
El otoño del frenazo o la recesión. El calendario del cuarto trimestre de 2019 se presenta plagado de citas claves para el mercado en las que se decidirá si es momento de volver a sembrar tras la cuarta corrección de las bolsas en el último año natural o si definitivamente habrá que recoger la cosecha ante un deterioro mayor de la desaceleración del crecimiento económico global.
Como si hubieran transformado de repente en agricultores, los inversores, gestores, analistas y economistas no dejan de mirar temerosos al almanaque. El calendario del último trimestre del año se extiende ante ellos repleto de citas políticas, reuniones de los principales bancos centrales, publicaciones de datos macroeconómicos y negociaciones comerciales cruciales para que la desaceleración que sufre el crecimiento económico global acabe en una recesión, provocando una profunda caída de las bolsas, o se estabilice y evite grandes pérdidas. O incluso abra oportunidades de obtener ganancias, como las que surgieron tras las últimas tres grandes correcciones: la más grave, la de diciembre, la más leve en mayo y la generada por la devaluación del yuan en agosto.
Hay tres focos principales que pueden avivar o sofocar el incendio de una caída en contracción de la actividad económica global de consecuencias imprevisibles: la guerra comercial entre Estados Unidos y China y su extensión a otros actores como la Unión Europea, la decisiones sobre política monetaria de la Reserva Federal (Fed) o el Banco Central Europeo (BCE) y el desenlace o la extensión del Brexit.
Las negociaciones que afrontan la próxima semana, a partir del 10 de octubre, los principales mandatarios de la primera y la segunda economía del mundo, Donald Trump y Xi Jinping, marcarán el clima del resto del otoño, que ha comenzado con una martirizadora ristra de malos indicadores adelantados para el mercado, tanto en Estados Unidos, como en las economías más tocadas, Alemania, de la que se sospecha que entrará en recesión técnica –dos trimestres consecutivos de retroceso del PIB– o China. "Creemos que es poco probable que surja un acuerdo comercial integral entre Estados Unidos y China este mes", lamentan en DWS.
"Las discusiones previas fueron calificadas de productivas, pero la cuestión sigue siendo si llegan a un acuerdo global o solo a un acuerdo parcial, en el que China se comprometa a aumentar sus importaciones de productos agrícolas estadounidenses a cambio de un aplazamiento de los aumentos de los derechos de aduana previstos", reflexiona el equipo de analistas de Bank Degroof Petercam. Para Ann-Katrin Petersen, estratega de Allianz Global Investors, aunque los contendientes pacten una tregua, "los aranceles medios de importación de Estados Unidos, que alcanzaron el 4,7% en septiembre -su nivel más alto en 45 años- han estado lastrando la economía nacional y mundial desde hace bastante tiempo", y advierte de que "si la Administración de Trump aplicase los ya anunciados derechos de importación adicionales sobre las mercancías chinas, el tipo medio aumentaría aún más, hasta el 6,2%, a finales de este año".
La siguiente fecha clave sobre la guerra comercial es el 17 de octubre, cuando Estados Unidos publicará la lista de productos de la Unión Europea que gravará tras el arbitraje de la Organización Mundial del Comercio (OMC) a raíz del caso Airbus. Más presión sobre el crecimiento económico global, que, aunque "no está en caída libre", según incide Ann-Katrin Petersen, de Allianz, muestra síntomas preocupantes de "la persistente debilidad del comercio", continúa. "El escenario es una desaceleración global a corto plazo y luego una estabilización, no una recesión", tranquilizan en Lyxor AM.
"La economía no está en caída libre pero está sufriendo por la persistente debilidad del comercio"
Una de estas amenazas enquistadas, sobre todo por el club comunitario, es el Brexit. El 31 de octubre aparece en el almanaque subrayado como el límite, pero antes o después puede pasar de todo. "Estamos cada vez más seguros de nuestra opinión de que es probable que se evite una caótica ruptura sin acuerdo, lo más probable es que se produzca una extensión del plazo de salida", recalcan en DWS.
La acumulación de riesgos se ha filtrado en la economía y en la confianza de inversores, empresarios y consumidores, y ya el pasado jueves aumentaron por encima del 90% las probabilidades de un nuevo recorte de tipos por parte de la Fed en la reunión que finaliza el 30 de octubre, desde el 77% del miércoles.
Sin embargo, "las grandes expectativas sobre los bancos centrales y los ministros de economía (sobre todo los chinos y alemanes) no bastarán a medio plazo para que los mercados bursátiles experimenten un otoño dorado", observa la estratega de la gestora de Allianz. Las incertidumbres colaterales también podrían ser desencadenantes: "Una escalada del petróleo descarrilaría la economía", creen desde Lyxor AM, mientras permanece de fondo el impeachment a Trump y "los mercados observarán con interés los resultados empresariales", concluye Bank Degroof Petercam.