Los autónomos afrontan las peores condiciones de financiación con la subida de los tipos de interés y la incertidumbre sobre la evolución de la economía. El sector financiero que opera en nuestro país ha encarecido el crédito de estos trabajadores por cuenta propia hasta un 72% en lo que va de año y el tipo de interés medio al que presta ya supera el 4%. Concretamente, el tipo, referenciado por el TEDR (tipo efectivo definición restringida) que equivale a la TAE pero sin contar las comisiones, se sitúa en el 4,02%, según los últimos datos del Banco de España, mientras que a cierre de 2021 estaba en el 2,33%.
Con el interés en el umbral del 4%, los autónomos ya afrontan una financiación prácticamente el doble de cara que la que asumen las empresas, a pesar de que a éstas también se le ha encarecido con la subida de los tipos de interés. La banca comercializa un tipo medio del 2,73% a las compañías que solicitan liquidez por debajo de los 250.000 euros; un interés medio del 2% para préstamos de entre 250.000 euros y un millón de euros, y un interés del 1,43% para los créditos que superan el millón de euros, que por otro lado son los importes más solicitados por las sociedades.
El incremento de la financiación para los autónomos ha ido en paralelo con la evolución del euríbor a 3 meses, índice que sirve de referencia para los préstamos a empresas, de menor plazo que las hipotecas, para las que se utiliza el euríbor a 12 meses. El indicador a 3 meses, que también recogió por adelantado la subida de los tipos de interés anunciada en febrero por el Banco Central Europeo (BCE) para frenar la inflación, pero que se ejecutó por primera vez en julio, ha pasado de situarse en negativo a cierre de 2021 (-0,572%) a estar en la actualidad en el 1,605%.
La escalada acelerada de los tipos de interés apunta a seguir encareciendo aún más el crédito, tanto a familias, como a autónomos, pymes y el resto de empresas. El BCE ejecutó el pasado jueves la tercera subida de los tipos, pero no la última. El supervisor trata de frenar la economía ante la galopante inflación. El INE apuntó este viernes que en España se situó en octubre en el 7,3%, que de confirmarse sería 1,6 puntos porcentuales inferior a la de septiembre debido a la bajada de los precios de la electricidad y del gas. En la zona euro, la inflación se situó en el 9,9% en septiembre, último mes del que hay datos.

Con las tres subidas de tipos del BCE (0,5% en julio, 0,75% en septiembre y otro 0,75% en octubre), las tasas ya han ascendido un 2%. Sin embargo, el mercado descuenta que habrá otra subida del 0,50% hasta cierre de año (2,5% de incremento acumulado). Estas variaciones las recoge a diario el euríbor. De hecho, tan solo en la última semana y a la espera de la nueva subida de tipos que iba a hacer el BCE, el euríbor a 3 meses subió 0,062 puntos porcentuales, hasta el 1,605%, frente al 1,543% en el que cerró la semana previa.
Mayor percepción de riesgo
La propia banca española ya reconoce que ha endurecido las condiciones y criterios para la concesión de préstamos en el tercer trimestre del año ante el riesgo que percibe en la economía y seguirá endureciéndolas para lo que resta del ejercicio. De hecho, han crecido, y más rápido de lo esperado según apunta la última Encuesta de Préstamos Bancarios, las operaciones de crédito que las entidades han rechazado ante las dudas sobre la solvencia del cliente.
La banca lleva ya cuatro trimestres consecutivos endureciendo los criterios de concesión a las empresas, tanto a pymes como a compañías de mayor tamaño, a consecuencia del aumento de los riesgos percibidos ante la previsión de deterioro de la economía española y también a la menor tolerancia al riesgo de las compañías. Por ello, a la hora de dar crédito, han incrementado las garantías requeridas y han acortado los plazos de vencimiento.
Esta situación también coincide con la bajada de la demanda de liquidez por parte de las compañías, ya que ahora es más cara y hay incertidumbre para invertir. Sin embargo, la banca detalla que algunas empresas han tenido que buscar financiación, de un lado, para poder asumir los mayores costes de las materias primas y, de otro, porque se han incrementado las operaciones de refinanciación de deuda.
Inflexión de la morosidad
La morosidad ha marcado un punto de inflexión en agosto, con un muy leve repunte, después de seis meses consecutivos a la baja. El ratio de mora de las entidades españolas cerró el mes en el 3,86%, frente al 3,85% del mes previo. No obstante, la subida del ratio no se debe a un aumento de los impagos, que bajaron un 0,2% frente al mes previo hasta los 47.237 millones, sino al menor volumen de saldo crediticio, que descendió en agosto un 0,6% frente a julio, hasta 1,22 billones. Las previsiones internas de la gran banca retrasan el repunte de la morosidad al segundo trimestre de 2023.