
Javier González de Lara, presidente de los empresarios Andaluces, mantuvo esta entrevista telefónica con elEconomista el lunes. En la vorágine informativa, algunas cosas han cambiado con el Consejo de Ministros de ayer.
¿En conjunto, cómo se valora la gestión que está haciendo el Gobierno de la crisis desde el punto de vista económico y laboral?
Hasta el día 18 de marzo, hemos valorado como razonablemente positivas las medidas del Gobierno, que eran de apoyo a la actividad empresarial, con esos fondos de 200.000 millones de euros en materia de liquidez o la extrapolación mediante decreto del acuerdo entre empresarios y sindicatos en materia de Ertes.
Pero la falta de coherencia de las medidas se ha disparado desde entonces. No sabemos el motivo, aunque podemos intuir el porqué, pero este fin de semana ha sido todo de una incoherencia e improvisación absoluta. Ha habido un cambio en la actitud del propio Gobierno, seguro que no por falta de voluntad, sino por las presiones internas que se están viviendo en el Consejo de Ministros.
Pero, dejar claro, que los empresarios hemos querido colaborar desde el primer minuto; otra cosa es que nos lo están poniendo, cada vez, más complicado.
Desgranando, ya las medidas, empecemos por la última. ¿Cómo valora las vacaciones remuneradas recuperables aprobadas este fin de semana?
Hay que aceptarla, pero no necesariamente compartirla. No estamos de acuerdo y creemos que habrá muchas empresas, especialmente pymes y autónomos, que van a tener muy difícil mantener su actividad y van a estar abocadas, incluso, al cierre.
No se puede mantener una empresa con los mismos gastos y sin ingresos y, además, con la pedrea de tener que pagar los salarios de los trabajadores, a través de esos permisos retribuidos recuperables, que es otra expresión inventada extraordinariamente bien este fin de semana.
No podemos comprender que las razones sanitarias, que son prioritarias, y remarco que los empresarios las apoyamos pues ante todo es la vida de las ciudadanos; pero no podemos entender que no se acompasen con medidas económicas que permitan el funcionamiento de las empresas y, sobre todo, que adopten medidas eficaces para salvaguardar su continuidad. Esa es la clave: cómo equilibrar prioridad sanitaria, que es la máxima, con no gripar el motor de la economía.
Si son cada vez más los costes y las obligaciones para las empresas, va a ser difícil.
¿Considera que la totalidad o parte de la retribución salarial de estas vacaciones sea asumida por el Gobierno?
Ojala fuese así, pero lo veo bastante improbable. Lo que ha habido es una actitud, por parte del Ministerio de Trabajo, con medidas incoherentes y precipitadas, donde se ha visualizado que, quizá, ante una avalancha de más Ertes, era mejor ampliar el plazo de las vacaciones hasta el 9 de abril, para que las empresas hiciesen frente al pago de los propios salarios.
Es complicado de entender, es como darle la vuelta al calcetín. A partir de ahora -pensemos en la construcción-, en posibles empresas que iban a acogerse a Ertes, vamos a pasar de que el Estado sufrague los costes de esos Ertes, a que las empresas tengan que pagar a sus empleados. Es que la diferencia es muy grande.
¿Usted cree que es una medida de ahorro de costes para el Estado?
Lo ignoro. Yo también me hago esa pregunta, como miles de empresarios que lo que queremos es ser coherentes, ayudar... Insisto en que no se nos malinterprete, porque se nos está acusando de insolidarios a los empresarios por los despidos o la ampliación de plazos de los contratos temporales.
Es muy injusto; lo que estamos es intentando defender las empresas, que no se hundan, porque si no, se va a producir una crisis económica y social. Y eso es lo que estamos intentando evitar. Pero, desconozco si esa ha sido la intención del Gobierno con esta medida. Lo que sí sabemos es que la factura la vamos a pagar nosotros y con eso le respondo. Nos dicen, recupere usted esas horas antes de final de año, y apáñeselas.
Y todo ello, sin adoptar en paralelo medidas que mejoren la liquidez de las empresas. Podría tener sentido si se paraliza la actividad, asimilándose en parte a Italia, pero con la coherencia de medidas de apoyo a la liquidez de las empresas.
¿Pero se han aprobado las líneas ICO?
Todavía no se han puesto en marcha –esperemos que se pongan en breve-, pero son líneas que van a tener su tiempo de tramitación, aunque, apunto, que las entidades financieras se están desviviendo por ayudar. Pero a la hora de calibrar los criterios de solvencia, las líneas ICO exigen una documentación muy densa y prolija.
