La Federación Española de Fútbol (RFEF) ya tiene presupuestos para el año 2019. Un año después de la llegada de Luis Rubiales al cargo y en medio de múltiples litigios con LaLiga y Mediapro y la reforma de las competiciones que están bajo su paraguas, el organismo pretende superar por primera vez en su historia la barrera de los 200 millones de euros en ingresos y, para ello, se basa precisamente en el impulso que pueden darle los nuevos modelos de Copa del Rey y Supercopa de España.
Los 224,9 millones de euros presupuestados para 2019 suponen un aumento del 19% frente a los 188,6 (en un primer momento se calcularon 170) de 2018. En total, 36 millones que aumentan la facturación de una nueva junta que se propuso, desde su aterrizaje en un territorio que durante décadas había sido de Ángel María Villar, agitar el árbol para dar un respiro económico a un ente estancado en sus vías de negocio. Si todo sale acorde con sus expectativas, esta facturación será récord.
La respuesta prevista (porque los presupuestos, al fin y al cabo, no dejan de ser proyecciones sobre el papel que pueden mejorarse o no cumplirse) es la de hacer de los nuevos modelos de Copa y Supercopa una manera de aumentar los ingresos. Así lo aseguró Eduardo Bandrés, tesorero de la RFEF, al detallar unos presupuestos que se ven disparados en las partidas de los derechos audiovisuales, de retransmisión y en la de las competiciones propias.
La primera pasa de 30 a 48 millones de euros justificada por "los nuevos formatos de comercialización de Copa del Rey", que aparentemente será más atractiva en su esquema de partido único hasta semifinales. La segunda y la tercera, que pasan de 33 a 42 millones de euros y de 9 a 26, respectivamente, pasan también por las posibles ganancias (en concepto de patrocinios y de derechos de TV) por los nuevos torneos.
Llama especialmente la atención el futuro de una Supercopa que, según aseguró Luis Rubiales, apunta a Oriente Próximo porque es "la zona favorita de los jugadores y los clubes". El objetivo de la RFEF, aunque lo calificó de "difícil", es conseguir unos 30 millones de euros que previsiblemente serán inferiores.
El aumento en los patrocinios, otro caballo de batalla federativo, vendría a apoyar el espaldarazo de Copa y Supercopa: las previsiones suben de 29,9 a 35 millones de euros su partida. Pero en este punto hay un lunar: el arbitraje con Adidas, que ha denunciado a la RFEF por su intención de cambiar de patrocinador técnico, puede modificar esta cuenta de manera radical. La firma alemana, en caso de una ruptura unilateral por parte de la federación, podría exigir una indemnización superior a los 70 millones de euros.
Lo que también queda pendiente es una de las pocas partidas que desciende, la de los ingresos vía LaLiga, que pasan de 15 a 7. Eso se debe a la inexistencia de un nuevo convenio de coordinación entre instituciones, que actualmente se negocia con la mediación del Consejo Superior de Deportes (CSD). En caso de que las conversaciones lleguen a buen puerto, los ingresos podrían subir.