La etapa de la banca de acopiar dotaciones frente a potenciales deterioros no ha quedado atrás. Al menos así lo cree el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, a tenor de que "existen segmentos en empresas y familias cuya situación financiera es frágil" y que, en escenarios de menos crecimiento económico, podrían ocasionar "un deterioro de la calidad crediticia" que "podría requerir dotaciones adicionales para algunas entidades en los próximos años".
Su mensaje, lanzado durante en el 'IV Foro Banca: La transformación del sector financiero' organizado por elEconomista en colaboración con Accenture, contraviene las expectativas del sector cuando algunas entidades ya proyectan liberar dotaciones al no haber aflorado los impagos pese a la severa crisis provocada por la pandemia y ante las expectativas de que la recuperación vaya va a más.
Si bien reconoció que esos "potenciales esfuerzos adicionales" serán "muy heterogéneos por entidades", lanzó el mensaje general al sector de extremar las cautelas y no desdotar huchas de provisiones para evitar sustos hasta que el panorama se despeje. "Las incertidumbres todavía existentes deben llevar, desde nuestro punto de vista, a las entidades a no precipitarse a la hora de revertir las provisiones realizadas el año pasado y esperar a que se tenga plena confianza en que la cartera crediticia evolucione favorablemente", demandó.
Nueva variante
El aviso llega pensando, sobre todo, en las incertidumbres que rodean a la economía y entre las que figuran la propia evolución de la pandemia con la aparición de las nuevas variantes del Covid y las vulnerabilidades que ya advierte en algunas economías empresariales y familiares. A foto fija y general apuntó que, si bien empresas y hogares han reducido su apalancamiento y cuentan con mayores huchas en forma de liquidez, "existen segmentos de empresas y familias" aún frágiles o vulnerables en extremo, que podrán desencadenar un "deterioro de calidad crediticia" que exija acopiar mayores recursos.
Como apoyo de su aviso expuso números como que las provisiones por deterioros se han reducido un 50% al no haber aparecido los impagos. Por colectivos y en el lado de las empresas, indicó que las cifras de aquellos negocios muy dependientes de las cadenas de valor y los que requieren una interacción social están "por debajo de la crisis" y aquellos otros "más afectados por la pandemia han aumentado más su endeudamiento y muestran un mayor deterioro crediticio". Entre los hogares la preocupación se cierne especialmente sobre aquellos más afectados por la crisis, ya que son los que tienen "más propensión a endeudarse" y las familias con bajas rentas y baja hucha de ahorro.
Hernández de Cos reconoció que la banca es más robusta que antes de estallar la pandemia, con mayores redes de solvencia y rentabilidades que ya superan el coste de capital aunque sigue adoleciendo de los mismos problemas que presionaban sus cuentas antes de llegar el Covid: tipos bajos y mayor rivalidad con la entrada de actores digitales, que se suma al doble desafío de la digitalización y el reto de la transformación digital.
Sin embargo, argumentó la necesidad de ser prudentes y mantener las huchas de dotaciones porque el 53% de los créditos en vigilancia especial ha aumentado, los préstamos reestructurados han crecido un 8% y "se han concentrado en los sectores de actividades más afectados", sin contar con que las moratorias podrían elevar el deterioro de los créditos. El 16% de los créditos avalados por el ICO está además bajo vigilancia especial, cuando hace pocos meses eran el 8%.
Su llamada de atención se produce en un contexto donde el Banco de España da por seguro que seguirá la recuperación. Sin embargo, Hernández de Cos alertó que subyacen riesgos macroeconómicos relevantes como es el "muy significativo deterioro de las finanzas públicas", con una deuda que supera el 120% del PIB y un déficit estructural "muy significativo". Su expansión es, a su juicio, fruto de una política fiscal que "tenía que ser la que ha sido" para ayudar a la economía, empresas y familias a encarar la crisis, pero insistió en la necesidad de reconducirla a futuro porque coloca la economía en "una situación de vulnerabilidad".
Demandó que apoye a la economía a futuro "de manera mucho más selectiva, centrado en las empresas y grupos poblacionales en los que aún se dejan sentir las consecuencias de la crisis". "Es muy importante que sean focalizadas en empresas viables, de carácter temporal y se evite un deterioro adicional de las finanzas públicas", instó, a la vez que urgió el diseño de un programa de consolidación fiscal para aplicarlo "una vez que la recuperación sea sólida".
Entre los riesgos latentes susceptibles de alterar el ritmo de recuperación señaló la evolución de la pandemia, los problemas en las cadenas de valor y la inflación. "Todo esto lleva a apuntar un cierto empeoramiento del contexto global", refirió y, aunque se mostró convencido de que la inflación tiene una "naturaleza transitoria", admitió que podría tener "un grado de resistencia superior al esperado".