
España cuenta con unos niveles de desigualdad en la distribución de la renta más elevados de Europa. La causa de esta disparidad no se encuentra solo en un desempleo estructural elevado, otro factor muy importante es la elevada desigualdad salarial entre trabajadores: brecha entre hombres y mujeres, jóvenes y mayores, temporales e indefinidos, empleados públicos y del sector privado y , por último, entre jornada a tiempo parcial o a tiempo completo. Esta última brecha es quizá la más grande y quizá la más dolorosa para muchos empleados que no llegan a los 700 euros porque no pueden trabajar más horas. Esta es la verdadera calamidad de un mercado laboral plagado de desigualdades.
Trabajar a jornada completa supone un salario medio que casi triplica el de la jornada a tiempo parcial. Se podría pensar que es lógico, puesto que se consideran empleos a tiempo parcial todos los que están por debajo de 35 horas semanales. El drama en el caso de España es que esto no es una elección, es una obligación. El 56% de este tipo de trabajadores desearía trabajar más horas pero no puede por motivos económicos de la empresa, que es incapaz de ampliar su base horaria hasta alcanzar la de un trabajo a tiempo completo.
El 56,2% de los asalariados a tiempo parcial (hay 2,8 millones en España) se encuentra en la décila más pobre de los salarios, que supone ingresar 748 euros brutos al mes en doce pagas. Otro 24,5% se encuentra en la segunda décila, que se mueve entre los 748 y los 1.046 euros brutos. Esto supone que el 80% de los empleados a tiempo parcial está cobrando menos de 1.000 euros netos al mes, mientras que alrededor de 1,6 millones recibe 748 euros brutos o menos.
A falta de datos oficiales por la dificultad de seguir la pista a estos trabajadores, que no tienen la obligación de realizar la Declaración de la Renta, se puede hacer una estimación aproximada de su número. Según ha desvelado el Instituto Nacional de Estadística a elEconomista, hay casi 1,5 millones de empleados a tiempo parcial que perciben 748 euros o menos al mes, de los cuales 923.400 desearían trabajar más hora pero no puede. Esto supone que casi un millón de trabajadores españoles se encuentran en la décila más pobre de los salarios porque no tienen la oportunidad de trabajar más horas por las condiciones económicas.
El trabajo a tiempo parcial muestra una tendencia creciente en Europa y en España. El porcentaje de este trabajo sobre todo el empleo ha pasado del 6% en los 90 a suponer más del 14%, mientras que en la zona euro ya representa más del 20% y en Países Bajos casi el 50% de todo el empleo. La diferencia entre España y el resto de la zona euro es el elevado grado de involuntariedad, que en España alcanza el 56%, mientras que en Países Bajos se queda en el 7% pese a tener el empleo a tiempo parcial mucho más peso dentro del mercado laboral. Después de Grecia e Italia, España es el país con más trabajadores a tiempo parcial de forma involuntaria.
Un lastre para la economía
Esta disfuncionalidad es un lastre para el dinamismo de todo el mercado laboral, cuya tasa de paro 'real' (teniendo en cuenta la infrautilización de estos trabajadores y los desanimados) ronda el 20%. El factor trabajo está infrautilizado en España de forma crónica, lo que reduce el crecimiento potencial y, probablemente, el aumento de los salarios.
La involuntariedad en este tipo de empleo se triplicó desde el periodo previo a la crisis, llegando a tocar el 64% en 2014, desde entonces ha comenzado a caer pero muy poco a poco. Mientras que la tasa de paro se ha reducido casi a la mitad, el trabajo parcial involuntario ha pasado del 64% al 55%. Se mantiene muy cerca de máximos cuando la creación de empleo ya ha comenzado a desacelerarse ante en enfriamiento de una economía que podría estar cerca de cambiar de ciclo. Este indicador empieza a reducirse con fuerza cuando el mercado laboral comienza a quedarse sin parados y las empresas dan el pistoletazo de salida para aumentar las bases horarias de sus empleados.
Por otro lado, el trabajo a tiempo parcial involuntario tiene más peso en los hombres (63,5%) que en las mujeres (53,5%). El segundo motivo (detrás de 'otras razones') en el caso de los hombres son los cursos o la formación, mientras que en el caso de las mujeres por el cuidado de niños o adultos enfermos (16%).