Capital Riesgo

Los fondos recrudecen su pulso en Grifols contra el consejero Dagá, a quien culpan de la caída en bolsa

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La guerra entre los fondos activistas y Grifols sigue tras la retirada de los planes de opa de Brookfield. Mason Capital Management LLC, fondo estadounidense que cuenta con el 2,1% de las acciones clase A de la compañía farmacéutica, ha enviado una nueva carta al consejo de administración -la tercera en menos de dos meses- en la que vuelve a apuntar contra Tomás Dagá, consejero de la compañía y miembro del despacho Osborne Clarke, el bufete que históricamente ha asesorado a la familia y la empresa. Mason considera que el veterano consejero es uno de los responsables del mal desempeño de la compañía en bolsa en el último año.

En su nueva misiva, Mason fija cuatro puntos que deberían esclarecerse antes de que los accionistas deban elegir si apoyan o no la reelección de Dagá en la próxima junta de accionistas. El primer aspecto a conocer son los honorarios pagados a Osborne Clarke España por parte de Grifols durante los últimos 15 años y de igual forma los importes recibidos por Dagá durante el mismo periodo. El fondo activista también solicita conocer cuál ha sido la participación accionarial del consejero en Osborne Clarke España.

Mason solicita conocer además cuál es el porcentaje de participación de Dagá, directa o indirecta a través de la sociedad Fatjo SL, en Scranton Enterprises, el holding patrimonial de la familia Grifols que ha estado en el ojo del huracán desde la ofensiva de Gotham City Research y su brazo inversor GIP en este 2024. Por último, urge a desvelar cualquier acuerdo entre Tomás Dagá y el banco de inversión Nomura o el bufete americano Proskauer Rose.

Esta carta es la tercera enviada por Mason en los dos últimos meses. La primera fue remitida en noviembre con motivo de la potencial opa que Brookfield barajaba por la compañía y que, a su juicio, infravaloraba su potencial. Pocos días después trasladó un segundo escrito, en el que señalaba de nuevo las grietas del gobierno corporativo y afirmaba ya entonces que Dagá había presentado su renuncia voluntaria en el consejo de administración, pero que dicha propuesta había sido rechazada.

La crítica contra Dagá radica en que la empresa tiene como a asesor a alguien que es la vez jurídico y financiero. Dagá es socio fundador de Osborne Clarke España, bufete que ha asesorado a Grifols en prácticamente todas las operaciones significativas, entre ellas, al menos 16 operaciones de fusiones y adquisiciones por valor de más de 8.500 millones de euros desde 2014. Algunas de estas transacciones, a juicio de los fondos, han destruido valor para los accionistas. Uno de los ejemplos más notables que citan es la integración del negocio de diagnóstico transfusional de Novartis o la adquisición de Biotest.

Lo cierto es que la ofensiva de Mason ha tenido su replica desde la compañía. Grifols defiende que desde que Tomás Dagá entró a formar parte del consejo de administración en el año 2000 ha sido reelegido por los accionistas de la compañía de forma ininterrumpida como miembro del Consejo por los accionistas en las Juntas Generales. En las dos últimas, añaden desde la farmacéutica, su reelección fue apoyada por casi el 90% de los accionistas con derecho a voto.

Unión de fuerzas

Mason Capital afloró su participación en Grifols el pasado verano y cerró filas poco después con otros dos fondos de corte activista: Flat Footed y Sachem Head Capital Management. Todos ellos suman el 7,7% del capital social de la compañía y han solicitado en reiteradas ocasiones que Paul Herendeen, un ejecutivo de la industria farmacéutica, entre en el consejo para que les represente. Apoyados en el despacho Baker & McKenzie, estos 'hedge funds' pidieron que la llegada de Herendeen se llevase a cabo "de forma inmediata".

Otro grupo de fondos, cuya identidad se desconoce pero están representados por el despacho Araoz y Rueda, también se ha movilizado en las últimas horas. El bufete ha sido contratado de forma independiente por varias instituciones internacionales y españolas que poseen en total el 5,65% de las acciones A y otro 3,88% de las acciones B (sin derechos políticos) de Grifols. Los inversores han remitido un comunicado en el que afirman que toman nota de los comentarios realizados por el fundador de Mason Capital, Kenneth Garschina, en una entrevista con 'Bloomberg' en la que pedía la destitución de Dagá.

"Nuestros clientes apoyan la posición del Sr. Garschina", comenta la firma legal, que califica los 44 años de servicio de Dagá en Grifols son "demasiado tiempo para servir en un consejo de administración y seguir siendo verdaderamente independiente". Los fondos quieren que el consejero dimita y que los accionistas vean la transparencia total en los honorarios pagados a Osborne Clarke "durante los años en que Grifols la contrató". Estas medidas, añaden, "seguirán mejorando la posición de Grifols en los mercados de capitales, ya que defiende las mejores prácticas en materia de gobierno corporativo, propias de una empresa de su escala global y su éxito".

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