Para empezar a invertir, a día de hoy, no es necesario disponer de grandes cantidades de dinero. De hecho, es posible comenzar a mover los ahorros propios desde cifras muy, muy modestas para empezar a conseguir beneficios con ellos. Las opciones son múltiples, pero en función del capital que maneje el usuario le convendrá más una alternativa u otra.
Por ejemplo, para quienes dispongan de muy poco dinero para invertir, digamos unos 100 euros, las mejores opciones serán los activos financieros como las acciones, los ETF o las criptomonedas, porque estos instrumentos pueden ser adquiridos por cantidades muy bajas. Por contra, las personas que dispongan de cifras más elevadas, a partir de 2.000 o 3.000 euros, también pueden optar a conseguir rentabilidad con productos de renta fija como las cuentas remuneradas, las cuentas de ahorro o los depósitos a plazo fijo.
Además del dinero disponible, el usuario debe tener en cuenta el riesgo al que quiere exponer sus ahorros. Con los activos financieros el inversor especula con la evolución del mercado, por lo que asume bastantes riesgos de perder dinero y es algo que debe valorar muy seriamente antes de comprar acciones o criptomonedas. Con los productos de renta fija, en cambio, el capital no está en peligro y los beneficios están prácticamente asegurados, pero la rentabilidad es mucho menor y es necesario disponer de mayor capital para empezar a conseguir beneficios.
Así pues, en qué es mejor invertir una cantidad de dinero modesta de, pongamos por ejemplo, 1.000 euros, una cifra por la que muchos usuarios preguntan en buscadores como Google y plataformas financieras, aunque lo que vamos a comentar sirve del mismo modo para 500 o para 1.500 euros. Es, simplemente, por tener una referencia.
Para cantidades modestas como 1.000 euros, los productos de renta fija son muy poco atractivos, puesto que los intereses que dan son bastante justos y es necesario destinar a ellos cantidades importantes para conseguir una buena rentabilidad. Por ejemplo, los depósitos a plazo fijo ofrecen, de media, alrededor de un 3% TAE sobre el capital que se ingrese en ellos, por lo que, con 1.000 euros, el usuario conseguiría 30 euros brutos al año, o unos 24 euros anuales después de impuestos.
Por supuesto, 24 euros es mejor que nada, en especial si tenemos en cuenta que los productos de renta fija aseguran en todo momento los ahorros del usuario y son muy cómodos y sencillos, ya que el interesado no tiene que hacer nada para conseguir beneficios ni precisa tener conocimientos financieros avanzados. Eso sí, con estos instrumentos debe tener una cosa presente, y es que en algunos casos tienen un saldo mínimo remunerado, esto es, que no ofrecen intereses por debajo de determinada cifra, que en no pocas ocasiones es de 5.000 o 10.000 euros. Por tanto, quienes dispongan de sólo 1.000 euros para invertir no podrían acceder a ellos.
Para las personas que estén pensando en qué invertir 1.000 euros la mejor opción probablemente sean los activos financieros, porque permiten empezar con fondos muy reducidos y conseguir una mayor rentabilidad. Hay acciones, ETF o criptomonedas que se pueden adquirir por muy pocos euros y, además, algunas de las plataformas que se dedican a la compraventa de estos instrumentos, conocidas como brókers, permiten a sus usuarios adquirir fracciones de sus productos por muy poco dinero, en determinados casos desde un solo euro.
Sin embargo, con los activos financieros el usuario debe ser consciente que está poniendo en serio riesgo su dinero, y que las posibilidades de perder parte de sus ahorros son muy altas. Además, para operar con estos instrumentos es necesario tener conocimientos sobre los mercados y hacer un seguimiento continuo a las noticias que puedan afectarles. Eso sí, dada la variedad de productos en este segmento, hay algunos más peligrosos que otros, por lo que los usuarios pueden moderar bastante el riesgo si optan por los que ofrecen mayor seguridad. A continuación te explicamos las distintas opciones disponibles, sus características y sus riesgos.
