Editorial
En las dos últimas legislaturas, la senda seguida por España en la reducción del déficit público decepcionó. Sin duda, tuvo un mal punto de partida, como fue el desequilibrio del 9% del PIB que legó el Gobierno socialista. Desde entonces, transcurrió con fuertes altibajos hasta desembocar en la alarmante amenaza de multa que la UE lanzó sobre España. De hecho, el último año en que nuestro país mantuvo su déficit en los límites que Bruselas demanda fue 2009.