
Sobre el que estaba llamado a ser el Presupuesto de la recuperación en Castilla y León penden cada vez más interrogantes. La crisis desatada en el equipo de gobierno formado por PP y Ciudadanos a costa de la reforma de la sanidad rural suma incertidumbre sobre la elaboración y aprobación de unas cuentas que ya exigían apoyos externos para ver la luz dada la situación de minoría parlamentaria de los dos socios.
La lógica política obliga al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, a convocar elecciones anticipadas para no arriesgarse a ser víctima de una moción de censura en marzo, momento en el que los socialistas pueden presentar una.
Las encuestas son además claramente favorables a Mañueco, también presidente del PP regional, que recuperaría la mayoría absoluta a costa del desplome de Ciudadanos y la caída de la formación que lidera el socialista Luis Tudanca. La única duda es si la cita con las urnas será este otoño o en primavera.
En este escenario, PP y Ciudadanos deben abordar la elaboración de un Presupuesto capaz de consolidar el crecimiento económico que ha comenzado a vislumbrarse en el segundo trimestre de este año, en el que el PIB creció por primera vez desde el comienzo de la pandemia. Y lo hizo con un robusto 18%, aunque insuficiente para colocarnos a los niveles de 2019, que el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, espera alcanzar el próximo año.
La pérdida de la mayoría absoluta por parte de la coalición de gobierno por la salida de una procuradora de Ciudadanos tras la moción de censura que presentó y perdió el PSOE obliga al Gobierno regional a buscar apoyo externo para las cuentas de 2021. El voto necesario se encuentra en el Grupo Mixto, conformado por la procuradora no adscrita, dos representantes de Podemos-Equo, y otros tres que se reparten Vox, Unión del Pueblo Leonés y Por Ávila.
Lo lógico sería encontrar en alguna de esas tres últimas formaciones el apoyo necesario, pero eso supondría dar a la formación de Santiago Abascal, principal competidor del PP, la posibilidad de capitalizar las concesiones por su apoyo. En los otros dos casos, los populares levantarían los recelos de otras provincias si lograsen el apoyo a cambio de inversiones en alguno de esos territorios.
Mañueco ha dicho públicamente que no convocará elecciones si hay estabilidad política y parlamentaria. Y la aprobación o no de las cuentas para el próximo año son el mejor termómetro para medirlo y disponer de la justificación necesaria para que el adelanto electoral sea antes o después.
Junto a las dificultades para encontrar apoyos externos para aprobar las cuentas del próximo año, en la negociación del Presupuesto puede ser crucial el impacto económico de la 'contrarreforma' del PP al modelo sanitario que quería Ciudadanos y que originó el 'tsunami' en el pacto de Gobierno. Fernández Mañueco ha impuesto al consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, en las negociaciones que la consejera de Sanidad, Verónica Casado, tendrá que mantener con el Partido Socialista.