meses sin aparecer por el Parlamento, con la excusa de estar en funciones.
Casado tildó de "cacicada" el estado de alarma del presidente, le reprobó por no comparecer este jueves y defenderlo, y recordó que la Ley de Sanidad de 2011 posibilita el mando único, sin necesidad de recurrir a la figura del estado de alarma.
En el fragor de la batalla dialéctica, Vox -que votará en contra- aprovechó la sesión de control para afirmar que el Gobierno ha logrado "domesticar al PP y homologarlo con sus carnés de demócratas", añadiendo Iván Espinosa de los Monteros que, "no es que Vox se quede solo, sino solo queda Vox".