
La rentabilidad que obtiene la banca por cliente en España en su negocio típico de dar créditos y retribuir el ahorro tocó techo en el verano y se estrechó después una media del 6% hasta cierre de 2024. Solo Banco Sabadell resistió, entre la gran banca, con una ligera mejora frente a 2023, aunque el descenso desde máximos ha sido generalizado con diferente intensidad. En una comparativa global, el ratio medio acabó el año en el 3,125% frente al 3,316% tope alcanzado justo antes de que el Banco Central Europeo (BCE) iniciase las rebajas de tipos de interés.
Por entidades,CaixaBank encaja el mayor recorte desde su mejor marca, con un retroceso de 0,330 puntos porcentuales; seguido por Santander y Unicaja, con 0,30 puntos; BBVA (-0,140); Bankinter y Sabadell (-0,10 puntos en ambos casos), siendo esta última entidad la única que salva el año al alza (ensancha 0,08 puntos porcentuales). Ahora bien, tanto Sabadell, como CaixaBank, Santander y BBVA finalizaron el ejercicio con el ratio en el 3,3%, con Unicaja algo más a la zaga, con el 2,61%; y toda industria ha hecho los deberes para contener su estrechamiento y que pase la menor factura posible en los resultados.
Las grandes teclas para compensar la menor contribución fueron ya el pasado año y lo seguirán siendo en el futuro empujar el negocio crediticio y los ingresos por comisiones con una mayor venta cruzada de productos, y en la parte alta de la cuenta "blindar" el margen financiero con una superior apuesta por las hipotecas fijas y un aumento de la cartera de inversión en renta fija (privada y deuda) para aprovechar las rentabilidades de los bonos. Diferentes bancos ven, de hecho, factible sujetar el ratio muy cerca de sus últimas marcas aunque el BCE baje el precio del dinero a umbrales próximos al 2%.
"Blindaje" en el ratio actual
Las grandes entidades volvieron, de hecho, a pulverizar récord en 2024 con un beneficio de 31.768 millones de euros a escala grupo y que creció un 20,54% interanual. El gran motor fue España, donde la cuenta se disparó un 36%, hasta 15.787 millones, pese el arreón del impuestazo (drenó 1.478,6 millones). Y lo hizo gracias al renovado empuje del negocio con el cambio de signo de la política monetaria y por la desaceleración en las cuentas de los mayores bancos en otras geografías por factores como la penalización de sus divisas, como ocurrió con BBVA en México, o por fuertes saneamientos, como fue el caso de Santander en Reino Unido.
Para este análisis de margen de intereses se toma exclusivamente su marcha en España con el afán de buscar una mayor homogeneidad en la comparativa entre entidades y porque el parámetro dista mucho por países tanto por el umbral de los tipos como por su impacto efectivo.
El escenario ha mutado en materia de tipos para la industria a cuenta de la inflación. Su escalada por la pandemia, la crisis energética y logística agravada por la guerra de Rusia, llevó al BCE a empujar el precio del dinero desde el 0% al 4,5% entre julio de 2022 y septiembre 2023, insuflando un generoso ensanchamiento de los márgenes que ni el mercado ni las propias entidades habían pronosticado, ayudándoles a batir de largo los objetivos financieros proyectados.
Según las estadísticas del Banco de España, el precio medio al que se contrataban las hipotecas subió desde el 1,38% TEDR de finales de 2021 al 3,94% en octubre de 2023 -el TEDR es una tasa similar a la TAE pero sin comisiones-. Para el préstamo a empresas, la tasa aumentó del 1,24 al 5,21% en igual plazo. El TEDR de la cartera ya financiada subió del 1,10% al 3,71% en las hipotecas y del 1,65% al 4,47% en el saldo vivo financiado a empresas, aunque el pico en el stock lo tocó durante 2024 por el decalaje existente en la contratación al firmarse las operaciones con la referencia del euríbor de algunos meses atrás. En cualquier caso, esos máximos han ido a la baja por el cambio de dirección de la política monetaria. A finales de 2024, el precio medio de contratación de hipotecas había caído al 2,90% TEDR y en empresas al 4,039% -al 3,32% y 4,01% en la cartera financiada, respectivamente-.
En contrapartida, la traslación de los tipos a la remuneración de los depósitos ha sido más limitada y retrasada en el tiempo, lo que favoreció el ensanchamiento del margen por cliente. La retribución media ofrecida por el sector para captar dinero fresco de familias en dichos productos subió desde el 0,06% de 2021 al 2,65% en el verano pasado, y la oferta para empresas desde el 0,45% al 3,40%, y posteriormente también se ha reducido.
Por entidades, el mayor coste de los depósitos a finales del pasado año lo mantenía Bankinter, con una retribución del 1,42%; seguido por Sabadell (1,1%), Santander (1%) y CaixaBank (0,96%). En créditos, Sabadell lidera el ranking, con un 4,41% por su alta posición en el segmento de empresas cuyos préstamos son más rentables; seguido por Bankinter (4,32%) y Santander (4,31%).
El negocio hipotecario crece por tercera vez desde 2008
El inicio de la bajada de tipos por parte del BCE ha animado la anémica demanda. La cartera hipotecaria de la banca volvió a crecer el pasado año por tercera vez desde el estallido de la Gran crisis financiera. Su saldo vivo aumentó un 0,58% y ascendió a 497.889 millones, según las estadísticas del Banco de España. Desde 2008 solo había aumentado en 2010 y en 2021, después de desplomarse su actividad durante la pandemia.
Sube porque aumentó un 11,37% la nueva concesión y porque se normalizaron las amortizaciones que las familias habían apresurado los dos años anteriores, precisamente cuando el BCE comenzó a subir los tipos, para mitigar su impacto en las cuotas de amortización.
En empresas, en cambio, el 'stock' financiado se redujo un 0,16%, hasta 462.005 millones tras caer un 0,65% la concesión -firmaron operaciones por 344.297 millones-. Las compañías también han aprovechado el descenso de tipos para diversificar la financiación y colocar emisiones de deuda a mejores precios.