Archivo de September, 2012

Adiós, Cataluña, adiós

29 de September de 2012

El empecinamiento de los políticos nos ha llevado a donde nos encontramos. Ya podemos decir tranquilamente: adiós Cataluña, adiós. Cuanto antes lo asumamos todos los españoles, será menos doloroso. A unos les puede doler y a otros simplemente les puede producir indiferencia, pero lo que es un hecho es que ya España ha perdido Cataluña. Y además, hay que dejarlos que se vayan si es lo que ellos quieren. A pesar de que la vicepresidenta diga que le ampara la Constitución y no sé cuántas leyes más. La única posibilidad sería tomar medidas de fuerza, que en este siglo XXI ya no son posibles. Solo existe la posibilidad de que las urnas sean contrarias a la escisión y eso no parece que vaya a ocurrir. Esto es como el joven que se quiere ir de casa y los padres no lo permiten, la única solución es atarle a la pata de la cama. Pero lo mejor sería una negociación y que padres e hijo entrarán en razón. Sin embargo, cuando eso ya no es posible, lo único es pactar la salida y qué quiere llevarse de casa el joven.

El hantavirus valenciano

14 de September de 2012

Parece ser que Valencia tiene dentro el hantavirus, que lo propagan las ratas y roedores en general, y cuya sintomatología es la de un constipado con dolor de espaldas y gastroenteritis. Y ha llegado el virus en cuestión a los Estados Unidos de América y allí lo han descubierto. Y ha salido fuera de nuestras fronteras porque las tierras fértiles que riega el Júcar no permiten un virus tan agresivo como este. En estos campos generosos que cada año nos regalan uno de sus bienes más cotizados, las naranjas, no pueden estar esos roedores, aquí no tienen cabida. Las tierras valencianas no permiten virus. Su fruto preciado nos da color y nos habla de alegría contagiosa y de sencillez, de crecimiento hacia arriba. Esta tierra fértil donde el sol domina los 365 días del año; donde el mar empieza pero no termina; de luz azul,  sabe de trabajo duro, de eficacia, de buen hacer, de generosidad como sus naranjales o sus limoneros, de querer, de mirar arriba… Aquí no caben los roedores, que solo se mueven por los suelos. Porque además Valencia nunca está desamparada, que para eso tiene a su Reina.