Economía

Berlín pide un reequilibrio de la deuda soberana a cambio de la Unión Bancaria

  • "Tras años de discusión, el bloqueo tiene que terminar", dice Olaf Scholz
Olaf Scholz, ministro de Finanzas de Alemania. Autor: Getty.
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La unión bancaria cumple cinco años. Y Alemania, o más bien su ministro de Finanzas, Olaf Scholz, ha decidido regalarle una propuesta para finalmente completar el proyecto más ambicioso en la integración europea desde el euro, con la largamente esperada garantía común de depósitos. El paso de Scholz va más allá de la culminación de la unión bancaria, e incluso de la integración económica. Llega como parte del renovado esfuerzo del bloque comunitario para incrementar el peso político de Europa.

"Llamo a la UE a actuar ahora para reforzar la soberanía de Europa en un mundo cada vez más competitivo", señaló Scholz, en un artículo de opinión publicado este martes en el Financial Times, en el que detalló su oferta.

La financiación de la economía europea continúa dependiendo en gran medida de su banca, dados los resultados limitados en el esfuerzo para desarrollar un mercado de capitales común. Y las dificultades que atraviesa la banca europea, con unos beneficios cada vez más ajustados, sobre todo frente a sus rivales estadounidenses o asiáticos, solo empeorarán con el agravamiento de la desaceleración económica.

Debilidad de la banca europea

Por eso, la propuesta de Scholz para crear un paraguas adicional a las garantías nacionales, para los depósitos inferiores a 100.000 euros, llega en este momento como parte de un paquete más amplio para abordar la fragmentación que debilita a la banca de la eurozona en varios frentes, desde los planes de insolvencia hasta la ponderación de deuda soberana.

Sin embargo, el plan pilló por sorpresa a sus socios en el Gobierno de la CDU, por lo que está por ver el recorrido que tendrá su oferta. Fuentes europeas informaron que su paquete refleja en parte las discusiones técnicas mantenidas durante los últimos meses en los grupos de trabajo en Bruselas. 

El asunto llegará este jueves a la mesa de los ministros de Finanzas del euro (Eurogrupo), con el objetivo de crear una hoja de ruta antes de que concluya el año para llegar a un gran acuerdo político. "Es un paso positivo", comentó Andrea Enria, el presidente del supervisor único europeo del BCE. 

En un evento auspiciado por el BCE en Fráncfort, el italiano esperó que el paso de Scholz generase el "ímpetu político" para tratar la falta de integración que todavía castiga al sector financiero europeo, a pesar de un lustro de construcción de unión bancaria. Sin embargo, Enria advirtió que espera una discusión larga, hasta el punto de descartar un acuerdo durante su mandato, que concluye en 2024.

Más optimista se mostró en el mismo evento la responsable de la Junta Única de Resolución, Elke Konig, quien sí vio posible el acuerdo antes de esa fecha.

Reevaluar el riesgo de deuda soberana

El director general al cargo de servicios financieros en la Comisión Europea, Olivier Guersent, advirtió que el modelo de Scholz para la garantía de depósitos europea es "poco ambicioso" en comparación con la propuesta comunitaria, que contempla en una fase final la integración de los esquemas nacionales en una garantía común. Sin embargo, valoró que es "un punto de partida muy bueno".

Una de las condiciones que establece Scholz es la revisión de la ponderación de la deuda soberana, considerada a los ojos de los supervisores como libre de riesgo. Alemania lleva tiempo cuestionando este tratamiento, y pide colchones de capital que reflejen el valor de los títulos nacionales y la concentración de la deuda soberana en los balances bancarios. Sin embargo, Guersent defendió como una vía "más sencilla aunque no sencilla" limitar la concentración de deuda soberana o incluir ratios de diversificación sobre las titulaciones.

Guersent advirtió que varios países vinculan un acuerdo sobre este punto a la necesidad de crear un activo de deuda común. Aunque todavía se está lejos de los eurobonos, el modelo sintético que propone la Comisión, integrando títulos de deuda nacional, es visto con buenos ojos desde el sector. 

Scholz también incluyó otro tema polémico en su paquete, pero defendido por una mayoría de las fuentes consultadas: la armonización de los sistemas nacionales de insolvencia para que los bancos no escapen al esquema de resolución europeo, que impone las pérdidas a bonistas y accionistas, pasando el coste a los contribuyentes. Pidió además progresos en el frente tributario con un acuerdo sobre la base imponible consolidada común del impuesto sobre Sociedades para terminar con el dumping fiscal. Y defendió continuar recortando el volumen de préstamos dudosos, ya que la reducción de riesgos ha sido la contrapartida central hasta ahora para llegar a la mutualización.

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