
La sequía ya ha comenzado a afectar a Cataluña, donde no solo se ha declarado el estado de preemergencia que limita el uso del agua en más de 200 municipios de Barcelona, si no que además provocará la subida de la factura a partir del primer trimestre del año próximo. En este contexto, la industria ya alertado de los problemas a los que se pueden enfrentar si las restricciones de agua se endurecen como consecuencia de la entrada en estado de emergencia.
En este sentido, varios expertos consultados por Europa Press coinciden en que la industria catalana podría "verse obligada a reducir" o incluso "parar" su producción en aquellos sectores que tienen un uso intensivo del agua y que resulta un elemento clave para la fabricación del producto final.
En concreto, el director general de la patronal Amec, Joan Tristany, ha señalado que las restricciones "afectarán" a la industria en general, aunque ha pedido ver cómo son esas restricciones. Tristany ha explicado que el sector industrial usa agua en dos grandes ámbitos: los procesos productivos y el producto final, y que son los sectores de este segundo ámbito los que se pueden ver más afectados.
El director general de la patronal Amec ha recordado que el consumo doméstico se puede reducir más fácilmente que en la industria, ya que mejorar la eficiencia de los procesos "no es algo que se pueda hacer de forma inmediata". "Hay camino por avanzar, pero no son cosas que podamos hacer de forma urgente", ha lamentado, y ha subrayado que las empresas están innovando para aumentar la regeneración del agua.
Por su parte, el director de Desarrollo Sostenible de Foment del Treball, Salvador Sedó, ha augurado que "buena parte de las empresas podrán continuar con la producción", aunque ha confirmado que el sector químico y el papelero pueden ser los más afectados por las restricciones, ya que necesitan el agua para su producto final.
Sedó ha asegurado que la industria "es consciente de la sequía" y que trabaja en impulsar el agua regenerada y la circularidad del agua, y ha reclamado que se tengan en cuenta los planes de ahorro que han presentado las empresas en el momento de imponer restricciones.
Por su parte, el secretario general de Fedequim, Juanjo Meca, ha alertado de que segmentos como la química fina -que fabrica principios activos para medicamentos- pueden "sufrir y tener que parar la producción". E incluso ha avisado de que si se declara la situación de emergencia y entran en vigor nuevas restricciones, "hay empresas que están en el límite de sus medios".
Estado de preemergencia
El pasado 28 de noviembre, la Generalitat decretó la preemergencia por sequía en el sistema Ter-Llobregat y limitó el consumo de agua a 210 litros por día y habitante, "incluyendo actividades económicas y comerciales". Si no llueve, este límite se irá reduciendo hasta los 160 litros si se alcanza la fase de Emergencia III.
Además, se ha prohibido el riego de césped excepto en superficies para la práctica federada de deportes, donde se puede mantener "sin superar la dotación máxima de 200 metros cúbicos por hectárea al mes", y se permiten los riegos de supervivencia de árboles de 20 a 8 horas y con riego gota a gota o regadera.
También se reducirá el consumo de agua en los usos recreativos (15% en usos asimilables a urbanos y 50% en riego) y del 30% en usos ganaderos. Se ha prohibido la limpieza de calles, cloacas, pavimentos o fachadas con agua potable y el uso sel agua para limpiar los vehículos ha quedado limitado a los establecimientos comerciales.
Además, la pasada semana el Consell Metropolità del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) dio luz verde al primer paso para actualizar las tarifas de agua potable para 2024, que subirán una media de 2,5 euros por unidad familiar. En concreto, la tarifa subirá un 11,5% en Barcelona y hasta un 15% en 23 municipios de los 36 del Área Metropolitana de Barcelona (AMB).