El experimento de Finlandia con la renta básica parece que no ha tenido los resultados esperados. La prueba, que consistió en dar a 2.000 ciudadanos una renta básica de 560 euros al mes durante dos años, finalmente no ha servido para impulsar el empleo entre sus beneficiarios, según ha reconocido el Gobierno finlandés en la evaluación de los resultados preliminares correspondientes al primer año del ensayo. Lo que sí que se registró sin embargo fue un efecto positivo en la calidad de vida de los participantes, así como en su confianza de cara a sus expectativas de futuro.
¿Pero de verdad Finlandia pretendía impulsar el empleo con esta medida? Pues sí. Al parecer el objetivo de los responsables de este ensayo era extender su alcance a otros grupos de población una vez transcurridos los dos años previstos y analizar los efectos de la renta básica también entre personas empleadas. "En estos grupos debería haber, entre otros, pequeños emprendedores y trabajadores autónomos, ya que el mundo se mueve en una dirección en la que cada vez más gente crea sus propios puestos de trabajo", afirmaba al diario Lapin Kansa el experto de Kela Olli Kangas, uno de los principales responsables del proyecto.
"Los participantes no encontraban trabajo mejor ni peor que el grupo de control", indica la ministra de Sanidad
"Los resultados preliminares del programa piloto muestran que los participantes no encontraban trabajo mejor ni peor que el grupo de control", indicó la ministra finlandesa de Salud y Asuntos Sociales, Pirkko Mattila, quien reconoció que "sobre la base de los resultados del primer año del experimento, el impacto en el empleo parece modesto".
Por su parte, Ohto Kanninen, coordinador de investigación del Instituto de Empleo e Investigación Económica de Finlandia, indicó que los beneficiarios de esta renta básica registraron de media 0,5 días más ocupados que el grupo de control tomado como referencia, con una media de 49,64 días empleados durante el primer año del experimento, frente a los 49,25 días de aquellos que no cobraron la renta.
Asimismo, un 43,70% de los perceptores de la renta tuvieron ingresos procedentes del autoempleo, frente al 42,85% del grupo de control. Los ingresos procedentes del autoempleo entre los beneficiarios de la renta básica fueron de media 4.230 euros, 21 euros inferiores a los 4.251 euros de aquellos del grupo de control.
"Sobre la base de un análisis de los datos anuales registrados, podemos afirmar que durante el primer año del experimento los perceptores del ingreso básico no tuvieron mejores ni peores resultados que los miembros del grupo de control a la hora de encontrar empleo en el mercado laboral", concluyó Kanninen.
Más bienestar y confianza
No obstante, la ministra finlandesa de Salud y Asuntos Sociales destacó que los beneficiarios de la prestación mostraron una percepción claramente mejor de su bienestar en comparación con el grupo de control, refiriendo menos problemas de estrés y de salud, así como expresando una mayor confianza respecto de su futuro y oportunidades.
El experimento finlandés ha permitido que en 2017 y 2018 un grupo de 2.000 ciudadanos finlandeses elegidos mediante un muestreo aleatorio entre los desempleados del país hayan cobrado la cantidad de 560 euros al mes libres de impuestos con independencia de si contaban con otras vías de ingresos.
"Aunque no es probable que se adopte para un uso extensivo el modelo de ingreso básico desarrollado para el experimento, pienso que fue muy exitoso", subrayó la ministra finlandesa en referencia a la información aportada para abordar la reforma de los servicios de la seguridad social de Finlandia.
"El experimento de la renta básica nos permitió explorar formas más flexibles de aceptar un empleo y encontrar cómo los incentivos financieros afectan la aceptación de ofertas de trabajo", añadió Mattila.