
Al margen de la elevada inflación de los dos últimos años, noviembre y diciembre suelen ser meses en los que muchos alimentos atraviesan una fuerte subida de precios. El motivo no es otro que la llegada de la Navidad, con un sinfín de celebraciones y reuniones en torno a la mesa en las que los anfitriones buscan sorprender y satisfacer a sus comensales a base de los mejores platos y menús posibles.
Para suavizar el impacto económico, muchas familias optan por hacer sus compras de forma anticipada y congelar. Otras, en cambio, no tendrán más remedio que acudir en el último momento, soportando el sobrecoste correspondiente. ¿De qué cifra hablamos? Hasta que no pasen las señaladas fechas, no podremos tener una radiografía completa. Sin embargo, las tendencias de otros años nos permiten hacernos una idea.
En este sentido, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha comenzado a recabar, como viene siendo habitual en los últimos años, precios sobre algunos de los productos más emblemáticos de la Navidad. Con ellos, la organización pretende saber cómo ha evolucionado de año en año cada alimento. Del mismo modo, seguirá tomando referencias durante las próximas semanas, con el fin de saber cómo progresan los precios conforme se acercan las fechas más señaladas.
Para llevar a cabo el estudio, la organización selecciona 16 productos típicos (cordero lechal para asar por cuartos, redondo de ternera, pularda, pavo, jamón ibérico de cebo al corte (50%), lombarda, piña, granada, besugo, lubina de acuicultura, merluza al corte, angulas, langostinos cocidos no congelados, percebes gallegos, almejas babosas y docena de ostras); después, anota los precios en los establecimientos de implantación nacional (Alcampo, Carrefour, Mercadona y El Corte Inglés) , en cadenas regionales (Caprabo, Condis, Bon Preu, Ahorramás, Sáchez Romero, BM, Carrefour Market, Eroski, MAS, El Jamón, Consum, Family Cash, Economy Cash, E. Leclerc, Gadis y Alimerka, así como en algunos mercados municipales (Maravillas y Ventas en Madrid, La Boquería y Sant Antoni en Barcelona, La Ribera en Bilbao, Triana en Sevilla, Mercado del Val en Valladolid, Mercado de Villacerrada en Albacete, el de las Verónicas en Murcia y Mercado Central de Zaragoza, Valencia y Málaga).
En esta primera aproximación la organización ha comprobado que, al menos de momento, no se ha producido una subida clara respecto a los precios de la Navidad pasada, cuando se registraron máximos históricos. "El que no haya subidas evidentes respecto al pasado año no quiere decir que haya buenos precios, sino que difícilmente pueden superarse los niveles tan elevados de la Navidad del año 2022", explica la organización.
Lo que más ha subido
No obstante, 7 de los 16 productos que conforman la cesta navideña de OCU son ahora más caros que en la primera toma de 2022. Las almejas cuestan un 23% más, el besugo un 11% más, y hay subidas algo menores en la lombarda, el redondo de ternera o el pavo. Por su parte, la piña o los percebes están casi igual, mientras que las bajadas más significativas son las de la lubina y la merluza (un 13% menos) y los langostinos (cuestan un 12% menos).
"Comparando los precios recogidos en esta primera toma a lo largo de los años, vemos que no hay diferencia entre 2022 y 2023, pero respecto a 2015 registramos una subida media de más del 44%", certifica la organización.