Las acciones son uno de los activos más antiguos y populares del mundo. Se trata de cada uno de los títulos en los que se divide la propiedad de las empresas cotizadas, y con ellas hay dos formas de ganar dinero: especulando con su valor (comprar barato, esperar a que su precio suba y vender más caro, obteniendo beneficios con la diferencia) o manteniéndolas en cartera para ir recibiendo periódicamente dividendos.
Una de las principales ventajas de las acciones es la enorme cantidad de información disponible que hay sobre ellas. Además de contenido didáctico sobre su historia y funcionamiento, hay muchos periódicos económicos que tratan a diario su evolución, hacen pronósticos, analizan la situación del mercado y, en definitiva, aportan muchos datos de valor a los inversores con los que estos pueden tomar mejores decisiones. Otra característica interesante de las acciones es que son títulos de propiedad, por lo que con ellas el usuario se convierte en copropietario de una pequeña parte de la empresa, aunque sea mínima.
En lo que se refiere a su precio, dada la enorme cantidad de empresas cotizadas que tienen a la venta sus acciones, los usuarios pueden encontrar títulos por casi cualquier valor, desde un solo euro hasta más de mil por una sola participación. Pero, además, para sumar opciones, varios brókers también permiten a sus usuarios comprar fracciones de acciones por muy poco dinero, por lo que sus clientes tienen la opción de invertir la cantidad de dinero que quieran en la empresa que deseen.
En cuanto a su riesgo, las acciones se sitúan por encima de los ETF en este aspecto, puesto que sus fluctuaciones suelen ser más abruptas que las de los fondos de inversión cotizados y, por lo tanto, si son a la baja el usuario puede perder más dinero. Es importante que los interesados en operar con estos activos se informen muy bien de su funcionamiento y comprendan perfectamente los peligros a los que exponen sus ahorros antes de empezar a invertir con ellos.
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Las inversiones en valores y otros instrumentos financieros siempre están asociadas con el riesgo de pérdida de capital.
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Ventajas:
Invertir conlleva riesgo de pérdida.
Dentro de los activos de inversión, los ETF (siglas en inglés de exchange-traded funds, que en español traducimos como fondos de inversión cotizados) se pueden considerar de riesgo moderado, puesto que, debido a las mecánicas de su funcionamiento, suelen tender al alza a largo plazo y sus fluctuaciones a la baja no son generalmente abruptas.
Los ETF son fondos de inversión que cotizan en bolsa, es decir, los usuarios pueden comprar y vender sus participaciones a lo largo de toda la sesión bursátil, como pasa con las acciones. Esto les da mayor flexibilidad y versatilidad. Pero, al fin y al cabo, siguen siendo fondos de inversión, y es esta característica la que les otorga esa gran seguridad que hemos mencionado, pues están compuestos de un gran número de activos con el objetivo de que, con esa diversificación, se reduzca los peligros de los mercados financieros y están gestionados por profesionales que trabajan continuamente para que sean rentables.
Los ETF pueden estar especializados en un índice concreto, como el S&P 500, en un país, en un sector, en una región, en determinados activos, como el Bitcoin, o en materias primas y recursos, como el oro, el petróleo o las energías renovables. Independientemente de su temática, el funcionamiento de todos ellos es el mismo: adquieren diferentes activos relacionados con el segmento con el que trabajan, siguen su evolución y los eventos que puedan afectarles y compran o venden cuando lo consideran oportuno con el objetivo de que el fondo de inversión cotizado sea rentable.
Por ejemplo, un ETF especializado en el S&P 500 estará compuesto por acciones de las principales empresas de dicho índice, tales como Microsoft, Apple, Nvidia, Amazon o Meta. El objetivo de este fondo es seguir la evolución del índice de referencia y tratar de batirla, para que el valor de las participaciones del fondo crezca y, de esta forma, sus inversores consigan beneficios.
Así pues, dentro de los activos financieros podemos situar a los ETF dentro de los de riesgo moderado. En los mercados de inversión existen multitud de fondos de inversión cotizados con precios muy dispares, y se pueden comprar participaciones en ellos desde 4 o 5 euros, aunque también los hay que superan los 100 euros. Si el usuario está interesado en uno de valor elevado y no quiere destinar el monto completo del que dispone en este producto, siempre puede optar por utilizar un bróker que le permita comprar una fracción del mismo.
