
La banca ha comenzado a sufrir los primeros síntomas de la desaceleración económica. Las entidades han visto descender el volumen de créditos de nueva concesión al sector empresarial y han reducido a la mitad el incremento de las operaciones de los préstamos a las familias. En caso de la financiación a las compañías en enero y en febrero han registrado una caída abrupta de los importes en pymes, de un 19,5%, según los datos del Banco de España.
En concreto, en los contratos a las pequeñas y medianas empresas de hasta 250.000 euros, que son los mayoritarios, los bancos han disminuido esta cifra la cuantía de la inversión crediticia con respecto a los dos primeros meses de 2018. El retroceso contrasta con la evolución positiva en este segmento de actividad. El año pasado experimentó ascensos del 4,2%.

Detrás de este cambio está la menor demanda por parte de las empresas, según fuentes financieras. Un cambio que se experimenta también en los préstamos de entre 250.000 euros y un millón, que retroceden un 6,6% en el inicio de ejercicio, frente al aumento del 9,1% de 2018, y en los de más de un millón, que caen un 10%, en contraposición de la subida de casi el 11%.
Los datos vienen a confirmar lo expresado por los directivos bancarios en la última encuesta realizada por el organismo supervisor, que habían detectado ya en el cuarto trimestre del año pasado una menor la demanda de financiación en nuestro país, pero difieren de las expectativas que tenían en enero sobre la evolución del primer trimestre de 2019, ya que esperaban un aumento de los fondos por parte de las sociedades.
La evolución descendente de las peticiones por parte de las empresas se explica, sobre todo, por inferiores inversiones en capital fijo y mayor uso de la financiación interna, además de por el descenso de las operaciones de fusión, adquisición y reestructuraciones de las empresas, la disminución de las operaciones de reestructuración de deuda y la utilización de otras fuentes externas, como la colocación de deuda en los mercados mayoristas.
La merma de la demanda se observa en el segmento de los hogares, aunque en este caso todavía el volumen de nuevos préstamos logra avanzar. En hipotecas, uno de los motores de 2018, el importe en enero y febrero se limita a los 6.243 millones, un 5,8%, una cifra que es algo menos de la mitad de la subida del ejercicio pasado.
En consumo, la apuesta de la banca en los últimos años para mejorar sus cuentas, los fondos se elevan a 5.157 millones, lo que supone un incremento del 8,8%. En 2018, este tipo de operaciones ascendieron casi un 18%.
El menor empuje de las hipotecas se debe, en parte, a la inestabilidad existente en este mercado, tras la polémica en octubre del impuesto de actos jurídicos y los cambios introducidos en la reforma legal que entrará en vigor en junio. Ambos factores están provocando una subida de los precios.
Rentabilidad y fusiones
La ralentización de los créditos se produce en un momento en que el sector financiero necesita llevar a cabo más concesiones para agrandar el negocio y, con ello, los ingresos, en un contexto donde los tipos en negativo lastran los resultados y la rentabilidad. En las últimas semanas, debido al empeoramiento de la economía y el aplazamiento a una subida del precio del dinero por parte del BCE hasta bien entrado 2020, las entidades ya están admitiendo que tendrán que materializar otra ronda de fusiones con la que contentar a sus accionistas. Los retornos sobre el capital del sector se mantienen en casi la mitad de lo que exige el mercado y no se espera una mejoría debido a la coyuntura.
La oleada de integraciones podría afectar a buena parte del sistema, incluidos los mejor posicionados, que son Bankinter y BBVA. Ambos podrían aprovechar las circunstancias para crecer a través de una operación corporativa, que apremia a las entidades de mediano tamaño y al Sabadell.
El presidente de este último señaló la semana pasada que no descartaba una integración en el medio plazo, apuntando directamente a Bankia como aliado para el futuro, si la situación de inestabilidad se mantenía durante meses.