Economía

Las grietas del mercado laboral de EEUU hay que buscarlas con lupa para encontrarlas

  • Las horas extra de trabajo a la semana han caído a mínimos de 2012
  • Las ofertas de trabajo sin cubrir han sufrido el mayor descenso desde 2009
Foto de Alamy

La tasa de paro en mínimos desde 1969, una creación de empleo que sigue manteniendo un ritmo notable pese a la avanzada madurez del ciclo económico, una inflación por encima del 2%... A simple vista, el mercado laboral (y la economía) de EEUU está funcionando como un reloj suizo. Sin embargo, analizando datos e indicadores menos conocidos se pueden ver algunas grietas que ni mucho menos empañan la panorámica, pero que sí dejan entrever ciertas debilidades: empleo a tiempo parcial involuntario, horas de trabajo semanales en 'horas bajas' (valga la redundancia), descenso de las ofertas de trabajo, unos salarios que no repuntan o una participación laboral estancada son las 'pegas' que se le pueden sacar al mercado laboral de EEUU. Unas 'manchas', por ahora, insuficientes para ser una amenaza real para el mercado de trabajo y el ciclo económico.

Deutsche Bank: "Echando un vistazo debajo del capó se puede ver que el mercado laboral de EEUU tiene manchas"

Matthew Luzzetti, Brett Ryan y Justin Weidner, economistas de Deutsche Bank, han realizado un extenso análisis en el que concluyen que "el mercado laboral no es tan fuerte como parece o como dice la Fed, pero todavía no muestra signos preocupantes". Desde que la expansión diese comienzo hace más de once años, el mercado laboral ha tenido altibajos aunque la tendencia subyacente siempre ha sido la creación neta de empleo y unos salarios que repuntaban muy poco a poco. Ahora, la situación sigue siendo prácticamente la misma, pero yendo muy al detalle se pueden ver algunas debilidades.

"Se están produciendo recortes en las horas de trabajo semanales y en las horas extra, junto a unos salarios estancados, unas encuestas algo débiles y una caída de las ofertas de trabajo, lo que deja entrever que una demanda de trabajo más débil explica estas dinámicas recientes", señalan los expertos del banco alemán.

Bajo las métricas o indicadores más habituales todo sigue en orden. "Sin embargo, echando un vistazo debajo del capó se ve que el mercado laboral de EEUU tiene manchas". Este mes de febrero la Oficina Laboral de EEUU ha revelado que las ofertas de trabajo (puestos sin cubrir o JOLTS por sus siglas en inglés) en diciembre de 2019 habían caído un 14,9% hasta las 5,892 millones de puestos. Si se analiza este dato sin tener en cuenta al sector público, el descenso fue de un 17,4% un año antes. Ambas son las mayores caídas interanuales desde diciembre de 2009, según los datos de la Reserva Federal. El dato contrasta con los espectaculares datos que presentó este indicador durante 2018, coincidiendo con el momento más 'dulce' del mercado laboral de EEUU.

Por otro lado, las horas de trabajo semanales se encuentran estancadas en la parte baja del canal que se formó tras la recesión. Durante los peores momentos de la crisis, las horas de trabajo medio semanales llegaron a caer a 33,7. Con la recuperación llegaron a tocar techo en las 34,6 horas. Ahora, la media de trabajo semanas está en 34,4 horas, con una tendencia a la baja desde finales de verano de 2018.

Muy relacionado con lo anterior están las horas extra de trabajo. Aquí el último dato de enero de 2020 parece algo más alarmante, tocando mínimos desde 2012 en 4,1 horas por semana de trabajo extra. Según los analistas de Deutsche Bank esto evidencia que la demanda de factor trabajo (la necesidad de trabajadores y de su tiempo por parte de las empresas) es algo más débil de lo que parece a simple vista.

Esta menor demanda de factor trabajo se traduce en unos salarios que crecen menos. Según el informe de empleo de enero, los salarios avanzaron un 3,1% en términos interanuales, lejos de los valores cercanos al 4% antes de la crisis y también por debajo del 3,5% de principios de 2019.

Por último, el empleo a tiempo parcial involuntario y la baja tasa de participación laboral son otros factores que no han terminado de recobrar la normalidad durante este ciclo expansivo de la economía. Esto más que grietas son un problema casi estructural en EEUU.

La tasa de participación laboral (personas que están trabajando o que buscan empleo de forma activa) están el 63,4%, frente al 66,4%, previo a la crisis. Pese a la fuerte creación de empleo durante años, el auge cíclico que vive este indicador no ha logrado compensar la fuerzas estructurales (jubilación, cambio de prioridades...) que están lastrando la actividad laboral en EEUU. Además, los ocupados a tiempo parcial involuntario (personas que quieren trabajar más horas y no pueden hacer por razones económicas de su empresa) siguen por encima de cuatro millones, frente a los 3 millones del año 2000 o los 3,9 millones de 2006.

Aunque las debilidades son varias, su importancia relativa sobre el conjunto del mercado laboral aún es escasa. Desde Bank of America Merryll Lynch creen incluso que algunas de estas grietas como el descenso de las ofertas de trabajo "responden a una normalización más que a un deterioro. Las nuevas ofertas de empleo se dirigen hacia una tendencia más sostenible después de haber crecido de una forma descomunal por los estímulos fiscales (reforma fiscal de Trump) de 2018". Estos expertos creen que hasta las peticiones de subsidio por desempleo no manden un mensaje de alerta, no habrá posibilidades de ver un cambio de ciclo.

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