
El nuevo presidente ejecutivo de BBVA, Carlos Torres, se ha visto obligado a enviar una carta a sus trabajadores para dar explicaciones por el caso Villarejo y sus implicaciones para la entidad. El directivo admite el contrato a las empresas de excomisario, que derivó en escuchas supuestamente delictivas y masivas para abortar la operación de asalto de Sacyr al banco en 2004.
La semana pasada el propio BBVA, en un comunicado, admitió el encargo al exinspector, hoy en prisión preventiva, y señaló que tomaría cualquier tipo de medidas, incluida, una demanda a su expresidente, Francisco González, si detecta irregularidades tras una investigación interna iniciada el pasado junio.
Según la carta, Torres califica los hechos de "deplorables" y señala que "la investigación ha verificado hasta ahora que Cenyt (grupo de compañías de Villarejo) proporcionó distintos servicios al banco, pero no se han encontrado documentos relacionados con el control e intervención de comunicaciones privadas publicados por los medios desde el día 9 de enero", informa la agencia Bloomberg, que se hace eco de la carta.
Villarejo controló teléfonos de empresarios relevantes en la operación, como el del presidente de Sacyr, Luis del Rivero o el de Juan Abelló, además de políticos como Miguel Sebastián (entonces director de la oficina económica del Gobierno) y la vicepresidente María Teresa Fernández de la Vega.
"Todos en BBVA están impresionados por las informaciones", sostiene el recién estrenado presidente del banco, que añade que "de ser cierto, este comportamiento sería extremadamente preocupante, además de radicalmente opuesto a lo que somos y lo que defendemos".