La palabra más escuchada estos días en Bruselas es concesión. La repitieron la canciller alemana, Angela Merkel, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, o el del Consejo Europeo, Charles Michel. Todos han pedido a los Estados miembros una y otra vez que cedan. Urge lograr un acuerdo sobre el fondo de recuperación de 750.000 millones de euros. También deben aprobar otro billón de euros del presupuesto comunitario para los próximos siete años. Porque la crisis del Covid-19 no da tregua, y se necesita el gran estímulo para superar la recesión más profunda en casi un siglo.
Michel puso sobre la mesa este viernes un borrador negociador para intentar salvar las enormes distancias que separan al bloque frugal del Norte y los que piden más ambición en el Sur. El documento será la base para la cumbre de los líderes europeos el próximo 17 y 18 de este mes. El belga llenó el documento de guiños al Norte, para intentar hacer digerible el núcleo de la propuesta de la Comisión, y que les resulta imposible tolerar: la concesión de 500.000 millones de euros de ayudas a fondo perdido. Música para los oídos meridionales.
Para allanar el camino, Michel recortó en unos 20.000 millones de euros el techo del presupuesto comunitario para los próximos siete años, hasta los 1,07 billones de euros.
La principal concesión para Holanda, Austria, Suecia, Dinamarca y algunos otros que forman parte de su órbita fue el endurecimiento de las condiciones para acceder a la ayuda y la supervisión del fondo.
Inversiones y reformas
Los planes de inversiones y reformas que tendrán que presentar España, Italia y el resto de socios para acceder a los fondos serán aprobados en función de su "coherencia con las recomendaciones específicas de cada país, así como el fortalecimiento del potencial de crecimiento, la creación de empleo y la resiliencia económica y social del Estado miembro". La contribución a la transición verde y digital será también un "requisito previo".
Un alto cargo comunitario ya advirtió que "la resiliencia económica" incluirá ajustes fiscales, cuando se normalice la situación. El texto de Michel fortalece la condicionalidad de los planes originales de la Comisión, donde solo se leía una vaga referencia a las transiciones digital y verde, y las recomendaciones del Semestre Europeo.
"Si el fondo es muy ambicioso, hay que aplicar las reformas necesarias", señala el Consejo Europeo
"Si mantenemos una fuerte ambición para el tamaño del fondo de reconstrucción y el equilibrio entre préstamos y subvenciones, debemos asegurarnos de que se apliquen las reformas que necesitamos para ser más fuertes en el futuro", justificó Michel. Es decir, si el Sur quiere ese volumen de ayudas a fondo perdido, tendrán que ceder con las condiciones y la supervisión. Dejó claro que este endurecimiento responde a las peticiones que le llegaron de los socios del Norte. El primer ministro holandés, Mark Rutte, señaló que solidaridad también implica que los países que necesitan ayuda reformen sus mercados laborales o sus sistemas de pensiones contra próximas crisis.
Y para asegurarse de que las reformas se aplican, Michel también aceptó la idea de holandeses y compañía de dar a los Estados miembros el poder para aprobar, por mayoría cualificada, los planes de reforma que envíen las capitales. Holanda fue un paso más allá y había pedido que el aprobado fuera por unanimidad.
Bruselas planteó en mayo que el visto bueno de los Estados llegara por el procedimiento más bien técnico de comitología, en base a la propuesta del Ejecutivo comunitario, que todavía jugará un papel.
Michel le dio otra vuelta de tuerca al dar también voz a los Gobiernos nacionales en cada uno de los desembolsos. Porque los fondos se entregarán según se vayan cumpliendo hitos en los planes de inversión y de reforma enviados por quienes soliciten la ayuda.
El mecanismo tiene poco que ver con la gestión habitual de fondos comunitarios, y se acerca más a las troikas de la época de los rescates, aunque sin las visitas de los 'hombres de negro'. La carga política y el control técnico de la supervisión será mucho mayor que el ideado en un principio por la Comisión para el fondo de recuperación.
Michel admitió que lograr un acuerdo sobre el punto de la gobernanza del fondo será "difícil", porque los Estados miembros tienen "una opinión totalmente diferente sobre este tema". Pero pidió a todos los gobiernos que entiendan las "limitaciones y sensibilidades" en cada Estado miembro "para hacer posible el acuerdo" este mes. Un alto funcionario de la UE admitió no obstante que las negociaciones serán "muy difíciles".
Además del estricto control y supervisión del fondo, Michel también ofreció algunos 'dulces' a los frugales del Norte. Mantendrán los llamados 'cheques', el dinero que se les devuelve cada año de las arcas comunitarias para compensar el menor retorno que obtienen del presupuesto comunitario.
La propuesta de Michel modificó otros puntos. Retoca el mecanismo del reparto de parte de las ayudas a fondo perdido, para que refleje más el impacto del coronavirus, tal y como pedía un grupo importante de países.
También ofrece más claridad sobre la creación de nuevos impuestos y tasas, tal y como solicitó el Parlamento Europeo para dar su necesaria bendición al acuerdo. Y propone crear un nuevo instrumento de 5.000 millones de euros para amortiguar el impacto del Brexit.