
El Congreso de los Diputados ha aprobado este martes la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, una vez que el socialista ha logrado el apoyo de los independentismos, pero no está tan claro que le respalden en la gobernabilidad. Y es que una pieza fundamental para ello es la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2020, un proyecto legislativo para el que ERC, actor clave entre los partidos nacionalistas gracias a sus 13 escaños, ya ha dejado claro que su respaldo no será gratis. Entre los diputados socialistas admiten que habrá que satisfacer determinadas demandas de los republicanos, que podrían pasar por cambios en el Estatuto de Cataluña y la cesión de infraestructuras a la Generalitat.
"Si no hay mesa no hay legislatura y ERC ya lo ha hecho antes, solo hay que hacer memoria, en defensa de los derechos civiles, sociales y nacionales del pueblo de Cataluña", afirmó Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso el pasado fin de semana, palabras con las que dejó claro que su apoyo a unas futuras Cuentas no será gratuito. Y no sería la primera vez que los republicanos cumplen su amenaza: cabe recordar que su veto al proyecto presupuestario de 2019 desembocó en el final de la legislatura y en la convocatoria de las Elecciones Generales celebradas el 28 de abril.
Los socialistas son conscientes de que tendrán que hacer cesiones políticas y económicas para complacer a ERC. Con todo, rechazan que se vaya a caer o ceder de alguna manera en el campo de la autodeterminación. Desde Ferraz aseguran que no harán ninguna concesión en este sentido.
Obviamente, no hay nada sobre la mesa de diálogo, que además todavía no se ha activado, pactada entre ERC y el PSOE para abordar una negociación bilateral sobre la situación en Cataluña. Sin embargo, sí se barajan varias posibilidades. Una de ellas es la de ofrecer una reforma del Estatut, de manera que se explicite que Cataluña es una nación dentro de una nación, sin profundizar en el sentido de estas palabras.
Esta sería la fórmula que los socialistas estarían dispuestos a llevar a la consulta ciudadana que incluye el acuerdo que Ferraz y ERC firmaron la semana pasada. Para los socialistas estas es la razón por la que dicha consulta no puede ser entendida como un referéndum, dado que en ningún caso se abordaría la cuestión de una eventual autodeterminación.
Cesiones
A las reclamaciones políticas habría que sumar otras económicas. Los independentistas de ERC insistirán en la petición histórica de que la Generalitat tenga el control de infraestructuras territoriales que hoy están en las manos del Estado. Los socialistas lo saben, pero la cuestión está en hasta dónde puede ceder Pedro Sánchez.
Cabe recordar que el independentismo ha reclamado en varias ocasiones tener el control de los puertos y aeropuertos de Cataluña. Más allá de lo que esto significa en términos políticos, el Puerto de Barcelona es el más importante de todo el Mediterráneo y un importante eje cardinal económico de este área geográfica.
Además, recientemente el presidente de la Generalitat, Quim Torra, reclamó, en base a un estudio de la Cámara de Comercio de Barcelona, unos 45.000 millones de euros en inversiones en infraestructuras para su autonomía hasta 2030.
Pero, oficialmente, todavía no hay nada, aunque sí una orientación oficiosa: el último proyecto presupuestario recogía un incremento de la inversiones en Cataluña de 900 milllones. Parece claro que esta cifra sería insuficiente para los republicanos, visto cómo se rechazó el texto en su momento.