El Foro Económico Mundial de Davos celebra este año 50 años. Un aniversario redondo que llega en un momento crítico para la iniciativa. A partir de hoy, los más de 3.000 asistentes, incluyendo medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno y los responsables de las grandes multinacionales, comprobarán hasta qué punto el encuentro continúa siendo termómetro válido de la política global y una buena atalaya para anticipar la marcha de la economía mundial.
Con el multilateralismo en horas bajas y la cooperación global en retirada, el Foro se jugará además sus galones en demostrar que es algo más que una bola de cristal, a veces empañada, de la marcha del planeta. Las tensiones en Oriente Medio, la guerra comercial, o la "emergencia climática", se discutirán en los paneles y en los pasillos esta semana, pero también en las cientos de reuniones a puerta cerrada y en las docenas cócteles que se celebran bajo invitación en los alrededores del centro de congresos al llegar la noche.
¿El último del presidente Trump?
El gran protagonista será de nuevo el presidente estadounidense Donald Trump. Hace dos años su mensaje para la élite mundial fue que su "América primero no significa América sola". Con un proceso de destitución (impeachment) en marcha en su país, y jugándose la reelección en noviembre, en esta ocasión probablemente tendrá la mirada puesta más bien en su audiencia local cuando mañana se dirija al plenario.
Trump no solo representa la antítesis de la cooperación global que ensalza Davos, su llegada a la Casa Blanca además provocó y agravó gran parte de los desafíos sobre la mesa, desde las disputas comerciales hasta las tensiones en Oriente Medio, pasando por el calentamiento global. También pasará por Davos el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, pieza clave en el escándalo que ha puesto a Trump contra las cuerdas por ser la víctima de sus presiones para que investigara al rival demócrata, Joe Biden. Ambos podrían coincidir mañana en la cena que organiza el Foro para celebrar sus 50 años.
Preocupación por Oriente Medio
Los tambores de guerra suenan en Irán tras el asesinato de su general Qassem Soleimani, el segundo hombre más poderoso del país, por parte de un dron de EEUU. La escalada de momento se ha contenido, pero nadie se confía con Trump como comandante en jefe.
El conflicto iraní, que puede desestabilizar aún más la región, es además un test para el renovado esfuerzo de los europeos por reforzar su influencia en el exterior. También intentan ejercer su papel más activo en Libia, mediando en un conflicto que podría abrir las puertas a nuevas olas migratorias.
Además de estos dos temas, otras crisis inesperadas podrían colarse en las conversaciones, como ya sucediera el año pasado con Venezuela, tras el reconocimiento por parte de EEUU de Juan Guaidó. Entonces se improvisó una mini cumbre entre los líderes latinos que acudieron hasta la localidad alpina. Al Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le tocó entonces coordinar desde allí la reacción de los europeos.
Desaceleración y ¿recesión?
El ciclo expansivo de la economía se alarga. El PIB estadounidense, el motor mundial, lleva al alza 125 meses, un vigor sin precedentes. Pero la guerra arancelaria, el enfriamiento de la economía china o el estancamiento de la productividad pueden terminar trasformando la desaceleración en recesión. Los malos augurios ya estuvieron en boca de algunos de los jefes de los fondos de inversión y analistas hace un par de años, con la mirada puesta precisamente en este 2020. Aunque nadie quiere que el pesimismo se extienda, para no dañar la confianza, la evolución dependerá de las próximas decisiones de Trump, ya sea en su enfrentamiento con China o en su duelo arancelario con Europa.
La revisión de los objetivos de política monetaria por parte de los bancos centrales, una idea discutida en pasadas ediciones, ganará aún más tracción este año, tras la decisión del BCE de emprender una revisión estratégica de sus metas y herramientas.
Tasa Google
La tasa digital tendrá un protagonismo especial entre bambalinas. Los responsables de grandes empresas del sector han pedido reunirse con el comisario europeo, Paolo Gentiloni, quien podría revivir en los próximos meses la propuesta europea de una tasa Google, si la intentona global que lidera la OCDE termina por encallar.
El impuesto digital es además el casus belli en el choque entre Francia y EEUU por la tasa que aprobó París. El secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, y el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, quedaron hace dos semanas en darse hasta Davos para intentar encontrar una solución.
Si no es así, la Administración Trump ha amenazado con imponer 100% de aranceles a bienes franceses por valor de 2.400 millones de dólares. La Comisión Europea ya ha advertido a Washington que responderá en bloque si se enzarza con Francia, lo que supondrá una nueva escalada en la guerra comercial en marcha entre ambos socios.
Greta en las montañas
La activista adolescente Greta Thunberg regresa este año, con más protagonismo que en la edición del año anterior. La sueca participará en un par de paneles mañana y en una cena con otros jóvenes activistas el miércoles. Su mensaje para los primeros espadas de la política y los negocios será que aceleren la descarbonización de la economía.
La ola de incendios en Australia y en el Amazonas representan poderosos recordatorios del impacto del cambio climático. Además, los desafíos medioambientales y climáticos han ocupado los cinco primeros puestos en el informe sobre los riesgos que prepara el Foro antes del encuentro. Para intentar mejorar sus credenciales "verdes", cuestionadas por la caravana de vehículos y jets privados que traen a los asistentes hasta la localidad, la organización ha instalado una estación temporal de tren junto al centro de congresos, además de introducir paneles solares y calefacción geotérmica para calentar el lugar.
Sánchez vuelve para "trasmitir confianza"
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, estrenará su agenda internacional al frente del Gobierno de coalición con Podemos en el exclusivo resort. Desde Moncloa explican que el objetivo es presentar las prioridades del nuevo Ejecutivo y "transmitir confianza". Además, promocionará ante los jefes de las grandes tecnológicas sus planes para avanzar en la digitalización de la economía. Otra de sus prioridades será insistir en la lucha contra la "emergencia climática", y liderará un panel sobre las oportunidades económicas que se derivan de ella.
El jefe de los socialistas vuelve tras su primera participación el pasado año, de nuevo acompañado por Nadia Calviño, convertida ahora en vicepresidenta Económica. Entonces la crisis en Venezuela ocupó gran parte de su tiempo. Llegará mañana por la tarde para asistir a una cena que conmemora el 50 aniversario del Foro, y a la que también asistirán otros jefes de Estado y de Gobierno y responsables de las grandes multinacionales. El miércoles intervendrá ante el plenario, seguido de una charla con el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría. De momento, sus encuentros bilaterales confirmados son con la presidenta de la confederación Suiza, Simonetta Myriam Sommaruga, además del fundador y presidente del Foro, Klaus Schwab.