¿Van a ser inmediatas? Pues no. Y la liquidez es la medida fundamental: si no se aplazan los impuestos, si no se aplazan las cotizaciones... El 20 de abril hay que pagar el IVA y el IRPF, y en junio los ciudadanos tienen el Impuesto de la Renta. Se debería haber acompañado, pues, de moratorias, aplazamientos de pagos fiscales. Ganemos tiempo, creemos un banco de tiempo, pues la crisis sanitaria se resuelve con paciencia, con tiempo, en el que todos nos ayudemos.
Creemos un discurso de unidad, no de buenos y malos, un discurso populista de solidarios e insolidarios. Las empresas estamos apoyando a la sociedad. Hay casos de empresas pequeñas, medianas y grandes que están haciendo equipos de protección respiradores... Están muy comprometidas.
No es una historia de buenos y malos y no es el momento de hacer política, es momento de sensatez y prudencia.
En la medida de prohibición de los despidos, ¿qué les molestó más, el fondo de la medida, o la forma empleada?
Las últimas medidas laborales son muy equivocadas. El fondo es errático; en primer lugar porque criminaliza al empresario y lo señalan con la propia redacción del decreto que tiene una parte punitiva que es casi insultante. Hacen ver, como si el empresario quisiera engañar.
Pero vamos a ver, ¿quién quiere engañar en una situación de alarma nacional? Queremos trabajar. En qué cabeza cabe, si se tiene en cuenta, además, que muchos expedientes van a pasar por la inspección y el que lo haga mal que lo pague. Por un lado, está el fondo, la propia medida, de discutible legalidad, contra la libertad de empresas; incluso, no es viable constitucionalmente. Ya veremos si se convalida en el Congreso.
Son medidas poco afortunadas. Pero es que la forma tampoco acompañó, no hubo ni consulta, mucho menos negociación. Es un capital que se pierde, el capital de la consulta, de hablar con los agentes sociales. Por tanto, no estamos contentos ni en el fondo, ni en la forma.
¿La gestión de los Ertes está siendo adecuada?
Creo que se está haciendo bien, aunque también depende de cada comunidad autónoma. La gestión laboral está transferida en el 90%. Puedo hablar por Andalucía, y la gestión está funcionando bien. A día de hoy, aquí estamos rondando los 50.000 Ertes, pero es un 10% del tejido productivo andaluz que tiene medio millón de empresas.
Y mejor será una suspensión temporal, que un ERE con despidos. La Consejería de Empleo está trabajando con mucha diligencia porque se consiguió que pasado el plazo de cinco días, el silencio administrativo se considera positivo y el Erte aprobado
Pedimos coherencia y pedimos que se entienda que las empresas al final somos lo que tenemos que reconstruir esta situación en el ámbito económico y social.
¿No es un error, hablar de revisión de "oficio" de Ertes?
Creo, técnicamente imposible revisarlos todos, es una valoración política con una concepción ideológica, pero es un brindis al sol. Entendemos que se guarde la potestad de revisar aleatoriamente, o donde existan circunstancias a la revisión. Por eso, he dicho que el decreto es muy desafortunado en el fondo y en la forma, es culpabilizar a los empresarios como si hubiese comportamientos masivos espurios.
Invito a leer el decreto, es punitivo. Además, los empresarios estamos ayudando, estamos muy comprometidos con el empleo, pero queremos sobrevivir también y después de que la alarma sanitaria pase, tenemos que reconstruir y hay sectores que se han parado en seco y hablamos del 70% del tejido productivo nacional.
Con este decreto que se reduce a 25 sectores fundamentales, dejamos la economía hibernada. Es un riesgo enorme, porque la economía es flexible y ágil, no puede congelarse porque se gripa. Y volverla a calentar es muy difícil. Hay miles de empresas que en estos años han abierto mercados extranjeros y no saben qué hacer con sus productos.
¿Son partidarios de ampliar la moratoria de impuestos a todo el tejido empresarial?
Claro, a todas absolutamente y a los autónomos con mayor sensibilidad. Y que se les exima de su cotización este mes como dice Lorenzo Amor. Tenemos que conseguir que la liquidez no venga solo de que aporten créditos, que vienen muy bien, sino de que no se drene.
La liquidez la puedes conseguir o por arriba o por abajo, y si se te quitan los recursos, se te aboca a una situación muy difícil. Y si además, si te has acogida a un Erte, tienes la obligación de mantener el empleo seis meses. Mantener la liquidez será la clave, por eso conviene diferir los impuestos.
Muchas gracias...
Si me permite, mi mensaje final es de unidad; los empresarios estamos muy comprometidos, estamos con nuestro presidente Garamendi, y comprometidos con la Sociedad. Pero, por favor, pedimos que no hay improvisación.