
No era la primera vez, y probablemente no será la última. Pablo Casado acudió este lunes a la cita con Pedro Sánchez en Moncloa con un decálogo bajo el brazo y con una respuesta anticipada por parte del presidente del Gobierno: el 'no' por respuesta.
Ni el apoyo del PP a los Presupuestos Generales del Estado de 2020 para que no dependa de las fuerzas independentistas, ni pactos en temas institucionales, otros económicos –como no tocar la reforma laboral de Mariano Rajoy– o, de política exterior suscitaron la más mínima empatía entre el Ejecutivo de España y el Partido Popular. Y todo ello, una vez que, apenas concluido el encuentro de hora y media, y antes de la rueda de prensa que ofreció el líder del PP desde las instalaciones de Moncloa, la Secretaría de Estado de Comunicación que pilota Iván Redondo envió una reseña a los medios subrayando que la estrategia del PP es la del "bloqueo", expresándose en los mismos términos en los que los dirigentes socialistas vienen pronunciándose desde hace semanas.
Más allá de la "buena relación personal" que Casado dice tener con Sánchez, del "encuentro cordial, formal y fructífero" que sostienen fuentes del PP, la falta de entendimiento entre ambos fue la tónica dominante. Casado llegaba a Moncloa, y lo hacía a iniciativa del presidente del Gobierno, ofreciendo un 'Compromiso por España' si el líder socialista tiene a bien rechazar el apoyo de los partidos independentistas.
Demandas y contraprestaciones
Con ese principio, y bajo la premisa de que los soberanistas queden fuera del círculo de influencia de Pedro Sánchez, el máximo dirigente popular se comprometió a negociar los Presupuestos Generales del Estado, a apoyar al Gobierno en la negociación europea en asuntos como la PAC (Política Agraria Común), avanzar en el Pacto de Toledo, en un pacto por la Educación, o por la mejora de la financiación de las comunidades autónomas. En contraprestación a estos apoyos, Casado pidió la devolución del IVA que se les adeuda a las administraciones regionales y locales, la no subida de impuestos a las clases medias, a los autónomos y a las pequeñas y medianas empresas, negociar una política arancelaria con EEUU, la renuncia explícita a la Mesa de Negociación con la Generalitat o, la demanda al jefe del Ejecutivo para que reconozca a Juan Guiadó como presidente de Venezuela y ofrezca toda la información del contenido de la reunión de José Luis Ábalos con la dirigente chavista, Delcy Rodríguez.
En el ámbito económico
En el terreno económico, Casado recomendó mantener la reforma laboral de 2012, más desde el reciente informe del Fondo Monetario Internacional, en el que se reconoce que sirvió para crear empleo.
En alusión a los Presupuestos Generales, Casado señaló que Sánchez no puede pretender que sea el PP quien vaya a la cárcel a negociar los presupuestos con los independentistas. Y, hablando de Cataluña –tema de conversación entre ambos líderes–, el presidente del Partido Popular pidió avanzar conjuntamente en recuperar el orden, la convivencia y el progreso en Cataluña, abogando por consensuar una política común frente a los nacionalismos y los radicales.
La ideologización de Dolores Delgado
"Con ánimo constructivo, y desde la centralidad", el líder del PP exigió despolitizar la justicia, razón por la que se manifestó contrario a que un dirigente del PSOE y exministra de Justicia, como Dolores Delgado, ejerza como fiscal General. Casado también reprobó una reforma del Código Penal para hacerle un traje a medida a Oriol Junqueras, con el fin de que salga de prisión lo antes posible.
Moncloa, por su parte, que el PP no ha variado ninguna de sus posiciones, a pesar de su responsabilidad como principal partido de la oposición. Básicamente renovar el CGPJ, el Tribunal de Cuentas y RTVE, algunos de los principales objetivos de Sánchez, este lunes.