Madrid acaba de ser punto de encuentro del ecosistema fintech con Finnovating de anfitrión, la primera plataforma global de 'matching as a service' que conecta a 50.000 fintech con empresas e inversores en medio mundo. "Calculamos que se han producido más de 1.000 reuniones informales a lo largo del día", explica el consejero delegado y fundador de la plataforma, Rodrigo García de la Cruz, satisfecho por favorecer la conexión en un momento clave. Asume que la actual incertidumbre económica producirá reajustes en las apuestas, pero está convencido de que la inversión se mantendrá y el potencial solo acaba de arrancar por factores como la sed de colaboración de la empresa tradicional.
¿Qué balance realiza del encuentro?
Muy positivo. Es un encuentro privado que se realiza únicamente con CEOs y fundadores de compañías fintech tanto a nivel de España como europeo y latinoamericano y con el objetivo de conectarlas también con inversores, con autoridades, supervisores y con corporaciones líderes con las que pueden colaborar. Te doy algunos datos: asistieron más de 114 compañías fintech, más de 27 corporaciones y más de 10 inversores. De hecho, algunos inversores venían de Europa directamente para conocer compañías fintech españolas para invertir y calculamos que se han producido más de 1.000 reuniones informales a lo largo del día.
¿Cuáles son las principales inquietudes y prioridades para el sector?
Entre los temas que más se hablaron estaba el de levantar capital en el presente y en el futuro y cómo se tiene que enfocar la situación sabiendo que hay una crisis y mucha volatilidad en los mercados que puede afectar a los fondos y, obviamente, al crecimiento. Vemos un crecimiento del B2B (servicios que una compañía entrega a otra), en compañías SaaS (software como servicio) y en las que trabajan con empresas que van a ser mucho más resistentes o resilientes a posibles escenarios de crisis. Y esperamos, no una reestructuración, pero sí una concentración de compañías B2C (negocios para consumidores finales) para poder mantener un poquito la capacidad de crecimiento en el medio plazo. Muchos fondos quieren seguir invirtiendo, puede que haya un pequeño parón por la situación, pero luego van a tener que seguir invirtiendo. Lo que van a hacer será mirar mucho más, no solo las métricas de crecimiento, sino también de rentabilidad.
Se habló de la preocupación por ganar dimensión...
Se ha visto también cómo escalar las compañías en los próximos años. Y aquí estimamos que durante la pandemia se ha multiplicado por cinco la colaboración entre corporaciones y compañías fintech, básicamente porque las corporaciones se han dado cuenta de la necesidad de colaboración para digitalizar sus procesos, o bien para crear nuevos productos y servicios o bien para desarrollar nuevos canales de distribución digital. Según datos nuestros, en los próximos cinco años se van multiplicar por 27 dichas colaboraciones. Las corporaciones van a basar prácticamente su innovación y su desarrollo digital en base a la colaboración con las miles de compañías del sector fintech y eso va a ser una de las grandes palancas en los próximos años. El tercer tema que más centró el debate, junto a la inversión y colaboración, es el talento, que ha pasado a ser la segunda preocupación del sector por la complejidad para encontrarlo. En los últimos 12 meses se ha multiplicado por dos la necesidad de perfiles para el sector fintech. En los próximos meses, vemos que también, debido un poco a esta volatilidad y a un pequeño enfriamiento del sector tech en general, las condiciones se relajarán un poco.
En poco tiempo hemos visto despidos en empresas tecnológicas tipo Klarna, Bolt, Main Street...¿Se avecinan ajustes y una reordenación del sector o son casos aislados?
Creo que las reducciones tan profundas que se están mostrando en los medios van a ser en sectores muy particulares; en lo relacionado con el crédito al consumo o con el B2C. Ese tipo de compañías están muy apalancadas en sus valoraciones y cuando sobreviene una crisis afecta a esas valoraciones porque están, de alguna forma, descontando crecimientos exponenciales en una serie de años. ¿Qué quiere decir? Que estas compañías en vez de multiplicar por cinco sus empleados, pues igual reducen o dejar de contratar al ritmo que se preveía. Pero esto no es todo el sector fintech, donde cada vez hay más compañías B2B o compañías SaaS, que ya son el 70% del sector y van a ser mucho más resilientes porque, al final, trabajan para empresas y tienen más capacidad, incluso, de autofinanciación. Eso no quiere decir, obviamente, que algunas compañías no lo puedan pasar mal, sobre todo compañías B2C que les haya pillado en mitad de camino de una ronda de financiación o que pensaban lanzarla. Creo que las instituciones públicas o los fondos públicos también tienen que ayudar a las compañías en momentos como los actuales para hacer viables compañías que lo pueden ser.
