Los rumores de urnas se han disparado en Londres ante la convocatoria de una reunión de urgencia del Consejo de Ministros de Boris Johnson para esta tarde, seguida de un encuentro del grupo parlamentario 'Tory'. Ante la inminente ruptura de su partido sobre la cuestión del Brexit sin acuerdo, en una votación que se prevé histórica para este martes, Johnson podría decidir dar una patada al tablero con una convocatoria de elecciones anticipadas que cambie los equilibrios parlamentarios.
Este martes, un grupo de 22 'tories', junto a toda la oposición, presentarán un proyecto de ley para obligar al Gobierno a pedir una prórroga del plazo de salida a la UE de tres meses, hasta el 31 de enero, si el Parlamento no ha aprobado el acuerdo del Brexit antes del 19 de octubre, justo después del Consejo Europeo que será la última oportunidad de conseguir un nuevo pacto.
En el borrador, presentado hoy, se establece que si Johnson quiere una salida sin acuerdo, deberá pedirlo al Parlamento, que deberá aprobarlo por mayoría. Si para el 19 de octubre Johnson no ha logrado presentar y ratificar un acuerdo de salida ni una salida a las bravas, entonces deberá enviar una carta al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, pidiendo una extensión de tres meses. Los diputados también se reservan el poder de aceptar cualquier oferta de extensión propuesta por la UE en lugar del primer ministro, en caso de que Johnson intente rechazarla para forzar la salida sin acuerdo por defecto.
Antes de la reunión, uno de los líderes del grupo de rebeldes, el ex ministro de Finanzas Philip Hammond, cosignatarios dle proyecto de ley, pidió por carta a Johnson que les informe sobre el estado de las negociaciones con la UE y los avances sobre la llamada salvaguarda para mantener abierta la frontera de Irlanda, el principal obstáculo para un acuerdo. Según fuentes del Gobierno a la cadena Sky News, la solución de Johnson sigue siendo la misma que ya propuso a la UE hace unas semanas: eliminarla sin más, algo a lo que Irlanda se niega rotundamente.
¿Ruptura de los 'Tories'?
Durante el fin de semana, Downing Street amenazó a los 22 rebeldes, entre los que se encuentran numerosos exministros de los últimos cuatro Gobiernos conservadores, con su expulsión inmediata del partido. Su argumento, que repetirá a sus diputados este lunes, es que la UE solo negociará "en serio" si el Parlamento elimina de la mesa la posibilidad de una nueva prórroga, referéndum o la anulación del Brexit. Si las opciones son solo un acuerdo o una salida caótica, Johnson cree -sin que se sepa muy bien por qué- que la UE cederá y eliminará la salvaguarda, el enemigo más odiado de los 'brexiters'.
La respuesta de muchos de ellos fue acusar a Johnson de hipocresía, ya que muchos de sus actuales ministros -y él mismo- votaron en contra del acuerdo negociado por su predecesora, Theresa May, varias veces, sin sufrir represalias similares.
El ambiente se ha enrarecido aún más desde que Boris Johnson anunciara su plan para cerrar el Parlamento británico con la bendición de la reina Isabel II. Con esta estrategia, Johnson pretendía reducir el margen de actuación del Parlamento para evitar una salida sin acuerdo, pero no ha hecho más que enfurecer y radicalizar a las filas partidarias de frenar el Brexit.
La posibilidad que sobrevuela es que Johnson pierda la votación del martes y, a continuación, convoque elecciones, tomando el resultado como una moción de censura indirecta. Así podría detener el proceso de elaboración de la ley que bloquearía una salida sin acuerdo antes de que termine su tramitación, lo que se podría extender hasta el fin de semana. El tabloide The Sun ha publicado esta tarde que Johnson podría presentar la convocatoria el miércoles, con la fecha de celebración fijada para dentro de 5 semanas.
"Una trampa"
Sin embargo, el proceso no es tan inmediato, ya que, desde 2011, el primer ministro ya no tiene el poder de convocar elecciones unilateralmente. Para ello, necesita el apoyo de dos tercios del Parlamento, 435 diputados, lo que significa que al menos 133 diputados opositores deberían apoyarle. Eso implicaría, como mínimo, la mitad del Partido Laborista, lo que deja a su líder, Jeremy Corbyn, con el poder de vetar la convocatoria.
