La presidenta del BCE, Christine Lagarde, resumió este jueves el estado de ánimo generalizado, al avisar a los líderes europeos que "cargáis con muchas expectativas y esperanzas" de cara a la cumbre que arranca este viernes. En directo | Rutte pide a España e Italia un "claro compromiso" para hacer reformas a cambio de las ayudas europeas.
Europa necesita un acuerdo rápido sobre el fondo de recuperación de 750.000 millones de euros y el presupuesto plurianual de un billón largo de euros para los próximos siete años. La recesión será más profunda de lo que se esperaba, según alertó la Comisión Europea este mes, y se necesita mandar una "señal" a los ciudadanos, inversores y empresas, avisó Lagarde.
Sin embargo, las expectativas no son muy buenas para la cumbre de este fin de semana en Bruselas, la primera presencial desde el confinamiento. La distancia corta no servirá para salvar las enormes diferencias que separan a los Estados miembros. Se necesita el visto bueno de los 27 para aprobar el presupuesto comunitario para 2021-2027. Y un acuerdo antes del verano, para que los fondos fluyan a partir del 1 de enero, dadas las ratificaciones nacionales necesarias. Holanda, no obstante, está dispuesta a pelear hasta el final para conseguir un férreo control de los fondos para la reconstrucción. "El acuerdo no está garantizado, existen diferencias importantes", resumió un alto cargo comunitario.
El problema nace del propio núcleo del fondo de recuperación. Partiendo de la idea de Francia y Alemania, la Comisión propuso dar 500.000 millones de euros en ayudas a fondo perdido, y 250.000 millones en préstamos. La mayor parte de las subvenciones no reembolsables -310.000 millones- se canalizarían a través de un nuevo instrumento para apoyar las inversiones y las reformas en los Estados.
Pero Holanda quiere unanimidad no solo para aprobar los planes nacionales para acceder a la ayuda, sino también para cada uno de los desembolsos.
Esta sería la manera para garantizar que se cumple con las reformas a las que se comprometan los países y que, según Holanda, deberían inspirarse en las recomendaciones de la Comisión a los países de 2019.
Holanda se ha quedado sola en su defensa de un mecanismo que le permita vetar las propuestas
Según un diplomático en Bruselas, el problema de fondo es que La Haya no se fía de que la Comisión vaya a cumplir con su papel de guardián, por la laxitud que ha mostrado al aplicar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
Según constatan varias fuentes diplomáticas, Holanda se ha quedado sola en esta defensa numantina de la unanimidad, o de alguna fórmula similar que le permita al Gobierno holandés reservarse el derecho de veto en los desembolsos de la ayuda.
Si el resto de líderes se acerca hacia las posiciones de su colega holandés, Mark Rutte, fuentes diplomáticas sugieren que La Haya abriría la mano con la concesión de ayudas a fondo perdido, un punto al que se opuso hasta hace poco. Como el resto del bloque de "Frugales" del Norte, ha defendido dar préstamos en vez de transferencias no reembolsables.
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, se ha dotado de un mandato de su Parlamento nacional que controla para bloquear el acuerdo final si incluye en la condicionalidad el respeto al Estado de Derecho para acceder a los fondos comunitarios.
Polonia también puede plantear problemas por este flanco. Además, los polacos son los únicos que quedan por dar su visto bueno al objetivo de alcanzar la neutralidad en las emisiones climáticas. Sin este respaldo a la meta climática, el resto de Estados miembros no parecen dispuestos a permitirle el acceso a las arcas comunitarias.
Las capitales también chocan aun por la fórmula del reparto de los fondos. La propuesta que hizo la Comisión, y que otorgaba a España 140.000 millones de euros, sobre todo daba peso a las cifras de empleo del pasado lustro. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, mantuvo esta fórmula de reparto para un 70% de los fondos, mientras que dio más peso al impacto del Covid-19 en las economías al 30% restante.
También son conflictivos la creación de impuestos comunitarios, tema sensible para las capitales
Los países frugales además pelean por recortar tanto el fondo de recuperación, sobre todo el medio billón de ayudas a fondo perdido, como el presupuesto plurianual. Pero en este último apartado se está cerca de un acuerdo, señaló un diplomático, y se trata más bien de cortes quirúrgicos en el presupuesto plurianual respeto a la propuesta de Michel de 1,074 billones de euros.
Los frugales también parece que conseguirán los cheques, las devoluciones que obtienen del presupuesto comunitario para compensar un retorno menor de las políticas comunitarias. Otro asunto conflictivo son los impuestos que se quieren crear, como a los plásticos o la tasa digital, para devolver los 750.000 millones. La creación de nuevos recursos propios de la UE es un tema muy sensible para las capitales.
Las fricciones en el paquete de ayudas
Volumen del fondo y de las ayudas a fondo perdido. La propuesta de base será la que realizó la Comisión: 750.000 millones de euros, y de ellos medio billón de ayudas no reembolsables. Resulta excesiva para los Frugales.
Gobernanza del fondo: La propuesta sobre la mesa es una aprobación por mayoría cualificada de la ayuda. Holanda quiere la unanimidad. Michel explora algún mecanismo intermedio.
Reparto de los fondos: una mayoría quiere una fórmula que tenga más en cuenta el impacto del covid-19.
Condicionalidad: las reformas que se deben presentar para acceder a la ayuda, y la inclusión del Estado de Derecho, problemática para Hungría y Polonia.
Recursos propios: la creación de nuevos tributos europeos para financiar el fondo es imprescindible para el Parlamento Europeo.
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