
La clase media catalana, aquellos ciudadanos de la región que perciben rentas medias anuales por encima de 20.000 y 30.000 euros al año y entre las que se sitúa la retribución media de los españoles según la Encuesta de Estructura Salarial del INE de 23.646,5 euros anuales, son los españoles que más IRPF deben pagar a Hacienda debido al encarecimiento del tributo en su tramo autonómico. De este modo, según los datos que arroja el Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral 2020 publicado por el Consejo General de Economistas, el president de la Generalitat, Quim Torra, se convierte en e dirigente autonómico que más dinero absorbe de las rentas medias para llenar las arcas de regionales.
Tal y como se puede apreciar en el gráfico -a partir de un contribuyente soltero o soltera y sin hijos con edad inferior a 65 años y sin discapacidad ni ninguna otra circunstancia personal que pudiera darle derecho a deducción estatal o autonómica- la cotización media anual para un contribuyente catalán que perciba más de 20.000 euros anuales asciende a 2.510,70 euros, mientras que en el comparado con la Comunidad de Madrid esta cuantía se sitúa en los 2.269,46 euros, lo que supone hasta un 10,6% menos que en Cataluña. En este tramo, la región que más grava a sus rentas medias después de Cataluña es la presidida por el socialista Francisco Javier Lambán, máximo dirigente de Aragón. Aquí la aportación para este tramo de contribuyente asciende a los 2.394,10 euros al año. Por abajo, el País Vasco es la comunidad que menos esfuerzo contributivo exige a sus ciudadanos con rentas por encima de los 20.000 con aportaciones que se sitúan en los 2.185,90 euros al año.
La misma lógica se reproduce para las contribuciones por IRPF en rentas por encima de los 30.000 euros anuales. Los contribuyentes catalanes vuelven a ser los más castigados con una aportación anual media que ronda los 5.102,90 de media, seguido de nuevo por los aragoneses que contribuyen por esta retención una cuantía de 5.042,23 euros. Si atendemos a la comparativa con la capital del país, en este tramo de renta el contribuyente catalán aporta un 6,5% más que su homólogo madrileño, para quien el valor de la retención se sitúa en los 4.795,14 euros al año. También como en el tramo de renta anterior los ciudadanos más exonerados del IRPF son los vascos con retenciones que se sitúan en los 4.793,10 euros al año.
Como explicación a este fenómeno, Luis del Amo, secretario técnico del REAF del Consejo General de Economistas -uno de los autores del informe referenciado- señala las divergencias en el tipo mínimo de este impuesto entre las autonomías. "El tipo mínimo en Cataluña es el más elevado", explica el experto con un 21,5% contra el 18,5% que registra la Comunidad de Madrid. Así, apunta Del Amo, que si se resta a estas cuantías un 9,5% que el porción del tipo mínimo que impone el Estado, se obtiene la contribución autonómica al gravamen, que en el caso de Cataluña es la más elevada del país.
Navarra grava las rentas altas
Sin embargo, cuando aumentamos de nivel de renta hacia niveles de mayor poder adquisitivo, por encima de los 45.000 euros, Navarra desplaza a Cataluña como la región donde más dinero se aporta a las arcas del Estado por la vía del IRPF. Como se aprecia en el gráfico, el nivel de aportación de los navarros con un nivel de ingresos anual que supere los 45.000 euros al año alcanza los 9.854,46 euros al año.
A partir de este tramo -factor clave para que sea una de las regiones más favorecidas por la localización de grandes compañías multinacionales y receptora de inversiones- Cataluña empieza a aflojar la presión fiscal sobre sus contribuyentes. Aquí la aportación del catalán es la quinta mayor del territorio -por delante, a parte de Navarra se encuentran las regiones de Extremadura, Aragón y Baleares- alcanzando los 9.670,75 euros anuales. Del mismo modo, continúa siendo superior que en la Comunidad de Madrid, con una retención de 9.271,79 euros. También el País Vasco figura como el más laxo en este tramo de renta a la hora de gravar a sus contribuyentes con una aportación media de estos al año de 9.222,18 euros.
Más allá, cabe recordar en este punto que hasta la interrupción de la vida social y económica por la crisis sanitaria del coronavirus, entre las paredes del Ministerio de Hacienda se cocinaban los primeros ingredientes de una reforma de la financiación autonómica que podría remover la heterogeneidad regional de las cifras de este tributo y también de otros con el fin de armonizar la carga fiscal de los españoles en la mayor medida posible.