
El expresidente del Gobierno José María Aznar ha defendido que el ingreso mínimo vital sea "temporal" ante la crisis del coronavirus y ha recalcado que "lo importante" es crear empleo y dar "oportunidades" a las personas. Además, ha dicho que hay que explicar que es "difícil" aprobar una prestación como ésta "con un 110% de deuda ya a día de hoy" y al mismo tiempo pedirle a Europa transferencias para "financiar las consecuencias de la crisis en España". En directo | Última hora sobre el coronavirus
Así se ha pronunciado en una conferencia virtual bajo el título 'Post-covid-19: ¿Hacia un nuevo orden internacional?' en la que también han participado el excanciller de Paraguay Eladio Loizaga, y el exvicepresidente de la República de Perú y fundador y presidente de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL), Raúl Diez Canseco Terry. El acto ha sido moderado por Tomás Póveda, vicepresidente de USIL.
"Nuestra obligación es ayudar al que lo necesita temporalmente, pero sobre todo promover políticas que puedan dar empleo, seguridad y oportunidades. Eso es lo importante", ha proclamado Aznar al ser preguntado cómo valora esta renta mínima que ha aprobado el Gobierno de Pedro Sánchez.
Aznar ha afirmado que es "difícil" aprobar una norma como el Ingreso Mínimo Vital "con un 110% ya a día de hoy de deuda del PIB". "Y al mismo tiempo decirle a Europa que necesitas transferencias" para financiar las consecuencias de la crisis en España. Las cosas hay veces que no cuadran porque no tienen su sentido", ha resaltado.
Por eso, ha insistido en que ese ingreso mínimo puede ser "necesario desde el punto de vista temporal" y ha dicho "no tener ninguna duda al respecto", pero ha avisado de que la "gran cuestión estructural es el crecimiento, el empleo, la empresa, la inversión y las oportunidades". A su entender, eso es lo que hace sacar a la gente "de la dependencia y la necesidad" para que logre "un futuro de prosperidad".
Él dejó la deuda en el 38% del PIB
El exjefe del Ejecutivo ha recordado que cuando él dejo el Gobierno en 2004 España "tenía un endeudamiento del 38% del PIB". "Y hoy vamos a llegar el año que viene, muy probablemente al final de este año, al 120% del PIB". Además, ha dicho que dejó el país con superávit presupuestario y en la Seguridad Social.
"Es verdad que se han pasado crisis, pero es verdad que las cosas se pueden hacer bien, se pueden hacer mal o regular", ha enfatizado, para lamentar que en los últimos cinco años España haya celebrado cuatro elecciones generales, algo que, a su juicio, evidencia que "algo falla" en la política española.
Además, ha señalado que el Gobierno de Pedro Sánchez nació de una moción de censura que, a su juicio, la Constitución "obliga a que sea constructiva pero que es destructiva" porque salió una "alianza de gobiernos de socialistas extremos más comunistas, más secesionistas".
"Evidentemente las recuperaciones son muy difíciles de imaginar desde el punto de vista de lo que es afrontar con seguridad, políticamente y desde el punto de vista de la unidad, de los consensos, de los objetivos comunes y de aquellos pilares fundamentales que justificaron el progreso de España, que eso se pueda mantener", ha advertido.
En este punto, ha señalado que la Constitución y la Unión Europea son las dos acuerdos básicos que deberían haber unido "profundamente a los españoles", "forjando los consensos suficientes para tomar las respuestas adecuadas para esta crisis y para afrontar el futuro". "Lamentablemente no ha sido así", se ha quejado.
Malas soluciones
Además, ha calificado de "absurdo" que haya gobiernos que quieran retomar sus "antiguas agendas" cuando la "hecatombe económica y social" del Covid-19 debe llevar a "revisas esas agendas" y sus "presupuestos de palmo a palmo".
"Hay que revisar programa a programa para adaptar los países a la realidad y eso va requerir buscar consensos y objetivos comunes", ha manifestado, para insistir en que es "absurdo" poner encima de la mesa políticas de "confrontación y divisivas".
En este punto, ha pedido estar atentos porque "algunos" quieren presentar los regímenes totalitarios y populistas y las dictaduras totalitarias como "una solución" cuando "nunca van a ser un ejemplo para la resolución de los problemas".
Además, Aznar ha defendido la revitalización de la democracia y las instituciones. "No hay ni habrá salidas populistas a esta crisis. Habrá intentos de salidas populistas que lo que hagan sea agravar el retroceso, la pobreza y las situaciones desgraciadas que están viviendo muchos países", ha manifestado, para defender que los Gobiernos latinoamericanos que lo consideren puedan plantear "un plan de acción conjunta ante las instituciones multilaterales".