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eToro es una plataforma de inversión multiactivo. El valor de sus inversiones puede aumentar o disminuir. Su capital está en riesgo.
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Ventajas:
Invertir en la bolsa conlleva riesgos: el valor de las inversiones puede subir o bajar y es posible que recibas menos de lo que invertiste originalmente.
Las criptomonedas son los activos más arriesgados con los que pueden operar las personas que estén valorando en qué invertir 1.000 euros o cifras similares, puesto que se trata de instrumentos extremadamente volátiles cuyo valor puede cambiar de forma abrupta en muy poco tiempo, lo que puede hacer que su propietario incurra en importantes pérdidas en cuestión de días o, incluso, horas. Pero esa inestabilidad tiene un aspecto positivo: es posible que su precio también suba con la misma rapidez, generando importantes ganancias al usuario a cortísimo plazo.
Pero los riesgos de las criptomonedas no sólo residen en su volatilidad, también en su imprevisibilidad. Los factores que influyen en su precio a veces son muy difíciles de monitorizar o prever, por lo que es mucho más complicado hacer pronósticos acertados con estos activos que con otros como las acciones. Asimismo, hay que tener en cuenta que el mercado de los criptoactivos no cierra nunca, ni siquiera de noche o durante el fin de semana, por lo que la posibilidad de que se produzcan grandes fluctuaciones a la baja cuando el usuario no está atento multiplica el peligro de tener pérdidas.
La variedad de criptomonedas es también amplia, así como sus precios, por lo que es posible comprar activos de este tipo por pocos euros. Asimismo, como ocurre con las acciones y los ETF, quienes quieran invertir en los criptoactivos más populares, como Bitcoin o Ethereum, cuyo valor por unidad es de miles de euros, pueden adquirir fracciones de estas monedas.
Dado su carácter volátil y su altísimo riesgo, las criptomonedas no son un activo recomendable para los usuarios que empiezan a operar en los mercados financieros, que pueden ser muchos de los que estén valorando en qué invertir 1.000 euros. De hecho, las autoridades aconsejan que sólo especulen con criptomonedas aquellas personas con una dilatada experiencia y profundos conocimientos del sector que entiendan perfectamente el peligro al que exponen su dinero.
Tipo de Wallet
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Autocustodia
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Regulado y registrado por SEC, Banco de Irlanda y Banco de España
Ventajas:
La inversión en criptoactivos no está regulada, puede no ser adecuada para inversores minoristas y puede perderse la totalidad del importe invertido. Es importante leer y comprender los riesgos de esta inversión, que se explican detalladamente en este sitio.
Tipo de Wallet
Hot Wallet
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Dispositivos Android y iOS
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La inscripción en este registro no implica aprobación o verificación alguna de la actividad realizada por los proveedores de servicios de cambio de moneda virtual por moneda fiduciaria y de custodia de monederos electrónicos por parte del Banco de España.
Ventajas:
La inversión en criptoactivos no está regulada, puede no ser adecuada para inversores minoristas y perderse la totalidad del importe invertido.
Uno de los condicionantes que más suele echar para atrás a los usuarios que están valorando en qué invertir 1.000 euros o cantidades similares es el de los conocimientos necesarios para operar en los mercados y con activos financieros. Desean mover sus ahorros, pero no quieren hacerlo a ciegas ni saben por dónde empezar y, tal vez, tampoco tengan tiempo para investigar o aprender cómo hacerlo. En estos casos, existe una herramienta que les puede ser de mucha utilidad: los robo advisors.
Los robo advisors son plataformas digitales que ponen a disposición de los usuarios carteras de activos de gestión automatizada, que les recomiendan según sus preferencias, y el inversor tan sólo tiene que decidir por cuál o cuáles optar, el dinero que va a dedicar y ponerla en marcha para que esta herramienta empiece a mover el dinero por él.
