Mejor Imposible

El Gobierno ha aprobado una reforma del Código Penal que obliga a ser ético y no hacer travesuras, ni económicas, ni sociales, ni… Y que además los partidos políticos también lo sean y las empresas y los particulares, todos obligados a ser éticos. Pues si que estamos bien. Ahora hay que ser ético por ley, los principios más básicos hay que ponerlos por escrito y desde ahora está prohibido robar. La nueva norma, eso sí, perfila hasta el último detalle en lo que se debe ser honrado, sin que se escape ningún pormenor. Así pues y una vez que se apruebe la norma ya todos deberemos ser honrados y los políticos, que hasta ahora no lo eran, de un día para el otro lo serán. Además hay que subrayar los políticos que no lo eran, porque la mayoría, reitero la mayoría, sí lo eran y lo son. El problema está en lo de siempre: se habla en plural cuando la realidad es singular, de persona a persona. Mala cosa es cuando por ley hay que ser ético y cuando por ley se obliga a cumplir con los principios más básicos: no robar, en sus múltiples manifestaciones.

La vivienda ha tocado suelo señalan algunos analistas estos días, tras los recientes datos del INE en los que se pone de manifiesto que las casas caen bastante menos que en el trimestre anterior, es más, en algunas comunidades como Madrid y País Vasco, la vivienda sube. ¿Será el fin de una etapa y estaremos ya en un nuevo ciclo? Es cierto que no tengo la bolita de adivino, pero todo indica que todavía nos queda ir por el suelo una temporadita. Será época de subidas y bajadas suaves, con permanente repuntes en nuestra economía y consecuentemente en sus principales variables. Y todo apunta a que efectivamente la recesión técnica, es decir, la caída del PIB ha terminado y que ya hemos empezado a crecer, de maneta muy tímida. Pero nada indica que el crecimiento vaya a ser vigoroso y fuerte en los próximos meses y tampoco los precios de la vivienda vayan a registrar importantes oscilaciones.

Decepción es lo que ha sufrido el pueblo español con la decisión del COI sobre la celebración de los Juegos Olímpicos en 2020. Pero la decepción es más amplia porque todos pensábamos que era una decisión ya tomada. Pero una vez que tenemos el no por respuesta es el momento de reflexionar. ¿Por qué Madrid no ha obtenido un sí rotundo cuando todo apunta a que éramos los mejor posicionados? ¿Será, como nos han dicho, que España tiene que ocuparse de cosas más importantes que organizar unos juegos olímpicos? ¿Tendremos que pensar en que España con los ERES de Andalucía y Bárcenas en la cárcel ha perdido su credibilidad? ¿Hay que considerar que la crisis en la que hemos estado metidos nos ha hecho bajar puestos en la economía mundial? ¿Nos sobrarán Ana Botella, Mariano Rajoy, Rubalcaba, Zapatero (no es aconsejable alargar la lista)? Hay que saber perder, se suele decir en estos casos, pero es más necesario saber reflexionar.