
La opa de BBVA sobre Sabadell avanza en el proceso. El grupo presidido por Carlos Torres tramitará esta semana la solicitud formal de autorización al Banco Central Europeo (BCE) y a la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC). Según la normativa vigente, dispone de cinco días para iniciar ambos procesos desde la presentación del folleto de la opa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), trámite que realizó el viernes pasado.
El regulador de los mercados cuenta a su vez con siete días desde esa fecha para revisar la documentación y, en su caso, clarificar información con BBVA si lo precisa antes de notificar la admisión de la opa. La aprobación del folleto consumirá aún varios meses por encontrarse condicionada al plácet del BCE y la CNMC y a que los accionistas de BBVA aprueben en una junta extraordinaria la ampliación de capital necesaria para ejecutar la operación.
El banco oferta un título nuevo por cada 4,83 de Sabadell, canje que en sus actuales cotizaciones exigirían al grupo vasco una ampliación máxima de casi un 20% de lograr una adhesión a la opa del 100%. El banco ha condicionado el éxito de la transacción a lograr un mínimo del 50,01%.
El banco buscará también aprobaciones a numerosas autoridades extranjeras como la Prudential Regulation Authority de Reino Unido por la filial TSB de Sabadell; y los organismos de defensa de la competencia en Francia y Marruecos por las oficinas de representación y sucursales ubicadas allí.
Autorizaciones regulatorias
BBVA estimó que ambas aprobaciones regulatorias tardarían unos cinco o seis meses en completarse, aunque dependerá de la complejidad que adviertan los organismos. En el caso del BCE se espera el respaldo en la medida que analizará si la operación entraña riesgos a la estabilidad financiera y si el futuro grupo es solvente. Se descarta el primer punto y ambas entidades financieras cuentan con balances y huchas de solvencia robustos.
A la CNMC le tocará analizar si la unión de ambos bancos implica distorsiones en la competencia en perjuicio del cliente como ha denunciado el organismo homólogo de competencia de Cataluña, diferentes asociaciones de empresas, partidos políticos e, incluso, el Gobierno. La presidenta de la CNMC, Cani Fernández, ya advirtió que el nuevo grupo tendría que asumir condicionantes como también tuvieron que hacerlo CaixaBank y Bankia cuando gestaron su fusión, o Unicaja y Liberbank.
El nuevo BBVA-Sabadell contaría con una cuota de mercado del 22%, inferior a CaixaBank, pero con el hándicap que se plantea en un mercado ya muy concentrado (ambos grupos y Santander coparían un 74% del crédito). Y el nuevo grupo trabajaría con el66,2% de las empresas de entre 1 y 100 millones de euros y con el 40% de los autónomos y micropymes del país.
Si se cumpliesen los calendarios barajados por el banco y no se complica el proceso de autorizaciones, la aprobación de la CNMV al folleto llegaría cerca de Navidad. Se abriría un plazo de aceptación de entre 15 y 70 días, y BBVA podría mejorar su opa, incluso, durante su curso, aunque hoy se descarta tal opción.
Competencia catalana ve riesgos
La autoridad catalana de competencia, ACCO, ve riesgos en la operación por la concentración que provocaría. Así, en un informe señala que el mercado de concesión de crédito, tanto a las empresas como a las familias, concentraría en los tres primeros bancos casi el 85% del volumen concedido. Además, se produciría un solapamiento horizontal de mercados y la entidad resultante pasaría a ser la segunda operadora en Cataluña en términos de oficinas bancarias, llevando a la desaparición de un competidor en 149 municipios de Cataluña.