
2021 está empezando con serias turbulencias para el bitcoin, la divisa, que acostumbraba a marcar máximo tras máximo durante los últimos meses, va en camino de cerrar su segunda peor semana desde marzo ya que retrocede más de un 11% desde el lunes. Con este escenario, JP Morgan analiza qué deben de hacer los inversores que quieran invertir en las criptomonedas y asegura que una pequeña asignación en la divisa, menor del 2%, mejora la eficiencia de las carteras de inversión.
Los criterios para estimar esta asignación según la entidad son la mejora de la eficiencia de la cartera a largo plazo, debido a los altos rendimientos que ha generado históricamente la divisa y la moderada correlación que mantiene con el mercado de valores y que puede mitigar las retiradas de fondos a corto plazo, ya que el bitcoin suele recuperarse antes tras los principales descensos del mercado de valores (el bitcoin recuperó los niveles prepandemicos a finales de abril mientras el Dow Jones no los recuperó hasta finales de mayo y el S&P 500 hasta principios de junio).
Sin embargo, la entidad también reconoce que esta mejoría puede ser cuestionable, debido a la fuerte volatilidad de la que sigue pecando la divisa y que hace que la reducción de los rendimientos siga siendo una preocupación recurrente. Además, desde JP Morgan avisan de que durante los últimos meses el bitcoin está aumentando las correlaciones con los activos cíclicos, debido a la mayor entrada de inversores minoristas, aspecto que podría damnificar su contribución a las carteras.
Tras el rally de 2020, en el que el bitcoin se revalorizó un 308%, el debate sobre si la criptodivisa podía ser considerada como un activo refugio como el oro cogió fuerza, sin embargo, JP Morgan se posiciona en su último informe contra de esta teoría. "En los horizontes intrasemestrales e intratrimestrales más cortos, los activos criptográficos siguen siendo la cobertura más pobre para las grandes detracciones de las acciones mundiales, en particular en relación con las monedas fiduciarias. En la medida en que el bitcoin siga siendo un vehículo de inversión en lugar de una moneda de financiación, siempre le faltará la base corta que patrocina la fortaleza de monedas como el dólar y el yuan durante los períodos de tensión aguda del mercado" asegura Normand, analista de la entidad.
Entonces, ¿por qué molestarse en adquirir una cobertura no convencional y de alta volatilidad? La casa de inversión lo justifica con varias razones, la primera de ellas es que los extraordinarios estímulos monetarios y fiscales del año pasado han creado uno de los problemas de valoración más amplios y tempranos de los últimos 25 años con las acciones en niveles récord, lo que crea una preocupación general sobre la vulnerabilidad de las carteras ante cualquier nuevo shock económico o político.
La segunda es que las coberturas convencionales como los bonos del estado apenas sirven como seguro cuando el interés de la deuda estadounidense a 10 años apenas llega al 1%. Y por último, los posibles obstáculos como la inflación materialmente más alta, las secuelas de la deuda, ciberataques económicamente debilitantes o catástrofes climáticas podrían favorecer a este activo que opera fuera de los canales financieros convencionales.
En cuanto a las opiniones que apuntan al bitcoin como una de las mayores burbujas actuales del mercado, JP Morgan asegura que tanto si las criptodivisas se juzgan finalmente como una innovación financiera o como una burbuja especulativa, lo cierto es que es el ascenso de bitcoin ha sido el más pronunciado que cualquier otra innovación financiera o burbuja de activos de los últimos 50 años.