
BBVA está haciendo una exhaustiva investigación interna para aclarar el caso de las escuchas ilegales de Villarejo y poder actuar en consecuencia, con fin de que puedan depurarse todo tipo de responsabilidades. Según fuentes de la entidad, el trabajo que está desarrollando no tiene límites, por la gravedad de las acusaciones. En este sentido, destacan que, entre otras indagaciones, se están revisando todos los correos electrónicos que fueron enviados y recibidos por toda la organización, sobre todo en la que estaba en el momento de los hechos, es decir, 2004 y 2005.
En este análisis de los datos se incluyen, por supuesto, según las mismas fuentes, los emails de la cúpula y del consejo de administración, incluido el ahora presidente de honor Francisco González.
La investigación interna, que según ya comunicó BBVA en una nota hace varias semanas, se inició en junio, cuando se tuvieron las primeras informaciones de que se había servido de los servicios de las empresas de Villarejo y que estaba siendo estudiado por la Audiencia Nacional, ha sido reforzada tanto con medios internos como externos.
Las áreas de los servicios jurídicos y de cumplimiento han ampliado el equipo dedicado a esta labor recientemente hasta las 40 o 50 personas, que están llevando a cabo las labores de rastreo para detectar cualquier indicio de delito. Además, ha sumado como asesores externos a la consultora PwC y al despacho de abogados Uría Menéndez, tras haber fichado a Garrigues con anterioridad.
Con su ayuda, y en función de los datos que encuentren sobre los servicios de Villarejo para desmontar la operación de asalto de Sacyr, el banco tomará decisiones, entre las que no se descarta la presentación de una demanda contra González.
El grupo financiero presidido por Carlos Torres, en principio, no actuará hasta que no reconstruya los acontecimientos o la Fiscalía o la Audiencia Nacional reclamen la imputación de sus altos cargos. En este caso, el consejo de administración tendrá que adoptar el cese forzado del presidente de honor, algo a lo que se ha resistido hasta la fecha. De hecho, ha aplazado la reunión que tenía previsto celebrar el lunes de esta semana para analizar la situación e, incluso, Torres -junto al consejero ejecutivo José Manuel Fernández-Páramo- se encuentran en el Foro Económico de Davos.
Eso sí, el consejo del banco se reunirá la semana próxima, previsiblemente el jueves, para aprobar las cuentas anuales, que presentará al mercado el viernes y, en este encuentro, se revisará la estrategia y se analizarán los datos obtenidos de la investigación interna para, si fuera necesario, tomar las decisiones correspondientes.
De momento, González está resistiendo en su cargo de honor, por el que tiene derecho a coche oficial, despacho y secretaria, a pesar del escándalo que ha supuesto el conocimiento de que Villarejo pudo haber realizado pinchazos telefónicos ilegales y seguimientos a importantes políticos y empresarios por orden de BBVA hace catorce años. Entonces, el máximo responsable de la entidad era González, que se ha mantenido en el cargo ejecutivo hasta el pasado 31 de diciembre, tras haber anticipado su salida.
Entre los afectados por las escuchas se encuentran la exvicepresidenta del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega; el exjefe de la Oficina Económica de Moncloa, Miguel Sebastián; el exdirector gerente del FMI, Rodrigo Rato; y el expresidente de Sacyr, Luis del Rivero. El objetivo de los contratos de BBVA con Villarejo, que el banco ha reconocido, era desbaratar el plan de control de la entidad diseñado por el Gobierno socialista de entonces, junto a Sacyr.
El presidente de BBVA reconoció en un carta reciente a la plantilla que los hechos, de ser ciertos, son "deplorables". En la misiva, que fue enviada el 14 de enero, Torres admitía el estupor que estaban creando en toda la institución las informaciones sobre lo sucedido y señalaba que era una prioridad de su gestión la investigación interna. De momento, dijo, no había ningún indicio delictivo.