España será uno de los grandes beneficiados en el reparto de dinero del fondo de recuperación europea. España recibirá, en principio, en torno a 140.000 millones de euros del fondo de recuperación europeo (de un monto de 750.000 millones), de los que 72.700 millones se darán en ayudas directas. Esta cantidad de dinero equivale a alrededor del 11% del PIB nacional, un monto muy importante para un país cuyo gasto público anual se suele situar en el 40% del PIB. Este dinero puede ayudar a tapar muchos agujeros y a impulsar la recuperación económica, pero para tener acceso a estos fondos hay que buscar dónde invertirlo de forma eficiente, algo que no parece tarea sencilla.
¿Cómo y cuándo llega este dinero?
Antes de recibir el dinero, el Gobierno debe trabajar duro para tener acceso a los futuros fondos. A partir de este 15 de octubre se podrá presentar un borrador del plan de recuperación y resiliencia, sin embargo será entre enero y abril de 2021 cuando se tiene que presentar de forma oficial el plan final. En este documento se deben incluir los proyectos a financiar y los efectivos positivos que tendrán sobre la economía.
Después, la Comisión Europea tiene dos meses de tiempo para analizar el documento y evaluar las políticas de gasto enviadas por cada gobierno. Si todo va bien, los fondos comenzarán a llegar. El grueso del dinero (cerca del 70%) se recibirá entre 2021 y 2022. Son muchos miles de millones de euros a los que hay que buscar de forma rápida y eficiente un destino que sea coherente con los pilares que promueve la UE: crecimiento sostenible, reformar la economía 'verde', mejorar la formación de los desempleados... No sería extraño que malas elecciones terminasen privando a España de parte de los fondos o generando un estímulo en la economía fugaz.
"Algunos países, como Francia, ya han aprobado su programa de inversión, explicitando la parte que se financiará con ayudas europeas, un extenso documento de más de 300 páginas, con todo tipo de detalles sobre cómo se articulará el programa con los presupuestos generales", sostiene Raymond Torres, director de coyuntura de Funcas en un artículo publicado en el blog de la organización.
El plan nacional deberá identificar las inversiones en economía digital y transición ecológica, evidenciar la voluntad reformista de cada Gobierno y mostrar que los cambios normativos responden a las recomendaciones enviadas por Bruselas, en especial las más recientes, explica el experto.
Aunque los planes se presentan ahora y en abril, la ejecución del programa se acelerará en los siguientes año, "pero el monto efectivo de los desembolsos dependerá tanto de la capacidad de gestión e implementación de las administraciones públicas españolas, como de la agilización por parte de la burocracia comunitaria de sus procedimientos, habitualmente lentos, complejos y, como consecuencia de todo ello, imprevisibles", sentencian desde Funcas en sus previsiones económicas.
La experiencia del actual periodo presupuestario europeo (2014-2020) muestra que España ha gastado el 34% de los más 56.000 millones de euros disponibles en fondos estructurales. Por lo tanto, sin mejoras organizativas ni reformas de los procesos de formulación, seguimiento y ejecución de los proyectos, España solo podrá atraer una parte de los fondos disponibles para 2021-2027.
Esto es importante, no solo para conseguir los fondos, también para lograr que el impulso de la economía sea duradero. En las últimas previsiones publicadas por Funcas se destacaba que sin reformas orientadas a reducir los déficits económicos y sociales, las ayudas aportarían un plus de actividad, gracias a los estímulos fiscales y a la inversión pública, pero solo de carácter temporal.
"Una crisis de ideas"
"A falta de reformas, la expansión derivada del incremento del gasto público sería transitoria, y el crecimiento potencial convergería hacia su nivel inercial (estimado en 1,6% anual). El resultado es una recuperación incompleta, una tasa de paro que solo alcanzaría su nivel pre-crisis en 2024, y una deuda pública que apenas suavizaría su escalada, hasta cerca del 133% en 2027", destaca el informe. Por ello, resulta vital encontrar fórmulas, ideas y planes para usar ese dinero de forma que se logra incrementar el crecimiento potencial. Ahora mismo, el Gobierno parece estar atascado en este punto.
