
El covid-19 ha tomado por asalto la agenda de la presidencia alemana de la UE. Pero no todo es la lucha contra el virus y la recuperación económica. La fiscalidad también ocupa un lugar destacado este semestre, además porque puede ayudar a las maltrechas arcas públicas consiguiendo recursos adicionales en estos momentos de apuro.
Los ministros de Finanzas de la UE (el Consejo Ecofin) discutirán este fin de semana en Berlín en su reunión informal, la primera presencial desde el estallido de la pandemia, la marcha de los esfuerzos por establecer un impuesto digital y un impuesto corporativo mínimo a nivel mundial.
Pero Alemania también quiere abordar el 'dumping' fiscal dentro de la UE, facilitado por los ventajosos acuerdos que ofrecen algunos socios de la UE a las multinacionales para reducir su factura fiscal casi a cero. Según los documentos preparatorios de la reunión, a los que tuvo acceso elEconomista, el Ecofin discutirá una reforma del Grupo del Código de Conducta, que fue creado para luchar contra la competencia fiscal desleal dentro y fuera de Europa.
Los ministros explorarán qué elementos del mandato del Grupo, sin cambios desde 1997, deberían modificarse para luchar mejor contra la evasión fiscal y la erosión tributaria dentro del bloque comunitario.
"El mandato del grupo debería, en particular, reflejar los desarrollos en el derecho tributario internacional que han ocurrido estos años, así como otros desarrollos en el derecho tributario internacional", se lee en el documento alemán, enviado a los ministerios de Finanzas. "Estos cambios en el mandato son necesarios para asegurar que el grupo pueda continuar haciendo una contribución constructiva a una tributación justa y efectiva", agrega el papel.
Según un informe de Oxfam del pasado año, Chipre, Irlanda, Luxemburgo, Malta y los Países Bajos se incluirían en la lista de paraísos fiscales si la Unión aplicara a sus Estados miembros los criterios que utiliza para jurisdicciones extranjeras. La evasión de impuestos corporativos le costó a Francia, España, Italia y Alemania un 'agujero' de 35.000 millones solo en 2015, según Oxfam.
Fondo de rescate
Otro asunto relacionado con los impuestos que discutirá el Ecofin será el diseño de nuevos gravámenes para financiar el fondo de recuperación de la UE de 750.000 millones de euros para superar la crisis provocada por el COVID-19.
La presidencia alemana quiere tantear a los ministros su opinión el viernes sobre un mecanismo de ajuste de las fronteras de carbono, una tasa digital o un sistema de comercio de emisiones revisado, antes de que la Comisión Europea presente sus propuestas durante la primera mitad del próximo año. El primer impuesto en llegar será una tasa a los plásticos no reciclables, que se quiere tener listo para este mismo año.
Los ministros también se pronunciarán sobre si deberían crearse otros impuestos nuevos a nivel europeo que apoyen determinadas prioridades de la UE (como la agenda "verde") para financiar el estímulo sin precedentes que la UE tomará prestado de los mercados.
El Ecofin no solo debatirá sobre cómo financiar el fondo de recuperación, también sobre cómo gastarlo, en particular los 672.500 millones de euros del "Instrumento de recuperación y resiliencia". Discutirán el viernes sobre la situación económica, qué políticas deben priorizarse en la recuperación, y cómo utilizar el nuevo instrumento europeo para superar la recesión más severa en la historia de la UE.
El documento preparatorio alemán señala que los planes de los Estados miembros para desbloquear los fondos de la UE deberán incluir reformas "ambiciosas" y proyectos de inversión para hacer que sus economías y la UE sean más resilientes. Además, deben abordar los desafíos específicos de cada país, especialmente los identificados por la Comisión.
España está preparando ya su plan nacional con el que canalizar los 140.000 millones de euros
El Ecofin prevé decidir sobre los planes nacionales presentados para acceder a los fondos de recuperación en la primavera de 2021, como tarde, ya que los ministros deben aprobarlos. Más aún, y por la presión de Holanda, los líderes acordaron en julio que un solo país pueda detener los desembolsos una vez aprobado el plan, si tiene dudas con la ejecución de las inversiones o las reformas, el llamado 'freno de emergencia'.
España está preparando ya su plan nacional con el que canalizar los 140.000 millones de euros que espera recibir del fondo de recuperación, que aun tiene que ser concluido en negociaciones entre el Parlamento Europeo y el Consejo, que agrupa a los Estados miembros.