Con el inicio del conflicto desencadenado por el ataque del grupo Hamás contra Israel, vuelven a estar en el punto de mira algunas armas que puedan usarse contra estos territorios de Oriente Próximo. Se estará muy atento a las bombas de fósforo blanco. Rusia fue acusada de utilizarlas contra Ucrania, algo que alertó a la comunidad internacional, ya que se trataba de un arma química ilegal para atacar civiles, según de acordó en la Convención de Armas Químicas de 1997, ratificada por 193 naciones. Está permitida para formar una cortina de humo banco y ocultar las tropas, pero nunca contra las personas al producir profundas quemaduras.
