
La presentación del nuevo plan estratégico 2025-2027 en agenda para este martes será un esperado banco de prueba para CaixaBank. Azuzada por unos beneficios jugosos y una generosa remuneración al accionista, la cotización del banco catalán acaricia máximos históricos en Bolsa, flirteando con un precio de alrededor de 5,5 euros por acción, un 50% más que hace un año. Ahora bien, el elixir de una política monetaria estricta, que ha brindado a la entidad un margen de intereses más alto de lo esperado, está a punto de agotarse. Con tipos y euríbor que dibujan el camino a la baja, los analistas están ansiosos por saber si el impulso del negocio logrará compensar con volumen el deterioro del margen de intereses, como los bancos han venido anticipando en las últimas presentaciones de resultados.
Según sus cuentas financieras presentadas a finales de octubre, el banco con sede fiscal en Valencia estima un margen de intereses por encima de 11.000 millones de euros para este año, frente a los 10.100 millones obtenidos en 2023. Un valor que, aunque ha ido acelerándose en los últimos trimestres, se espera que haya tocado techo y que empiece a bajar a medida que las primeras rebajas de tipos del Banco Central Europeo surtan efecto en la economía y que Fráncfort siga adelante con su proceso de reducción del precio del dinero.
De hecho, el consenso de analista de Bloomberg calcula un margen de intereses de 2.694 millones para el último trimestre de este año, un 3,5% menos que tres meses antes. Para el primer trimestre del próximo año, prevé un descenso más leve, del 1%, hasta los 2.666 millones en términos intertrimestrales.
Según Marisa Mazo, subdirectora de análisis de GVC Gaesco, la clave para los números que CaixaBank pondrá encima de la mesa está precisamente en la evolución de los tipos. "El banco no será muy explícito porque no se sabe el nivel mínimo en el que se asentará el BCE y, ante tanta incertidumbre, es mejor ser cautelosos. Ya veremos los escenarios que (CaixaBank) incluirá, pero supongo que establecerá un rango para las métricas principales", apuntó.
Eso sí, los ingresos récords que el banco obtuvo en los últimos dos años se dieron en un escenario económico atípico, ya que una relajación de la política monetaria es algo ampliamente descontado por el mercado ante una inflación ya casi bajo control. "En un entorno de bajadas de tipos, no procede que se exija a las entidades que mantengan los mismos niveles de ingresos", señaló Nuria Álvarez, analista de Renta 4 especializada en bancos. "Además, hay que tener en cuenta que la sensibilidad del margen de intereses a los movimientos de tipos se ha reducido significativamente (desde el +/-30% al +/-5%), y el impacto negativo no será de la misma magnitud que cuando los tipos subieron", agregó.
La fuerte revalorización de la acción en el último año -CaixaBank es el tercer valor del Ibex que más ha subido desde principios de 2023- eleva el listón para que la presentación de la nueva hoja de ruta sea un catalizador positivo para el valor. Sin embargo, algunos brókers apuestan a que la dirección del banco juegue todas sus cartas para consolidar el buen momento de la acción en términos de beneficios y rentabilidad. "Validará al menos las expectativas de consenso, con una contracción acumulada del beneficio del 5% entre 2025 y 2027 y repartos anuales iguales o superiores al 75% del beneficio", indican desde UBS.
En el anterior plan estratégico, CaixaBank se comprometía en un primer momento en una distribución de beneficios de 9.000 millones de euros, entre dividendos y programas de recompra de acciones. Un objetivo que la entidad elevó a 12.000 millones el pasado febrero, debido a una marcha del negocio mejor de lo esperado. De esa cantidad, ya ha ejecutado unos 9.500 millones entre dividendos y programas de recompra de acciones, bien realizados o anunciados, incluyendo al último programa de recompra de 500 millones que arrancará a partir de este martes.
Remuneración al accionista
Ante una esperada erosión del margen de intereses, mantener una política retributiva tan amplia podría parecer un objetivo difícil de alcanzar, pero Jefferies se demuestra "constructivo" al respecto, al esperar una remuneración al accionista ligeramente por debajo del último plan para los próximos tres años, concretamente en unos 11.000 millones de euros, lo que representaría un cuarto de su capitalización bursátil.
El cambio de ciclo en la política monetaria no supondrá un "cambio fundamental en la narrativa", sino más bien una "confirmación de la actual trayectoria", destacan esos analistas en una nota. Confían en que el negocio muestre en su conjunto cierta resiliencia por una vuelta al crecimiento de préstamos tras casi tres años de desapalancamiento y el buen impulso de ingresos por servicios, con sus tres motores de gestión patrimonial, seguros de protección y comisiones bancarias, que compensarían la ralentización en el margen de intereses. En el tercer trimestre, los ingresos por servicios subieron un 2,8% en su variación interanual, hasta 1.225 millones.

Otra métrica que los inversores tienen bajo la lupa es la rentabilidad. En un entorno de tipos normalizados -alrededor del 2%-, Jefferies cree que CaixaBank será capaz de ofrecer una rentabilidad sobre patrimonio tangible (RoTE) superior al 14% en 2027. "Se trata de un descenso con respecto al máximo actual del 17% de este año, pero en nuestra opinión representa un nivel atractivo de rentabilidad para el mayor banco de España", agregó.
Poco margen para sorpresas positivas
No obstante, no todos los analistas son tan optimistas. Deutsche Bank ve poco margen para que el banco sorprenda positivamente debido a que los beneficios se encuentren "casi en máximos" y esperan a que el banco aumente su objetivo interno de capital, ya que sigue estando sustancialmente por debajo de sus homólogos europeos. "Entendemos que una puesta al día de los niveles de capital puede dificultar en cierta medida el mantenimiento de los actuales niveles de distribución de capital durante un tiempo. Aunque esto no es un problema considerable, (...) puede que no sea bien recibido por muchos inversores", dijeron.
Los analistas de Kepler también ve como "crítica" la actualización de la estrategia del banco catalán, algo que instó al bróker a rebajar su recomendación a "reducir" de "detener". "Creemos que la historia de la renta variable se ha vuelto bastante aburrida y deja poco margen para sorpresas positivas, a menos que el banco anuncie una historia de fusiones y adquisiciones que cambiaría las reglas del juego", comentaron.
Con respecto al potencial de subida en Bolsa, Álvarez discrepa en parte. "Si nos ceñimos al recorrido existente a precio objetivo, sí existe margen. Actualmente, cotiza a un 13% del precio objetivo medio de consenso", dijo. Aun así, "este potencial puede no ser suficiente para justificar que continúe subiendo, dado que dentro del sector existen otros valores que ofrecen más potencial a precio objetivo, y la acción se encuentra cerca de máximos históricos", zanjó.
Inversores y analistas acuden a la cita del martes con el alma en vilo, en un momento crucial para el banco, tres semanas después de anunciarse la salida del presidente José Ignacio Goirigolzarri, quien será relevado por Tomás Muniesa, anteriormente único vicepresidente del banco, a partir del 1 de enero.