Cuando una persona se da de alta en un robo advisor, la plataforma le hace una serie de preguntas para conocer sus preferencias, sus objetivos financieros o el riesgo que quiere asumir, entre otros aspectos. Con esa información, la herramienta configura un perfil de inversor del usuario de forma automatizada y le sugiere una serie de carteras preconfiguradas por expertos en las que se suelen especificar el nivel de riesgo, las ganancias potenciales que podría ofrecer y el tipo de activos que la componen. De todas ellas, el interesado puede elegir la que quiera.
De esta forma, el robo advisor lo primero que hace es obtener información del usuario y guiarle en su toma de decisiones. Luego, cuando ya se ha decidido por una o varias carteras preconfiguradas, la herramienta gestiona dicha cartera mediante algoritmos e inteligencia artificial, que operan según la marcha del mercado y las preferencias dadas por el inversor en cuanto a tipo de activos y riesgo.
Como vemos, en los robo advisor la inteligencia artificial y otras herramientas digitales similares tienen un importante peso, pero hay que subrayar que todo está siempre supervisado por un grupo de profesionales expertos en finanzas de la compañía que se encarga, entre otras cosas, de configurar las carteras disponibles, entrenar a los algoritmos y supervisar constantemente que todo funcione como debe.
La función de los robo advisors es muy parecida a la que ejercen los asesores financieros tradicionales, pero al utilizar la tecnología para automatizar muchos de los procesos, consiguen una diferencia fundamental con ellos: son mucho más baratos. Asimismo, permiten a los usuarios comenzar a operar con bastante menos dinero, en algunos casos desde sólo 50 euros, en otros cifras algo más elevadas, pero rara vez por encima de los 2.000 euros como mínimo.
Esto hace posible que los usuarios que estén pensando en qué invertir 1.000 euros aprovechen esta herramienta, algo que no podrían hacer con un asesor financiero tradicional, quienes suelen pedir importes mínimos de entre 10.000 o 20.000 euros para empezar a realizar operaciones.
Y una última ventaja de los robo advisors para usuarios que tengan poco dinero para invertir: permiten a sus clientes fijar una aportación mensual para que, poco a poco y sin esfuerzos, vayan aumentando su posición inicial, con el objetivo de conseguir una cartera importante a largo plazo sin tener que hacer un gran desembolso inicial.
Las personas que tengan pocos ahorros pero quieran a empezar a invertirlos para sacarles rentabilidad también pueden optar por los planes de inversión. Eso sí, antes de empezar a explicar en qué consisten hay que subrayar que esta es una estrategia a muy, muy largo plazo, por lo que pueden pasar años hasta que el interesado obtenga beneficios de consideración.
Los planes de inversión son herramientas que algunos brókers ponen a disposición de sus clientes para que vayan construyendo poco a poco una cartera de valores interesante. Su mecánica es simple: el usuario aporta periódicamente (semanal, bisemanal o mensual) la cantidad de dinero que estime oportuno y selecciona los instrumentos en los que quiere invertir con esos fondos. Cuando llegue la fecha de ejecución, la plataforma adquirirá automáticamente esos productos con el capital aportado y los añadirá a la cartera.
Así, por ejemplo, si el usuario ahorra todos los meses 100 euros y quiere invertirlos, puede configurar su plan de inversión para que compre acciones de Apple y Tesla por valor de 50 euros en cada caso. Todos los meses, el bróker tomará ese dinero de la cuenta de efectivo del cliente y adquirirá los activos que pueda de esas compañías, ya sean unidades completas o fracciones de los títulos. Así, con un aporte mensual modesto, pero constante a lo largo de los años, se podrán acumular bastantes acciones de dos empresas potentes.
Los planes de inversión suelen tener un aporte mínimo de 50 euros, pero no es obligatorio que el usuario destine todo ese dinero a un mismo activo. Asimismo, con los planes de inversión no sólo se pueden adquirir acciones, también es posible comprar ETF o criptomonedas.
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50€
Instrumentos Ofrecidos
ETF, bonos y préstamos
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1 - 2 días
Regulado y registrado por CNMV
Ventajas:
El valor de tus inversiones puede subir o bajar. Recuerda que puedes perder una parte o la totalidad de los fondos invertidos.