Hoy mismo, Corbyn ha abogado por la celebración de elecciones anticipadas en Reino Unido, en las que ofrecería un segundo referéndum, y por "dar a la población la oportunidad de retomar el control", pero, eso sí, después de garantizar que no habrá un Brexit caótico. "Debemos juntarnos para frenar una salida sin acuerdo. Esta semana podría ser la última oportunidad", ha afirmado Corbyn en un discurso en Salford, en el norte de Inglaterra. "Después, necesitamos elecciones generales", ha explicado el líder laborista.
En esas elecciones, ha añadido, "el laborismo le dará a la población la oportunidad de retomar el control y tener la última palabra en un referéndum con opciones creíbles de todo tipo y que incluya la opción de permanecer" en la Unión Europea.
Johnson tiene dos amenazas: el voto útil de sus oponentes o la celebración de las elecciones después de una nueva prórroga
Sin embargo, voces en su partido, con el ex primer ministro Tony Blair a la cabeza, advierten de una "trampa" que podría favorecer al Partido Conservador. Según están alertando varios diputados proeuropeos, Johnson podría ofrecer la convocatoria de elecciones en una fecha prudente, a mediados de octubre, y, una vez aprobada, cambiarla unilateralmente a noviembre por decreto, provocando un Brexit sin acuerdo que ya nadie podría detener. Así, varios miembros de la dirección del partido insistieron en su reunión con Corbyn en la necesidad de aprobar la ley que garantice la prórroga antes de ir a elecciones.
Por su parte, la líder de los nacionalistas escoceses, Nicola Sturgeon, ha afirmado que quiere unas elecciones pero siempre que sean antes del 31 de octubre, de forma que haya posibilidades de detener el Brexit después. La pregunta es si es posible garantizar esa condición.
El proyecto de ley que presentarán los anti-Brexit mañana, según las primeras filtraciones a la cadena BBC, obligaría al Gobierno a solicitar una extensión de 3 meses -hasta el 31 de enero de 2020- si no hay un acuerdo de salida ratificado para el 19 de octubre. Con esta ley aprobada, la oposición sí permitiría las elecciones. La pregunta es si a Johnson le interesaría.
El escenario más favorable para el primer ministro, que le haría incluso aceptar esta posibilidad, es que las fuerzas pro-Brexit se unificaran bajo su papeleta mientras la oposición proeuropea se divide en tres o más partidos. Con el sistema electoral británico, en el que la lista más votada es la única que obtiene escaño en cada circunscripción, esta posibilidad le daría una amplia mayoría absoluta con la que derogar la ley de prórroga y volver a la disyuntiva de acuerdo sin la salvaguarda o salida a las bravas, esta vez sin oposición interna ni externa que le pueda torcer el brazo.
Pero el líder 'Tory' cuenta con dos amenazas: el voto útil de sus oponentes por el candidato anti-Brexit de cada circunscripción (las encuestas dan a los partidos anti-Brexit duro más del 50% de los votos si se combinaran) o la celebración de las elecciones después de solicitar una nueva prórroga, lo que podría resultar en un éxodo de votantes al Partido del Brexit del populista Nigel Farage. Por lo tanto, su objetivo es celebrar las elecciones después de la fecha clave, de forma que la salida ocurra sin que nadie pueda evitarlo y el Partido del Brexit deje de tener sentido, o con una campaña que no sea un referéndum entre Brexit sí o no y que unifique a su oposción.
En la situación más absurda, es posible que la oposición tumbe la convocatoria de elecciones y, a la vez, Johnson logre perder el tiempo lo justo para que decaiga el proyecto de ley de prórroga del Brexit con la suspensión del Parlamento, sin que los tribunales lo frenen. Así, se llegaría a octubre con un primer minsitro débil y en minoría, incapaz de garantizarle nada a la UE en sus negociaciones, y sin que la oposición tenga tiempo de hacer más que un último movimiento a la desesperada: una moción de censura. En ese caso, un nuevo primer ministro interino -probablemente Corbyn- podría pedir la prórroga a la UE y después convocar elecciones.
El resultado es una partida de ajedrez en varias mesas simultáneas en la que todos los participantes tienen distintos intereses contradictorios entre sí. Johnson, que aún tiene la sartén por el mango, ha usado su última carta para evitar la crisis de su partido, pero los demás aún pueden frenarla. La crisis política que incendia Reino Unido desde hace tres años no cesa, solo se transforma.
En respuesta, la libra cae alrededor de un 0,7% frente al dólar, también influida por los malos datos publicados por la industria británica, que está notando de forma frontal la falta de certidumbre y la desaceleración global. La divisa británica cotiza en los 1,2065 dólares por unidad.