
España no se libra de la "desaceleración sincronizada" y las perspectiva "precarias" que observa Gita Gopinath, economista jefe del Fondo Monetario Internacional. En su presentación de la nueva edición de sus Perspectivas de Crecimiento Mundial (WEO, por sus siglas en inglés), la institución rebaja en una décima sus proyecciones para la economía española cuando se comparan con las publicadas en julio. Así nuestro país crecerá un 2,2% este año y perderá gas en 2020, cuando el avance será del 1,8%.
Estas cifras esconden claroscuros. Si bien la economía mundial queda abogada a registrar su peor comportamiento desde el azote de la crisis financiera, con un avance estimado del 3% en el presente ejercicio, España solo superada por Estados Unidos, que crecerá un 2,4% en 2019, seguirá siendo el motor no solo de la eurozona también del resto de las grandes economías avanzadas. Además, si tomamos como referencia el diagnóstico ofrecido por el FMI durante su Asamblea de primavera, celebrada en abril, la perspectiva de crecimiento española para este año mejora en una décima este año, al igual que la estadounidense.
"Existe un fuerte deterioro en la actividad manufacturera y el comercio mundial"
La economía española se distancia así del batacazo alemán, que este año crecerá un 0,5% y el que viene un 1,2%, un recorte dos décimas y medio punto porcentual con respecto a hace tan solo tres meses. Francia sufre la misma rebaja que nuestro país con un avance del 1,2% y el 1,3% para 2019 y 2020 respectivamente. Italia, por su parte no crecerá en el presente ejercicio, pero evita una contracción y solo repuntará un 0,5% el próximo año. Esta situación reduce el crecimiento de la zona del euro hasta el 1,2% y el 1,4% respectivamente para este año y el que viene.
"La debilidad en el crecimiento está impulsada por un fuerte deterioro en la actividad manufacturera y el comercio mundial, con aranceles más altos y una incertidumbre prolongada en la política comercial que daña la inversión y la demanda de bienes de capital", avisa Gopinath quien calcula que el crecimiento del volumen comercial en el primer semestre de 2019 ha caído al 1%, el nivel más débil desde 2012.

Como ya adelantó la semana pasada la recién estrenada directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, la institución estima que el efecto acumulado de la guerra comercial entre EEUU y China reducirá el PIB del planeta en un 0,8%, es decir, el equivalente a una economía como la de Suiza. La economista jefe del FMI acoge con "beneplácito" el acuerdo tentativo alcanzado entre Washington y Pekín, dado que cualquier paso para reducir las tensiones y revertir las medidas comerciales recientes es bienvenido especialmente "si pueden proporcionar un camino hacia un acuerdo integral y duradero", aclara.
El equipo encargado de elaborar el WEO también avisa que la industria del automóvil se está contrayendo debido a una variedad de factores, como las interrupciones generadas por las nuevas normas de emisión en la zona del euro y China que han tenido efectos duraderos.
En el caso particular de España, el Fondo posiciona a nuestro país como uno de los miembros que cuenta con una posición fiscal más relajada de lo deseable dado su déficit por cuenta corriente. De hecho, se incide en que España debe hacer un mayor esfuerzo en reducir su deuda pública y una mayor consolidación fiscal. También se advierte que es necesario seguir ahondando en las reformas del mercado laboral. Hablando del empleo, la institución considera que la tasa de paro se situará en el 13,9% este año y caerá al 13,2% en 2020. La inflación por su parte se mantendrá baja, en un 0,7% en 2019 y en un 1% el año próximo.
La política monetaria, al rescate
De hecho, el Fondo asume que los tipos de interés del Banco Central Europeo se mantendrán por debajo de 0% por lo menos hasta 2024. En el caso de la Reserva Federal, Gopinath y su equipo observan el precio del dinero en un rango del 1,75% y el 2%, el nivel actual, hasta 2023. Un año después atisba un subida de 25 puntos básicos.
La economista jefe del FMI insiste en que "la política monetaria ha desempeñado un papel importante en el apoyo al crecimiento" dada la ausencia de presiones inflacionarias y una actividad debilitada. Según sus cálculos en ausencia de este estímulo monetario, el crecimiento global sería 0,5 puntos porcentuales más bajo tanto en 2019 como en 2020.
Aún así, la política monetaria no puede ser el único colchón que dé apoyo ante el debilitamiento económico y debe combinarse con el apoyo fiscal, especialmente en países como Alemania y los Países Bajos. El FMI estima que si el crecimiento global llegase a deteriorarse severamente, sería necesario adoptar "una respuesta fiscal coordinada internacionalmente, adaptada a las circunstancias de cada país".
Riesgos a la baja para el crecimiento
Al fin y al cabo desde la institución con sede en Washington alertan que existen varios riesgos a la baja para el crecimiento. Las tensiones comerciales y geopolíticas, incluido el Brexit, podrían perturbar aún más la actividad económica y descarrilar una recuperación ya frágil en las economías de mercados emergentes y la zona del euro.
El crecimiento en los mercados emergentes y las economías en desarrollo también se ha revisado a la baja al 3,9% para 2019 (en comparación con el 4,5% en 2018) debido en parte a las incertidumbres del pulso arancelario entre las dos mayores economías del mundo y a la desaceleración estructural en China, que este año crecerá un 6,1%, una décima menos que lo estimado en julio.
Aún así, el repunte del crecimiento mundial para 2020, cuando el crecimiento global repuntará al 3,4% (un 0,1 punto porcentual menos que en julio), que prevé el Fondo estará fomentado por los mercados emergentes y las economías en desarrollo, que se prevé que experimenten un impulso del 4,6%.
Alrededor de la mitad de este repunte se debe a las recuperaciones o recesiones menos profundas en mercados emergentes, como Argentina, Irán y Turquía, y en países donde el crecimiento se ha desacelera significativamente en 2019 en comparación, como Brasil, India, México, Rusia y Arabia Saudita.
Sin embargo, existe una considerable incertidumbre en torno a estas recuperaciones, especialmente cuando se espera que las principales economías como Estados Unidos, Japón y China se desaceleren aún más en 2020, con crecimientos del 2,1%, el 0,5% y el 5,8% respectivamente.