Banca y finanzas

Radiografía de la deuda de Talgo: créditos desde 2017 con 18 bancos

Uno de los trenes de Talgo frente a los talleres de la compañía.

La banca que financia a Talgo decidirá si permite el cambio de manos de la compañía fabricante de trenes de los Oriol al grupo húngaro Magyar Vagon gracias a una cláusula común en gran parte de las financiaciones a las empresas que permite que los vencimientos se puedan adelantar en caso de que las entidades no estén de acuerdo con una operación de este estilo. Ahora, la gran banca se inclina por dar el sí quiero al tiempo que vigila algunos extremos de los nuevos compradores como los posibles lazos que le unirían a Vladimir Putin y Rusia, tal y como adelantó ayer este periódico.

Pero la decisión no es tan fácil como en otras operaciones similares en las que la banca tiene el derecho de anticipar los vencimientos de la deuda. En este caso, la financiación de Talgo no se estructura a través de un pool bancario –un grupo de bancos se unen para dar una única línea de financiación en la que cada uno tiene un porcentaje concreto y que tiene solo unas condiciones concretas–, si no que tienen diferentes contratos bilaterales. La negociación de los waivers depende de los pactos a los que lleguen con cada una de las 18 entidades que forman parte de su fuerza financiera y que tienen diferentes préstamos desde el año 2017. Los más importantes en cuanto a su cuantía son los que ostentan bancos como Santander y BBVA y organismos internacionales como el Banco Europeo de Inversiones (BEI) que ahora encabeza la exvicepresidenta del Gobierno Nadia Calviño. Otras entidades, como CaixaBank o Sabadell, también participan de estos préstamos bilaterales pero en cuantías más pequeñas.

Tal y como consta en las cuentas de cierre del primer semestre de 2023, últimas disponibles, la deuda financiera total era de 303,62 millones, con unos intereses de poco más de tres millones de euros en cais una veintena de entidades. Así, doce de ellos se firmaron a tipo fijo y y otros seis a tipo variable. A ellos se sumaban líneas de crédito disponibles por importe de otros 120 millones de euros , de las que solo habían sido dispuestas cinco millones.

De acuerdo con la misma información, entonces el más antiguo de los créditos que pervivía era el firmado en diciembre de 2017 a tipo fijo y con una deuda de algo más de 21 millones de euros. El resto, salvo una firmada en 2018 y otros tres en 2019, se corresponden con contratos posteriores al Covid-19.

Con respecto a la financiación otorgada por el BEI, la última de ellas fue firmada en 2022 a través de un préstamo verde de 35 millones de euros que debía destinarse para financiar su estrategia de innovación. Este tipo de facilidades es habitual en empresas de muchos sectores para hacer frente a proyectos concretos y la propia Talgo ya las había utilizado con anterioridad.

Los vencimientos

Con respecto a los vencimientos de la deuda, a los que Talgo siempre ha atendido en tiempo y forma, las cuentas del primer semestre de 2023 muestran una importante modificación en los mismos. Así, durante lo que quedaba de año vencían casi 30 millones de euros de deuda (en las cuentas de un año antes esta cifra era notablemente superior y sumaba 99 millones), mientras que en este 2024 la compañía debía hacer frente a 37 millones (52 de acuerdo con el informe de un año antes).

La mayor parte de la deuda concentra su vencimiento en 2026 con algo más de 115 millones de euros tras las últimas modificaciones que ha realizado la compañía en esta parte de sus cuentas.

Sea como fuere, fuentes financieras reiteran su confianza en la compañía, independientemente de quién sea su propietario, para hacer frente a estas obligaciones de pago. En este sentido, cabe recordar que el pipeline de pedidos de Talgo ascendía a cierre del primer semestre del año pasado a 2.668 millones, cifra muy similar a la que tenía un ejercicio antes.

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