
El índice de precios de consumo (IPC) de Japón cayó un 0,2% en mayo respecto a un año antes, lo que supone su segundo descenso consecutivo causado por la pandemia, según los datos publicados este viernes por el Gobierno.
El descenso del indicador, que excluye los precios de los alimentos frescos por su alta volatilidad, muestra la presión a la baja causada por la pandemia del nuevo coronavirus y por el abaratamiento de los precios internacionales del petróleo.
Esta evolución llega después de que en abril el IPC registrara otro descenso interanual del 0,2%, que supuso el primer dato negativo en tres años y cuatro meses.
En comparación con el mes precedente, los precios permanecieron planos en mayo, según los datos publicados este viernes por la Oficina de Estadística del Ministerio de Interior y Comunicaciones.
El descenso del coste de la educación, del 10,4%, fue el más agudo entre los componentes del indicador, seguido del de la electricidad, el gas y el agua, del 2,2%.
Esto se debió al antes citado abaratamiento de los precios globales del crudo y otros combustibles y al impacto en el sector educativo de las medidas para contener la pandemia, y en particular del cierre de todos los centros escolares de Japón desde comienzos de marzo hasta mediados de mayo.
Los incrementos de precios más fuertes se observaron en los precios de los muebles y los utensilios para el hogar (1,7%) y de la ropa y el calzado (1,4%).
Lejos del objetivo del BoJ
La evolución del IPC en estos dos últimos meses mantiene alejado el objetivo de alcanzar una inflación de en torno al 2% anual que se ha fijado el Banco de Japón (BoJ), que en 2013 puso en marcha un amplio programa de flexibilización monetaria para alcanzar esa meta.
Debido a los efectos de la pandemia sobre la tercera economía mundial, el BoJ estima que en el ejercicio que comenzó el pasado abril y terminará en marzo de 2021 el índice de precios de consumo se situará en negativo entre el 0,7% y el 0,3%.