Aunque la economía de Australia ha perdido impulso ante el auge de los riesgos globales y la desaceleración económica de China (donde van el 35% de las exportaciones australianas), esta isla acumula 28 años seguidos de expansión económica. Casi tres décadas en las que el PIB no ha sufrido dos contracciones trimestrales consecutivas han llevado a esta isla gigante a copar titulares en la prensa de medio mundo. Sin embargo, siendo cierto todo lo anterior, el dato tiene algo de trampa, porque estas etapas de crecimiento no siempre han significado una mejora de los estándares de vida de los australianos, simplemente han sido el reflejo de un aumento de la población. Si se analiza el PIB per cápita (el cacho de producción al que toca cada ciudadano de Australia), el país ha registrado tres recesiones desde 1991.
Es innegable que el crecimiento económica de Australia ha sido más que notable para ser una economía madura, desarrollada y que se encuentra cerca de la frontera tecnológica, pero una parte que ha contribuido con fuerza a esa expansión interminable ha sido el fuerte crecimiento de la población, un factor más habitual en economías menos desarrolladas.
El PIB agregado puede aumentar por un incremento de la productividad total de los factores (producir más y mejor con los mismos factores de producción), pero también por un aumento constante de uno de esos factores, en este caso la población (factor trabajo). Un mayor número de personas trabajando suele desembocar en una mayor riqueza agregada, pero a la hora de repartir esa riqueza el nivel puede ser menor a pesar del crecimiento del PIB agregado. Por eso, el PIB per cápita es un indicador más fiable para conocer el nivel de vida de los ciudadanos.
Paulina Restrepo-Echevarria, economista senior de la Reserva Federal de San Luis (EEUU), destaca en un documento que Australia ha tenido tres recesiones desde 1991 al analizar el PIB per cápita, la más reciente desde el segundo trimestre de 2018 hasta el primer trimestre de 2019.

"Esta discrepancia entre la tasa de crecimiento del PIB per cápita y la tasa de crecimiento del PIB implica que el crecimiento de la población ha sido un factor clave para la expansión económica de Australia. Una población en aumento expande el tamaño de la economía y, por lo tanto, aumenta la producción total, lo que se refleja en el nivel del PIB", señala la experta.
"El hecho de que veamos en Australia recesiones económicas en términos per cápita significa que la población está creciendo más rápido que el PIB. Durante casi 40 años, Australia ha tenido una tasa de crecimiento de la población más alta que otras economías industrializadas", sostiene Echevarria.
En particular, Australia disfrutó de un aumento notable de la población alrededor de 2008, durante el apogeo de la crisis financiera mundial, debido a la migración. Este crecimiento de la población se tradujo en un incremento positivo del PIB (que evitó la recesión agregada), pero esta expansión no fue suficiente para evitar recesiones en términos per cápita. No obstante, las recesiones per cápita no son exclusivas de Australia, pero sí es cierto que en este país se han producido más veces este tipo de episodios. Según datos recopilados por la Fed de San Luis, Francia ha vivido 3 recesiones agregadas desde 1980 y seis del PIB per cápita, mientras que Australia ha sufrido 8 episodios del PIB per cápita desde 1980.
Echevarria culmina preguntándose si "¿Debemos usar Australia como punto de referencia a la hora de analizar las grandes expansiones? Si lo hacemos tenemos que cogerlo con pinzas porque mirar solo el crecimiento del PIB no refleja la foto completa. Es importante observar el crecimiento del PIB per cápita para tener una visión más amplia".

Aunque Australia lleva 28 años sin sufrir una recesión tal y como viene definida en los manuales de macroeconomía, la economía oceánica se enfrenta a un aterrizaje de su economía que podría culminar con este ciclo expansivo eterno. La desaceleración de la economía china, un mercado inmobiliario que se enfría y la volatilidad de las materias primas están ralentizando el crecimiento en Australia.
La cifra interanual del crecimiento económico de Australia es la más baja desde septiembre de 2009, tras la crisis financiera internacional en la que el entonces gobierno laborista inyectó un multimillonario paquete de estímulo económico.
El gobernador del Banco Australiano de la Reserva, Philip Lowe, ha advertido de que "el crecimiento económico en Australia en el primer semestre de este año ha sido más lento que lo esperado". Si este aterrizaje acabará en la primera recesión en décadas o no es algo que el tiempo dirá.