
Las protestas contra la sentencia del Tribunal Supremo sobre el 1-O, que se iniciaron el mismo día en que se hizo pública, el 14 de octubre, suman ya una factura de casi 138 millones de euros, la mayoría en la semana del 14 al 20 de octubre, según los datos recopilados por elEconomista.
Los sectores más afectados fueron el del transporte -por cortes viarios y ferroviarios generalizados y repetidos durante días-, y los bienes públicos de la ciudad de Barcelona y las otras tres capitales catalanas durante una semana de disturbios nocturnos.
En estos altercados también hubo daños privados, en comercios -incluyendo pillaje- y restaurantes, pero solo el Gremio de Restauración ha estimado una cifra concreta por los destrozos: dos millones de euros por más de 70 terrazas dañadas por los radicales para utilizar su mobiliario como barricada.
Y la factura tampoco incluye el impacto negativo en la facturación de comerciantes y hostelería de esos días, que en zonas como el centro de Barcelona vieron caer la actividad hasta un 60 por ciento.
Poco después de que se hiciese público el fallo el día 14, zonas como Passeig de Gràcia o la avenida Diagonal quedaron colapsadas por las primeras protestas, llevadas a cabo principalmente por estudiantes que había sido llamados a la movilización.
Casi tres millones y medio de euros corresponden a los destrozos en bienes públicos
Lo que siguió durante la semana, hasta el domingo 20, fueron una concatenación de protestas, pacíficas algunas, violentas otras, que han dejado una factura millonaria. Y eso sin contabilizar todavía importes como el del refuerzo policial todavía activado.
Casi tres millones y medio de euros corresponden a los destrozos en bienes públicos ocasionados por los disturbios en las ciudades de Barcelona, Tarragona, Lleida, Girona, Manresa y Sabadell. Solo en la Ciudad Condal, el balance entre el 14 y el 20 de octubre fue de 3,1 millones. En Tarragona, el impacto de los altercados se cifró en otros 150.000 euros, en Lleida 144.000 y en Girona 100.000.
En esta última población, en la que gobierna JxCat, el consistorio intentó minimizar el gasto alegando inversiones ya previstas en los presupuestos, pero que a partir de la segunda noche de altercados nocturnos no se pudieron camuflar.
A todos los destrozos hay que sumar el coste de la acción extraordinaria de efectivos del SEM, que atendieron un total 339 personas en Barcelona, siendo la noche del viernes 18, con motivo de la huelga general de 24 horas de trasfondo político y la llegada de las marchas por la libertad a la ciudad, la más problemática, y 115 más en el Aeropuerto de Barcelona el día 14 tras la convocatoria de bloqueo de Tsunami Democràtic. En el aeropuerto, además, se terminaron cancelando 110 vuelos el mismo día 14, número que ascendería a 213 al final de toda la semana.
La peor parte se la llevaron los transportistas
No obstante, sin duda la peor parte se la llevaron los transportistas. Según cifras de la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), el impacto de las protestas para los transportistas asciende a 25 millones diarios por cada día en el que sufrieron cortes en carreteras tan importantes como la de La Junquera, una zona por la que, según la entidad, pasan "más de 20.000 camiones cada día".
Desde la CETM explican que en total fueron cinco los días en los que sufrieron afectaciones, por lo que la cifra alcanza los 125 millones de euros. "Habrá empresas que no podrán asumir los costes de las protestas", admiten a elEconomista. Por otro lado, operadores privados como Vueling no han hecho público cuánto les costarán las protestas por los vuelos cancelados.
El Ministerio de Fomento sí que ha cifrado a cuánto sube la factura que pagará por las protestas entre el bloqueo al aeropuerto (1,2 millones), afectaciones a estaciones de tren (700.000 euros), daños a carreteras (360.000), la indemnización a los afectados por las demoras ferroviarias (1,2 millones) y los costes derivados del lucro cesante (4 millones de euros).
Movilizaciones a largo plazo
En total, casi 138 millones a los que habrá que sumar los derivados de futuras movilizaciones. De momento, la huelga estudiantil indefinida iniciada el 29 de octubre en las universidades catalanas se saldó con un día de bloqueo de facultades por parte de los estudiantes en huelga -que también han convencido a varios rectorados para aplicar evaluación única en vez de continuada para poder adherirse a las protestas sin consecuencias académicas-, y la protesta de estudiantes que sí deseaban acudir a clase.
Por otro lado, desde Tsunami Democràtic han anunciado nuevas acciones sin especificar, los días 11, 12 y 13 de noviembre y el día 18 de diciembre, día en el que finalmente se jugará el Clásico en el Camp Nou, tras aplazarse el partido al considerarse que la seguridad no estaba garantizada el 26 de octubre, tras una manifestación contra la sentencia aquella tarde. "Jugamos en casa", ironizan en las redes sociales.