
Las crisis no solo sumergen a las economías en una recesión a corto o medio plazo, sino que también pueden causar daños más duraderos. Es por ello que IHS Markit estima que para 2030, el nivel del PIB real de las principales economías desarrolladas podría ser entre un 2% y un 5% más bajo de lo que hubiera sido si la pandemia del coronavirus no hubiera hecho acto de presencia.
La consultora proyecta en estos momentos que después de una contracción del 5,1% en 2020, se proyecta que el PIB real mundial se expandirá a una tasa anual del 3,5% hasta 2025. El crecimiento se moderará hasta el 2,8% de 2025 a 2030 y alrededor del 2,6% hasta 2040.
Norman Behravesh, economista jefe de IHS Markit, señala cómo hasta un tercio de las pérdidas de empleo y una quinta parte de las pérdidas de ingresos pueden ser permanentes. Además avisa que el aumento masivo de la incertidumbre que ha acompañado a la pandemia reducirá significativamente el apetito de las empresas por asumir riesgos y realizar inversiones en equipos, estructuras y capital intelectual.
Una menor inversión, junto con el tsunami de quiebras, resultará en un capital social menor de lo que hubiera sido de otra manera. Al mismo tiempo, los elevados niveles de deuda empresarial desalentarán la inversión de capital.
Este experto recuerda que la crisis del petróleo de mediados de la década de los 70 y principios de la de los 80 fue una de las principales causas del lento crecimiento de la productividad durante la siguiente década y media.
La crisis financiera mundial de 2008-09 fue, en parte, responsable de un menor crecimiento de la productividad, la fuerza laboral y la inversión fija empresarial durante la década de 2010. Sus estimaciones sugieren que el nivel real del PIB potencial para 2019 fue entre un 5% y un 8% menor en comparación con las proyecciones que se hicieron antes de la crisis de las hipotecas basura.