Madrid
Lo que parecía ser un divorcio irreconducible, actualmente está más cerca de frenarse: la relación entre la Federación Española de Fútbol (RFEF) y Adidas podría aún encauzarse después del litigio abierto entre ambas partes por la voluntad del ente presidido por Luis Rubiales de prescindir de la empresa alemana como patrocinadora técnica.
Fuentes de la RFEF consultadas por este diario aseguran que existen negociaciones entre la propia federación y la marca de las tres bandas para reconducir la relación comercial y prolongar un binomio que dura ya 28 años. Si esto se produjese finalmente, sería Adidas quien vistiese a 'La Roja' en la Eurocopa 2020, a pesar de que se planteaba que fuese otro patrocinador el que lo hiciese cuando, en mayo, la RFEF anunció la rescisión del contrato con la firma alemana.
Esa decisión conllevó acciones legales por parte de Adidas y la posterior apertura de un proceso de arbitraje que frenó las intenciones de la RFEF, que tachaba el contrato (heredado de la presidencia de Ángel María Villar y con vigencia hasta 2026) de fraudulento por no ajustarse a las cantidades actuales del mercado.
En ese aspecto está la clave de buena parte de las negociaciones. La RFEF ha buscado optimizar sus patrocinios y estimaba que podría obtener 30 millones de euros anuales en un nuevo contrato (Adidas paga unos 14). Las conversaciones ya abiertas podrían ir encaminadas a una renegociación al alza del contrato, un punto sobre el que la federación no se pronuncia.
Lo que sí es seguro es que 'La Roja' estrenará nueva equipación en noviembre, tal y como estaba previsto, y que ésta será de Adidas. El timing ha sido muy significativo en este sentido, ya que los acontecimientos han ido retrasando y modificando las intenciones de la RFEF: de tratar de tener un nuevo patrocinador para noviembre, se estableció la Eurocopa como nuevo plazo y, en estos momentos, ya se busca un acuerdo con Adidas para que en unos meses siga vistiendo a la Selección.
De fondo, todavía planea la sombra de la indemnización que supondría la rescisión unilateral con Adidas, que sería superior a los 70 millones de euros. Una cantidad que significaría un tercio de los ingresos que la RFEF tiene presupuestados para 2019. Algo que aún podría evitarse.