¿A qué tipo de ayuda se refiere?
Esto es un tema largo para debatir, pero es verdad que desde la crisis de la pandemia, las startups desgraciadamente no han podido acceder a financiación mientras que las compañías tradicionales han podido apalancarse en los ICOs a través de los bancos -las startups carecen del track record que demandan los bancos o resultados positivos, al estar en proyectos en desarrollo-. Los fondos europeos de digitalización y de reconversión venían para ayudar precisamente a muchas de estas compañías, algunas para digitalizarse y a otras para permitir que las compañías digitales crecieran, pero desgraciadamente los fondos europeos no están llegando en tiempo y forma. Si antes eran necesarios, ahora lo van a ser más porque van a afectar realmente mucho a este tipo de compañías que supuestamente son el presente y el futuro. Yo no conozco todavía ninguna compañía fintech que haya recibido un euro de los fondos de Europa.
Se baraja una potencial recesión en Europa. Decía que la inversión exigirá más rentabilidad frente a crecimiento para materializarse, pero ¿podría cerrarse? ¿Qué dicen sus datos? ¿Muestran algún freno?
Los datos que tenemos son del primer trimestre y entonces se mantuvo la tendencia récord de 2021. Hay que tener en cuenta que, a nivel mundial, en 2021 se triplicó la inversión en fintech y pasamos de 45.000 a 145.000 millones de dólares. Es decir, que aunque se redujera un tercio el sector de la inversión fintech, nos estaríamos yendo a 2020-2019, con inversiones de alrededor de 45.000 millones. Obviamente los inversores, ante un estado o un momento de volatilidad e incertidumbre paran porque piensan que lo que hoy vale 10 mañana vale 8. Eso puede afectar, en general, a todo el sector tech, pero también es verdad que hay otros fondos que están invirtiendo y que van a aprovechar la situación como una oportunidad y habrá muchos que aprovechen para posicionarse en compañías de mucho recorrido.
En conclusión, que más que un freno espera una realocación de los inversores
Sí. De todas maneras, este tipo de crisis suelen afectar al mundo de las startups de dos formas. Una es que se para la inversión y al que le pilla en medio de una operación le hace polvo, pero luego vuelven otra vez los fondos a invertir porque no pueden dejar de hacerlo. Lo que sí suele afectar es a medio plazo porque los fondos que se están creando ahora y que van a invertir dentro de un año, dos años o tres años son los que tienen riesgo de que no se pongan en marcha porque no va ser fácil levantar capital o van a levantar mucho menos capital y sí que puede afectar en la inversión a medio plazo.
La Ley de Startup lleva retraso, ¿está perjudicando al ecosistema fintech?
La ley de Startup es una necesidad no solo para el sector fintech sino para el sector de las startups en general. Para las muchas compañías actuales existentes no les impacta o les impacta apenas muy poco porque es para startups nuevas. Está más pensada en las nuevas creaciones de startups, es decir, eso tiene impacto en el medio plazo, en uno o dos años vista.
No me resisto a preguntarle por su etapa al frente de la Asociación Española de Fintech e Insurtech (Aefi) donde acaba de relevarle en la presidencia Arturo González ¿qué balance realiza de su etapa y qué desafíos cree que encara la asociación?
¿Por qué dejo la presidencia? Porque creo que es bueno que haya un relevo y quería centrarme más en proyectos profesionales también ligados al propio sector, que es realmente todo lo que estoy realizando con la plataforma Finnovating Global. El balance es muy positivo: 8 libros blancos, una Ley aprobada en el Congreso por unanimidad (la ley del Sandbox), donde fuimos los primeros impulsores y los que estuvimos movilizando a todo el ecosistema nacional, con lo cual es difícil volver a repetir un hito como este. No ha sido solo la asociación, ha sido todo el sector y ha sido muy emocionante y posiciona a la asociación como se merece ser: una de las asociaciones de referencia en el sistema financiero en España. ¿Retos para los próximos años? Pues seguramente seguir trabajando para que la regulación europea se implemente de forma rápida y adecuada y seguir posicionando a España como ecosistema de referencia e intentar atraer al máximo de compañías de fuera, además de seguir trabajando en todos los temas de género para que haya más fundadoras dentro del sector.