Al margen de la elevada inflación de los dos últimos años, noviembre y diciembre suelen ser meses en los que muchos alimentos atraviesan una fuerte subida de precios. El motivo no es otro que la llegada de la Navidad, con un sinfín de celebraciones y reuniones en torno a la mesa en las que los anfitriones buscan sorprender y satisfacer a sus comensales a base de los mejores platos y menús posibles.
