INCERTIDUMBRE, NOTA DOMINANTE DE LA ECONOMÍA
31 de May de 2010La economía atraviesa uno de los peores momentos de las últimas décadas. Los analistas consideran que estamos en peores circunstancias que en el 29, cuando se produjo el crack bursátil. Pero, sin duda, la nota dominante de la actual situación es la incertidumbre. Cualquier suceso económico, por pequeño que parezca, hace tambalear la economía mundial. Un país como Grecia provoca unos vaivenes en los mercados mundiales que sólo puede explicarse por la globalización, que es un hecho real con sus pros y sus contras.
En el orden internacional, no se ha superado el miedo a la crisis financiera, que la encabezan los Bancos. Muchos están en la bancarrota y sólo están sujetos por las medidas que a principios de año se tomaron de apoyo al sector. Sin embargo, nadie descarta que se mantengan nuevas caídas de marcas importantes. Sin embargo, si se supera este momento es cierto que se mantendrán crecimientos del PIB muy pequeños, pero empezaremos a crecer.
Los expertos consideran que la crisis a nivel mundial tendrá las siguientes características: en EEUU se producirá el efecto V, caída fuerte y recuperación rápido hacia arriba. En Europa el efecto U, caída y luego se empieza a crecer pero más lentamente y en España, efecto L, que es caída y durante un período de tiempo más largo nos mantendremos en la bajada de nuestros indicadores. Algunos analistas consideran que ya estamos cerca de este momento. Es decir, EEUU, puede haber tocado fondo, también la UE, y España ha tocado fondo, pero su recuperación será lenta.
Hay que hacer notar que la salida de esta crisis ofrece un panorama que cambiará completamente lo que hemos vivido hasta ahora: sueldos, precios de los bienes como la vivienda, inflación, etc. etc.
Pero España tiene una crisis con características propias. El Gobierno ha perdido completamente la credibilidad y eso provoca mayor incertidumbre, en un panorama de por sí incierto. Los economistas no descartan procesos nada deseables para nuestra economía.
DEFICIT-DEUDA. El déficit acumulado en lo que va de año hace pensar que no se puede mantener para el conjunto del ejercicio. Es decir, si continuará esta progresión al final de este año el Estado tendría que suspender pagos. Ese déficit, que lleva años acumulándose, nos provoca una deuda con unos intereses difícilmente pagables para el Estado. Para ello el Estado emite nueva deuda en los mercados que ya no se compra, a pesar de las buenas rentabilidades, por falta de garantías. De esta manera se llega en el mes de mayo a una quiebra del Estado español, que no se permite que se produzca y del fondo europeo de los 750.000 millones de euros se compra deuda española. Es en ese momento cuando desde el Gobierno se decide tomar medidas duras que no son entendidas por la población.
AHORRO. El ahorro de los grandes capitales está saliendo de España hacia el bono alemán. Así lo recomiendan además los expertos. Y los ahorradores medios llevan meses sacando sus ahorros de las entidades financieras y trasladándolo a cajas fuertes o a países más seguros. En lo que va de año se ha batido el récord de venta de cajas fuertes para los hogares. Y los impuestos para los que más tienen, anunciado por el Gobierno, sólo hace que animar estas situaciones.
EMPLEO. El desempleo está ya en poco más del 20 por ciento. Aquí también los analistas auguran malos meses, pues la falta de confianza hace que los inversores se retraigan. El empleo es, en definitiva, el que mueve todo el ciclo económico. Si hay trabajo se consume, se recauda más por impuestos, se invierte… Por el contrario la falta de empleo retrae toda la economía. En España se han acabado los sueldos de directivos y empleados desorbitados. Las empresas están realizando el ejercicio de bajar salarios. Los ejemplos son múltiples en este sentido. Se pide a los empleados la comprensión de que el momento así lo requiere. La administración, afortunadamente, también ha empezado a bajar los salarios de sus funcionarios.
A los cientos de miles de pymes que han cerrado se siguen sumando otros cientos más, cada día, las empresas siguen cerrando. En 2008 se calcula que cerraron 242.000 empresas y en 2009 la cifra supera las 200.000 compañías. En lo que va de año, sin existir datos oficiales, se cree que volveremos a repetir la cifra del ejercicio anterior, es decir, otras 200.000 empresas, por el comportamiento que se ha producido durante los cinco primeros meses del año.
MERCADOS BURSÁTILES. El mercado bursátil español, medido por ejemplo a través del IBEX-35, ha caído en lo que va de año casi un 25 por ciento, comenzamos el ejercicio en el entorno de los 13.000 puntos y estamos en este momento en los 9.000, grosso modo. Los mercados de los países de nuestro entorno no han caído tanto como el español, son bajadas más ligeras.
El resto de los indicadores marcan tendencias similares, propias de la recesión. El consumo ha caído, aunque registra un pequeño repunte; el PIB dice que hemos salido técnicamente de la recesión, pero no se descarta que para el próximo trimestre volvamos a registrar un signo negativo; el IPC parece indicar que hemos superado el peligro de la deflación; la balanza comercial sigue bajo mínimos, sin repuntar. A esto se suma una caída en el número de entrada de turistas a España.
En un panorama tan sombrío como este, sin embargo, existe el gran estímulo de que el mundo se ha globalizado y, por supuesto, la economía. Y no se va a permitir que la octava economía del mundo y quinta de Europa, la española, ponga en peligro la economía mundial. Y si se toman fuertes medidas con una economía como la griega, mucho más pequeña que la nuestra, con la española se hará lo mismo, llegado el caso.
Así lo hemos visto en la últimas semanas. El presidente Obama advierte al presidente español de que es necesario cambiar el rumbo; en Europa se aconseja al Gobierno un cambio de política. Los analistas, incluidos los más próximos a las tesis de Zapatero, piden que se modifique urgentemente el rumbo económico. Etc. etc. Es decir, no se va a permitir que la octava economía del mundo pueda venirse abajo, porque desde el exterior y desde el interior no sólo se aconsejan actuaciones concretas al Gobierno, sino que se insta a llevarlas adelante. Y no se va a permitir dejar caer la economía española, lo que no quiere decir que no nos queden años por delante de complicaciones económicas y de nuevos escenarios macroeconómicos, marcados por un ajuste fuerte del consumo.