La agencia Reuters analiza en un reportaje los problemas para articular todos estos planes con relatos de personas que estarán implicadas en el uso de estos fondos. Una de las fuentes consultadas explica que "esta no es una crisis de dinero, es una crisis de ideas", en referencia a los proyectos de inversión concretos que se precisa desarrollar para ayudar a la economía a salir de una recesión histórica.
En un país que no ha logrado aprobar un presupuesto anual desde 2016 por causa de una prolongada parálisis política, la necesidad de inyectar rápidamente el dinero extra plantea un desafío, explican las fuentes.
España se ha visto particularmente afectada por la pandemia. La economía se desplomó un 18,5% en el segundo trimestre, sufriendo la mayor caída de Europa si se tiene en cuenta el primer semestre entero y ahora la recuperación parece muy incierta a medida que los rebrotes vuelven a aparecer. Los fondos europeos se convierten en una herramienta vital para salir de esta situación.
"Gastar ese dinero no es fácil", asegura una segunda fuente estatal. Cuatro fuentes cercanas a la gestión de los fondos han revelado a Reuters que existe preocupación y cierta ansiedad sobre cómo establecer los mecanismos para asumir esta cantidad de liquidez.
Otra fuente con conocimiento directo de la gestión de los fondos sostiene que ya se han establecido los principales proyectos a los que destinar los fondos y que España seguramente cumplirá con los plazos y requisitos impuestos desde Bruselas.
Europa recomienda gastar el dinero en mejorar la competitividad de la economía y energías verdes
La Comisión Europea ha recomendado a los Estados de la UE que inviertan el dinero del paquete de recuperación en el desarrollo de energías verdes, transporte y digitalización.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que luchó con ahínco en la cumbre de la UE celebrada en julio para lograr la aprobación del fondo de recuperación, ha puesto a su oficina a cargo de la supervisión de la aplicación del plan, para lo cual se creará un grupo consultivo formado por directivos de empresas, según otra fuente.
La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, también estará muy involucrada en la finalización del plan de reforma que se presentará a Bruselas el 15 de octubre, que debe esbozar los principales proyectos a los que destinar los fondos de la UE.
"En este momento el reto es cómo se aplicará íntegramente el dinero que llegue, para lo cual tendrá que haber proyectos con mucha absorción (de la inversión)", asegura José Moisés Martín, director de la consultoría Red2Red, que da servicio a organismos públicos.
Además de los fondos de recuperación, Bruselas ha aprobado un préstamo blando (con condiciones favorables) de 21.000 millones de euros para España con el fin de financiar los planes de apoyo al empleo, lo que debería aliviar la presión sobre el Tesoro español, que ha estado pidiendo prestado durante meses para este fin.
Una fuente cercana al Ministerio de Hacienda asegura que recientemente los ingresos han sido mejores de lo esperado, mientras que la emisión de deuda en septiembre se ha ralentizado con respecto a los meses anteriores.
Sin embargo, las previsiones de crecimiento para el país son cada vez peores, mientras que en otros países la situación parece mejorar. La semana pasada, el Banco de España redujo su previsión de crecimiento del PIB para 2021 a entre el 4,1% y el 7,3%.
Su director general de Economía, Óscar Arce, dijo que en el mejor de los casos los fondos de la UE podrían impulsar el crecimiento del PIB a medio plazo en dos puntos porcentuales, pero que el éxito dependería de la elección de los proyectos de inversión adecuados y de las reformas que acompañen a estas inversiones.
En un escenario en el que se usan los fondos europeos y se implementan reformas orientadas a cerrar la brecha de crecimiento de productividad con Europa y reducir el paro y la precariedad laboral la situación sería bastante mejor. "Fruto de esos esfuerzos, los estímulos fiscales no solo ejercen un efecto transitorio como en el escenario inercial, sino que también elevan el crecimiento potencial hasta el 1,9% anual", aseguran desde Funcas.
La tasa de paro descendería hasta el 10% en 2027 y la deuda pública invertiría su tendencia alcista, para situarse en el 124% al final del periodo. Este es, sin embargo, todavía un nivel elevado, y que plantea la necesidad de un plan presupuestario una vez la expansión se haya consolidado (dicho plan no se ha incluido en esta simulación), sentencian los economistas del organismo.