
Sabadell ya mantuvo conversaciones en el pasado hasta con tres entidades nacionales, buscando una fusión que no llegó a cuajar. El vallesano exploró una operación corporativa con Abanca, Unicaja y Kutxabank en diferentes tiempos, sin que saliese adelante por muy diversas causas, según fuentes financieras. Diversos medios publicaron este lunes que el Sabadell está explorando una fusión con Abanca para buscar una alternativa a la opa lanzada por BBVA. El banco gallego negó que hubiera interés en la operación, al estar enfocado en culminar la integración con EuroBic en Portugal y en fortalecer sus áreas de negocio. Sabadell declinó hacer comentarios sobre especulaciones, después de que la semana pasada su consejero delegado, César González-Bueno enfriara operaciones de este tipo.
De acuerdo con algunos medios, el Ejecutivo le habría trasladado a Oliu que un movimiento accionarial del que emergería un núcleo duro ayudaría a parar la opa del BBVA. Cuestionadas al respecto, fuentes del Ministerio de Economía, que actualmente está estudiando la transacción BBVA-Sabadell, recomendaron prudencia al tratarse de un tema, "que le corresponde a las propias empresas comentar". "El Gobierno en este momento está enfocado en valorar si se tienen que tomar medidas adicionales por posibles razones de interés general distintas a los de competencia. Ese es el marco legal y el de la acción del gobierno", agregaron.
La entidad presidida por Juan Carlos Escotet analizó la posibilidad de una integración con Sabadell hace dos años. Las negociaciones fueron muy breves, porque encallaron en diferencias de precio y de gobernanza. Para el presidente de Abanca había una clara línea roja: mantenerse al mando de la entidad resultante. Además, juzgó insuficiente la valoración ofrecida por el vallesano y que determinaba, por derivada, la participación accionarial que mantendría en el banco final.
En 2020, la aproximación a Kutxabank se tropezó con las reticencias de sus accionistas y sensibilidades políticas. El banco vasco es propiedad de tres fundaciones: la Fundación BBK con un 57% de participación, la Fundación Kutxa con un 32% y la Fundación Vital con un 11%, con fuertes lazos con el Partido Nacional Vasco (PNV) y la formación abertzale Bildu. La fusión no llegó a producirse porque las fundaciones querían un banco vasco. Además, Sabadell se encontraba en una posición débil, tras sufrir un fuerte desplome en bolsa, por lo que una operación así podía implicar un alto riesgo.
El acercamiento a Unicaja llegó en un momento complicado para el banco malagueño, incurso en aquel momento en peleas de poder en su consejo de administración entre los antiguos Unicaja y los procedentes de Liberbank, que impidió una negociación propiamente dicha.
Unicaja hoy, presidida por Pepe Sevilla, ha resuelto todos sus conflictos de gobernanza y ha lanzado un plan estratégico que está obteniendo buenos resultados en términos de negocio y de rentabilidad, pasando página de su fragilidad de aquel momento y con una hoja de ruta en solitario. Entre las especulaciones de que Sabadell esté buscando a un socio para parar el intento de adquisición por parte de BBVA, fuentes de Unicaja rechazaron comentar sobre rumores. "Seguimos centrados en la ejecución del plan estratégico y en trabajar para mejorar la rentabilidad y en crear valor para nuestros clientes y accionistas sobre la base de un proyecto independiente", agregaron.
En el momento actual, una integración así tropezaría con el inconveniente de la sede. No parece factible que las fundaciones de Unicaja, Kutxabank e Ibercaja aceptasen mover la sede a Cataluña y difícilmente Sabadell volvería a sacarla de la ciudad natal, donde acaba de restituirla después de llevársela a Alicante en 2017 por el 'procés'.
La cúpula del Sabadell ha reconocido en los últimos tiempos, con la opa de BBVA ya lanzada, que tendría sentido estratégico un matrimonio tanto con Abanca, Kutxabank, Unicaja e incluso con Ibercaja, cuya propiedad pertenece también al 100% a sus fundaciones accionistas. La semana pasada, la entidad aragonesa cerró definitivamente la puerta a una salida a bolsa, un proyecto que estaba anteriormente en sus planes. Al no cotizar en los mercados financieros, no puede ser objeto de opa.
El consejero delegado del vallesano, César González-Bueno, explicó en la rueda de prensa de resultados de la semana pasada que eran combinaciones hipotéticas complementarias de las que se derivarían sinergias y no ocasionarían los problemas de competencia que, en cambio, produce cualquier operación que involucre a los tres grandes: BBVA, Santander y CaixaBank.
No obstante, aseveró que en este momento no se ve que haya ninguna oportunidad de una operación de este tipo y la probabilidad tampoco es alta a medio plazo. "Todo el mundo está con unos niveles de solvencia elevados, en unos niveles de arraigo en sus territorios y en sus formas de hacer", dijo.
"Otra cosa es si se está abierto o no se está abierto. Todo banco lo está siempre y continuamente explora este tipo de cosas y se hacen muy pocas. ¿Eso qué quiere decir? Que forma parte de la actividad normal, el tener los ojos abiertos para esto. Pero yo en este momento no veo una probabilidad significativa de ningún movimiento corporativo en España", agregó.
Una operación así permitiría a Sabadell blindarse con un duro núcleo accionarial, integrado por los dueños del banco con el que se fusionara, frenando en seco las aspiraciones de BBVA. Tras la aprobación con compromisos por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) de la transacción, el vallesano aún puede contar con que el Gobierno pueda poner sobre la mesa condiciones más duras y que sean inasumibles para la entidad presidida por Carlos Torres.
El pasado martes, el Gobierno lanzó una consulta pública para que la ciudadanía y los actores empresariales se pronuncien al respecto. El Ministerio de Economía, que cuenta con la opción de elevar la opa al Consejo de Ministros, tiene previsto emitir su dictamen el 27 de mayo.