La Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) ha rebajado tres décimas, hasta el 1,9%, su previsión de crecimiento económico para este año y medio punto, hasta el 1,5%, la de 2020. Consulte aquí el documento completo.
En las previsiones presentadas este miércoles, Funcas explica que dos décimas del ajuste de este año corresponden a la revisión de la serie histórica que ha hecho el Instituto Nacional de Estadística (INE) y la otra se debe al menor crecimiento de la demanda interna.
"Los datos apuntan a un crecimiento significativamente menor pero no a una recesión", apunta Ocaña
Los datos, ha explicado el director general de Funcas, Carlos Ocaña, apuntan a "un crecimiento significativamente menor pero no a una recesión". "Hay riesgos importantes pero los datos solo indican un final de ciclo", ha subrayado Ocaña, que ha afirmado que la parálisis política está teniendo un impacto en la economía.
Recordemos que el Banco de España fue el primero en lanzar un jarro de agua fría sobre las perspectivas de España. El supervisor recortaba el mes pasado cuatro décimas el crecimiento de la economía hasta el 2% para 2019. Esta fue la primera gran rebaja de perspectivas de un organismo oficial ante la desaceleración económica que se está gestando en Europa, enfriando las previsiones del Gobierno que en un principio manejaban un aumento del PIB del 2,3% para este año. Sin embargo el Gobierno reconocía la semana pasada que podría verse obligado a rebajar las previsiones de crecimiento para 2019, actualmente situado en el 2,2% para este año y en el 1,9% para 2020.
El empleo crecerá un 2,2% este año
Para Funcas la evolución del empleo merece especial atención. Prevé un aumento del 2,2% este año, del 1,1% para 2020 y del 1,5% en 2021, lo que dejaría la tasa de paro en el 12,2% a finales de 2021. En anteriores fases de desaceleración, el empleo caía cada vez que el crecimiento se situaba por debajo del 2%. Sin embargo, ese umbral podría haberse reducido significativamente como consecuencia de los cambios estructurales que se han producido en el mercado laboral (importancia creciente del trabajo a tiempo parcial y otras formas "atípicas" de empleo, mayor recurso a ajustes internos en la empresa, limitando los recortes de plantilla).
Así pues, el empleo todavía crecería tanto en 2020 como en 2021, aunque menos que la economía, lo cual permitiría un repunte de la productividad. Durante los dos próximos años Funcas cree que se creará un total de medio millón de puestos de trabajo netos.
Sobre el crecimiento de las remuneraciones salariales en 2020 y 2021 sería inferior al esperado para el ejercicio actual, influido por el incremento del salario mínimo interprofesional (SMI) y de los salarios en la función pública, pero será superior a las tasas observadas en los últimos años. Esto unido al ligero incremento de la productividad daría lugar a un crecimiento de los costes laborales unitarios inferior al 1%, lo que supone un ligero recorte en términos reales.
Empeora el déficit público
En cuanto al déficit público, Funcas también empeora sus previsiones dos décimas para este año, hasta el 2,4%, mientras que sube al 2,5% en 2020, y al 2,2% en 2021, algo, ha añadido Ocaña, "tremendamente preocupante". La deuda pública apenas descendería en porcentaje del PIB.
A falta de la formación de un nuevo gobierno, las estas previsiones se basan en un presupuesto prorrogado pero con algunas actualizaciones (pensiones revalorizadas con el IPC, incremento pactado de los salarios públicos y actualización de las entregas a cuenta a las CCAA).
Desde el punto de vista macroeconómico, la política fiscal sería neutra con respecto al ciclo. En base a estos supuestos, la fase de desaceleración se prolongará durante los próximos trimestres, antes de iniciar una leve recuperación.
Funcas afirma que la demanda interna apenas aportará un 1,2% de crecimiento en 2020, menos de la mitad que durante la fase de recuperación 2014-2018. Todos los agregados de la demanda crecerán a un ritmo moderado, tanto el consumo privado (por la pérdida de vigor de la renta disponible de los hogares), como el consumo público (limitado por la situación presupuestaria) y la inversión (afectada por las incertidumbres y el contexto global). El débil comportamiento de la demanda interna frenará las importaciones, a la vez que incentivará la búsqueda de mercados en el exterior. El resultado es que el sector exterior aportará tres décimas de actividad, facilitando que el crecimiento del PIB se sitúe en el 1,5%.
Para 2021, se prevé un crecimiento algo superior, del 1,8%, gracias a los factores expansivos que se manifestarán a partir de la segunda mitad del año que viene. Tanto la demanda interna (excepto los componentes de demanda pública) como las exportaciones deberían recuperarse ligeramente para ese año.
En paralelo a la acusada desaceleración prevista para 2019-2020, y el frenazo de las importaciones, el saldo exterior (balanza por cuenta corriente) mantendrá una posición fuertemente superavitaria, quebrando la senda de deterioro anunciada en las anteriores previsiones. El superávit todavía alcanzará un sólido 1,9% del PIB en 2021.