Economía

¿Una renta básica universal para 'descongelar' el invierno demográfico?

  • El 'dividendo' de Alaska ha incrementado la tasa de fertilidad un 13,1%
  • Una renta básica permite reducir las horas de trabajo y mayor conciliación
  • Las causas económicas ganan fuerza entre las mujeres que no tiene hijos
Anchorage es la ciudad más poblada de Alaska con 294.000 habitantes. Alamy

La renta básica universal y su impacto en la economía (en un sentido amplio) es uno de los debates más controvertidos de la actualidad económica. Resulta complicado extraer una conclusión determinante sobre el efecto que tendría este tipo de transferencia en el conjunto de la economía (tiene cosas buenas y otras no tanto), como ha mostrado el experimento en Finlandia.  Sin embargo, dentro de las secuelas positivas parece evidente que la renta básica reduce la pobreza (al menos en el corto plazo) e incluso puede dar un empujón a la fertilidad, como se ha podido comprobar en Alaska, donde todos sus habitantes tienen derecho a una suerte de renta básica que se percibe en forma de 'dividendo' anual desde 1982.

Esta conclusión sobre la relación entre fertilidad y renta es a la que han llegado los economistas Nishant Yonzan, Laxman Timilsina, Inas Rashad Kelly en un trabajo publicado esta semana por la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER) de EEUU. Estos economistas calculan que "la tasa de fertilidad de las mujeres entre 15 y 44 años en Alaska ha sido un 13,1% más elevada debido al Fondo Permanente de Alaska. Nuestras estimaciones apoyan la teoría de que un shock positivo en los ingresos incrementa la fertilidad".

Esta aportación gana relevancia ante la implacable caída de las tasas de fertilidad en gran parte de los países desarrollados y otros menos desarrollados que están sufriendo el mismo fenómeno de forma prematura. Sin ir más lejos, en España la tasa de fertilidad se ha desplomado hasta los 1,3 niños, mientras que el invierno demográfico ocupa un lugar cada vez más relevante en la agenda política. En Alaska también se ha reducido en las últimas década, pero la tasa de fertilidad sigue por encima de dos.

La última Encuesta de Fecundidad publicada por el INE, el 20% de las mujeres que no han tenido hijos señalan directamente a las razones económicas o laborales como principal motivo. Por otro lado, un 35% de las mujeres que han tenido su primer hijo biológico más tarde de lo que consideran ideal también culpan a los mismos motivos. El retraso a la hora de tener el primer hijo puede ser determinante para decidir si se amplía aún más la familia o ya es demasiado tarde. Por ejemplo, el 'dividendo' anual de Alaska ha incentivado a las mujeres de ese estado a ser madres antes y reduciendo el periodo de tiempo entre nacimientos, lo que a la postre desemboca en una mayor tasa de fertilidad.

¿Cómo ha influido el 'dividendo' en Alaska?

Aunque el programa puesto en marcha en Alaska en 1982 no es una renta básica universal en versión más estricta, los autores de este trabajo recalcan que "este dividendo representa una forma de renta básica universal a pequeña escala... porque es una transferencia disponible para todos los residentes de Alaska sin importar su renta, edad o estatus laboral".

La definición más aceptada de renta básica universal señala que esta renta tiene que ser suficientemente generosa como para poder vivir (algo que no cumple el dividendo de Alaska), no puede discriminar a nadie por sus ingresos (sí lo cumple) y debe estar disponible para una parte mayoritaria de la población y no dirigida a un grupo específico (también lo cumple el dividendo de Alaska).

Los requisitos que se deben cumplir para recibir esta renta es residir en Alaska, no estar encarcelado o no haber cometido un delito grave. Las receptores deben haber residido en Alaska durante todo el año para recibir ese 'dividendo' durante el siguiente año, normalmente en el mes de octubre.

Sin embargo, con los niños (que también tienen derecho al dividendo) se realiza una excepción y reciben el mismo dividendo independientemente del mes en el que hayan nacido, es decir, no es necesario que el nacimiento se produzca el 1 de enero para tener derecho al dividendo el siguiente ejercicio.

Este dividendo, que en su mayor parte procede de los ingresos del petróleo, varía cada año. Los habitantes de Alaska tienen que cumplimentar la solicitud en los primeros tres meses del año y recibirán el estipendio a mediados de octubre. En 2018, el dividendo alcanzó los 1.600 dólares por persona, que en un hogar con cuatro miembros sumaría 6.400 dólares. En 2015 llegó a  su máximo histórico con 2.272 dólares, que un hogar con cuatro miembros supondría 8.288 dólares, una cantidad considerable para los deciles con menos renta del estado.

Cómo ha influido en la fertilidad

Alaska es uno de los estados que presenta una mayor tasa de fertilidad en EEUU, siendo uno de los seis estados que todavía superan los dos hijos por mujer en edad fertil. Este territorio está situado en el extremo noroeste de América del Norte y pese a más que triplicar el tamaño de España tiene poco más de 730.000 habitantes. Esto ha posibilidad la entrega de este 'dividendo' anual a modo de renta básica que se financia con los ingresos obtenidos de los 500.000 barriles de petróleo que produce cada día el estado.

Los economistas que han realizado el trabajo concluyen que aunque este 'dividendo' no cumple todas las funciones de una renta básica, si es una transferencia incondicional y universal. "Esto sugiere que cuando se consideren políticas relacionadas con la renta básica universal se deberían tener en cuenta los efectos que puede tener sobre la fertilidad. Aquellos que dudan a la hora de decidir si tener un bebé o tener otro más, un aumento de sus ingresos podría incrementar tanto la calidad (de vida del niño) como la cantidad (de niños)", sentencian estos expertos.

Un vasto libro dedicado a la renta básica analiza el Fondo Permanente de Alaska y destaca que su implantación ha logrado reducir la desigualdad, la pobreza y ha estimulado la economía generando 7.000 puestos de trabajo sin generar inflación ni reducir los niveles de empleo. No obstante, por el lado negativo (o positivo) se ha observado un aumento del peso del empleo a tiempo parcial voluntario, es decir, de trabajadores que aprovechando ese ingreso extra del 'dividendo' optan por trabajar menos horas. Esto último también facilitaría la conciliación familiar y podría suponer una alternativa para los padres que quieren trabajar y dedicar mayor tiempo a su descendencia.

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